De la Calle: La Pandilla (La Familia 2.0)

La explosión del Rugby 7 masculino en España está ligada a las hazañas de un grupo que se bautizó a sí mismo como La Familia. Un colectivo con nombres ilustres de nuestro rugby como los de Pablo Feijoo (hoy seleccionador), Javier Canosa, Nacho Martín, Perico Martín, César Sempere, Matías Tudela… Jugadores consolidados en el rugby XV que empeñaron su sacrificio y esfuerzo en pos de un sueño: participar en unos Juegos Olímpicos.

Un sueño que les pilló ya mayores, todos coqueteaban con la treintena, por lo que tuvieron que integrar a jugadores más jóvenes para ganar ese plus de explosividad necesario que ellos habían perdido. Y a su sombra ha ido creciendo La Pandilla. Sangre nueva y piernas jóvenes como las de Paco Hernández, Igor Genua, Javi Carrión, Pablo Fontes, Joan Losada, Ángel López (retirado para ejercer su carrera de Medicina)… Entre ellos se coló un joven de San Cugat de ilustre apellido rugbístico: Pol Pla. Para todos Pol era el hermano de las Pla. Bárbara y Julia son dos instituciones en el rugby de nuestro país. La primera sigue demostrando su pasión por este juego sobre el campo y Julia ya aparcó la práctica al máximo nivel dejando el listón muy alto. Pol pasaba por ser “un chico callado, obediente que aprendía y un jugador veloz”. Precisamente esa velocidad fue la que llevó a su hermana Bárbara a convencerle que el rugby podía ser un buen deporte para él. Pol era futbolero. Acudía con su abuelo al Camp Nou a ver a sus jugadores preferidos, peloteros diferentes como De la Peña o Riquelme. El asunto es que viendo lo bien que lo pasaban sus hermanas se animó a probar con el oval en el Club de Rugby Sant Cugat. Y como no podía ser de otra forma se enganchó.

El rugby 7 masculino ha vivido un par de momentos gloriosos en los últimos años. Uno, la final ante Samoa en Mónaco que metió a España en los Juegos Olímpicos, la otra, el reciente triunfo sobre Alemania que ha devuelto a los chicos a las World Series, el mejor escaparate mundial de esta disciplina. Y en ambos episodios La Pandilla y Pol Pla han tenido un papel protagonista.

Ante los samoanos Pol saltó al campo en la segunda parte, con 12-12 en el marcador, y lo primero que hizo fue ver cómo Tuatagaloa le ensayaba en las narices tras una carrera de 50 metros. Pero cuando restaban cuatro minutos para el final y con 12-19 abajo en el marcador, Pol persiguió con fe una patada rasa de su amigo Igor (Genua) en el ingoal samoano para devolver las ilusiones a los españoles. Y luego llegó LA JUGADA. Todo empezó en el banderín contrario, después de que Pol sufriera un golpe. Genua sacó rápido, Fontes utilizó el señuelo de Losada para atraer a la defensa y luego abrió afuera. Y allí Villanueva e Iggy desplegaron un loop con continuidad, jugada que La Familia bautizó como ‘carrión’ mitad por la traducción del inglés ‘carry on’ mitad por bromear con el apellido de Javier. Ensayo y a Río de Janeiro. Minutos más tarde Barbara recibía una llamada de su hermano a través del FaceTime. Estaba eufórico: “Quería agradecerte que me hayas enseñado este deporte y que ahora pueda estar viviendo esto”. Los dos rompieron a llorar emocionados, los hermanos estarían juntos en Rio de Janeiro.

Meses después Pablo Feijoo se ha plantado como seleccionador en Hong Kong liderando a un grupo en el que aún se reconocen a varios miembros de La Familia como Iggy o Perico, pero en el que es evidente el salto de calidad y el protagonismo de los jóvenes de La Pandilla. España no había tenido casi tiempo de preparar el clasificatorio para las World Series y Alemania, la gran rival, llegaba mucho más trabajada. Los partidos previos debían servir para ir ajustando al equipo y la experiencia de los JJOO se notó en un equipo que jugó muy suelto, con oficio, sin presión. Solo encajó un ensayo antes de la final y supo administrar perfectamente los esfuerzos.

Y llegó la final. “Cuando saltamos al pasillo para ser presentados con los alemanes nos dimos cuenta que estaba ganado. Ellos estaban tan crispados y excitados como nosotros el año anterior, en el que fuimos un desastre”, recuerda Ángel López. El alemán Heimpel adelantó a los alemanes a falta de 3:23 para el descanso. Pero 60 segundos después otra estampida de Carrión, como ante Samoa, acercaba a España en el marcador (5-7). Pol había cambiado el dorsal número 11 de Mónaco por el 10 de Riquelme en Hong Kong. Una señal.

Restaban 5:18 cuando Pla recibió una pelota de Iggy sobre su línea de 40. Arrancó y se abrió encontrando un pasillo por el que superó la cortina defensiva alemana, encontrándose al sweeper teutón sobre su línea de 22. Le recortó hacia adentro, fijándole y cayendo al suelo trabado por el rival. Y cuando el reloj macaba 5:10 para el final del partido, desde el suelo y en una situación inverosímil, con la cabeza en el suelo y los pies por encima, acertó a descargar para Paco Hernández, que en el descanso había advertido en el corro que los alemanes no eran rápidos en defensa. Pablo Feijoo había insistido en el offload como arma para desequilibrar a la defensa germana, después de que la mañana previa Ben Ryan, el gurú del 7, el hombre que llevó a Fiji al oro olímpico, le había aconsejado que utilizasen el offload para mover a los rivales.

Y así fue. Paco Hernández acudió al apoyo del Pulpo Pla, que se inventó un maravilloso offload, una asistencia que habría firmado el mismísimo Riquelme, para servir en bandeja el segundo ensayo de España al de Cisneros, un posado que acabó metiendo a España en las World Series, en las que el año que viene se medirán a los mejores jugadores del mundo. La Pandilla de Pol debutará con picadores. ¡Suerte chavales!