Lo que hemos aprendido del España-Francia

Pau Gasol, una vez más, héroe. El pívot catalán anotó 13 de los 32 puntos de España en los dos primeros cuartos y mantuvo a la selección dentro del partido en los peores momentos del arranque del partido. Terminó el partido con 40 puntos y 11 rebotes, jugándose todas las canastas importantes con un porcentaje de acierto extraordinario. Tiros libres, ganchos, penetraciones, las metió de todos los colores.

Sergio Rodríguez, una marcha más. El Chacho tiene una excelente lectura de los partidos y maneja los tiempos como nadie. Su salida desde el banquillo supuso una revolución para el juego español y cambió la cara del equipo. Firmó 7 puntos y 2 asistencias en la primera parte, siendo el segundo máximo anotador nacional con 15 puntos al final.

Bajón en el tercer cuarto. Francia dio su mejor nivel en el tercer cuarto del partido cuando consiguió ventaja suficiente como para estar tranquila hasta la mitad del último cuarto. Los de Scariolo remaron a contracorriente muchos minutos pero tuvieron paciencia para remontar.

Remontada e inteligencia. Pese a la poca ayuda arbitral y el cansancio psicológico que supone ir por debajo gran parte del encuentro, España no tuvo prisas ni se desquició en ningún momento. La frialdad con que se asumió que el momento llegaría fue tremenda y la rabia contenida salió en las celebraciones de las últimas y decisivas canastas de Pau.

Nuestra opinión: La selección española supo dar la vuelta a un marcador que era muy adverso en el tercer cuarto a base de trabajo y paciencia. El premio puede ser mayor, pero la medalla ya está asegurada y el billete para Río 2016 es un premio que hay que saber apreciar.