Blog De la Calle: La última curva de Holky

Steven Holcomb apareció misteriosamente muerto el pasado sábado en su habitación del Centro de Entrenamiento Olímpico de Estados Unidos en Lake Placid, en Nueva York, según explicó el Comité Olímpico estadounidense. Holcomb era un toda una personalidad en su país, después de convertirse en el hombre que guió al oro en los Juegos Olímpicos de Vancouver al llamado 'Night Train’, el equipo estadounidense de bobsleigh. En un primer momento se barajó incluso la posibilidad de que se tratase de un suicidio, ya que Holcomb, nacido en Utah 37 años antes, superó en su día una depresión y un intento de suicidio. Fue a raíz de contraer una enfermedad degenerativa llamada queratocono que le produjo ceguera. Problema que terminó superando en 2008 tras someterse con éxito a una operación de cirugía.

Solo dos años después de aquella operación lideró al histórico cuarteto yankee que recuperó el oro en ‘Bo’, primera medalla de oro para Estados Unidos en la modalidad desde 1948. Posteriormente Holcomb escribió la autobiografía ‘Ahora veo: Mi viaje de la ceguera al oro olímpico', en la que ponía el énfasis en su traumática experiencia y recomendaba a las personas que sufren de depresión “buscar tratamiento especializado para salir del túnel”.

Holcomb estaba empezando a hacerse un nombre como bobsledder cuando comenzó a ver como se deterioraba su visión, lo que le hizo caer en una profunda depresión. Una noche se fue a un hotel compró una botella de whisky y la acompañó de 73 pastillas para dormir. Contra todo pronóstico despertó a la mañana siguiente: ”Despertar después de aquello fue como ganar mi primera medalla de oro. Lo primero que recuerdo es haber pensado que no debía estar despierto. Esto no debería estar sucediendo. Y lo siguiente, que si seguía vivo era una señal de que me quedaba algo por hacer“. Poco después se enteró de que existía un procedimiento experimental, que desde su intervención fue rebautizado en su nombre. Una intervención que le salvó la vista y la vida, y le permitió seguir compitiendo. Llegó a confesar que al conducir un trineo a más de 100 kilómetros por horas medio ciego perfeccioné mis habilidades en formas que de otra manera no habría sido posible. A medida que mi visión se deterioraba, aprendí a manejarme por el tacto y no solo por referencias visuales”.

En estos días se encontraba en el Centro de Entrenamiento Olímpico en Lake Placid trabajando con el equipo para preparar las que habrían sido sus cuartas Olimpiadas, que se celebrarán en Pyeongchang, Corea del Sur en febrero de 2018 y serán televisadas en exclusiva en Eurosport. ”Podemos volver y hacerlo mejor que en Sochi, donde ganamos el bronce. Mi conducción está mejorando y todo empieza a encajar de nuevo y a tiempo para los Juegos Olímpicos".

Tipo divertido y amable, hasta la aparición de su enfermedad y muy especialmente tras superar la misma, Holcomb se convirtió en toda una referencia dentro del equipo olímpico de invierno de los Estados Unidos. E incluso fuera de él. Muchos veían en Steve a un ejemplo de lucha y a un triunfador que volvió a colgarse dos medallas de bronce en bobsleigh de a dos y de cuatro hombres en los Juegos de Sochi 2014. A eso añadió cinco títulos mundiales y 60 medallas en la Copa del Mundo.

Un informe toxicológico preliminar del forense indica que la posible causa de la muerte Holcomb podría haber sido congestión pulmonar. Holcomb falleció mientras dormía y su pérdida ha supuesto un duro golpe para la comunidad olímpica de deportes de nvierno, como recordaba Pete Piechoski, presidente de la Junta de Directores de Bobsleigh y Skeleton de Estados Unidos: “Es una noticia devastadora. Steve era un hombre maravilloso, y un gran amigo. Era un competidor intrépido cuya luz brillaba y nos guiaba a todos. Se le echará mucho de menos, Steve. La paz de Dios para ti en tu próximo viaje”. Descanse en paz Holky.