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Federico Vieyra: Me encantaría acabar segundos y cumplir el sueño de jugar la Champions

PorAsobal

Publicado 31/03/2017 a las 14:28 GMT+2

De nuestro socio Asobal.es

Eurosport

Fuente de la imagen: Eurosport

Hace tiempo que dejó de ser El Niño pero Federico Vieyra mantiene el sobrenombre con el que fue bautizado por su precocidad en las categorías inferiores de Argentina. El menor de los tres hermanos Vieyra se enamoró del balonmano en VILO, el club de su corazón, y pasó por Torrevieja, Huesca e Istres antes de convertirse en un León de la manada que lidera con pasión Rafa Guijosa. En el horizonte del argentino figura una ambiciosa segunda plaza en la Liga ASOBAL que le permitiría hacer realidad el sueño de disputar la Champions.

La próxima temporada seguirás en el Ademar tras el anuncio de tu renovación. ¿Contento de cerrar este tema para centrarte en lo deportivo y con el objetivo de volver a negociar con el club, el año que viene, para seguir defendiendo la camiseta de Ademar?

Estoy muy contento porque voy a seguir un año más en León. Era lo que estaba acordado y estipulado en el contrato inicial que firmamos. Ya estaba contemplada esa renovación por una temporada más. Llegamos al acuerdo de que el año que viene volveríamos a hablar nuevamente de las condiciones, ya sin tener un +1 ni nada de eso. Obviamente estoy feliz en León y encantado de jugar aquí. No tendría problema en volver a hablar con el club el año que viene y evaluar las nuevas condiciones.

¿Qué te sedujo de Ademar para desembarcar en León tras militar en el Istres francés?

La institución, la historia y la tradición que tiene un club como Ademar, donde jugaron grandes jugadores. Fichar por Ademar suponía venir a un equipo grande. El proyecto apuntaba a volver a poner al Ademar entre los mejores de la Liga y a regresar a las competiciones europeas. Era una situación nueva para mí porque en Torrevieja y Huesca peleábamos por no estar abajo y en el Istrés francés estábamos en la segunda división y luchábamos por volver a subir. El proyecto de Ademar seduce a cualquier jugador porque es un club con gran ambición y eso ilusiona mucho. Carou ya tenía asegurado su regreso al Ademar y después me sumé yo. No tuve que pensarlo mucho. Nosotros bromeábamos porque parecíamos un pack, donde iba uno iba el otro. Carou influenció en mi fichaje, claro. Yo sabía lo que era el Ademar pero él me contó en profundidad cómo era el club y el proyecto.

¿Este Ademar es un fiel reflejo del carácter de su entrenador, Rafa Guijosa?

Por supuesto. Intentar jugar rápido y la intensidad es un fiel reflejo de Rafa. El Ademar es la marca registrada de Guijosa, como jugador en su momento y ahora como entrenador. Es lo que él quiere que reflejemos en la pista.

Tenéis 11 días entre la derrota en Huesca y vuestro próximo partido frente a Granollers. ¿Eres de los que preferirías jugar cuanto antes mejor para pasar página rápido o prefieres tener más tiempo para preparar el Partido Estrella de la Jornada 23?

Si gano me da igual, que el siguiente partido venga cuando venga, pero si pierdo tengo más ganas de cambiar las sensaciones cuanto antes. Prefiero tener una revancha lo más pronto posible para volver a la dinámica positiva y dejar atrás la bronca. Estoy deseando jugar frente a Granollers.

Antes de la derrota en Huesca llevabais una racha de 11 victorias consecutivas en la Liga ASOBAL. ¿Estáis malacostumbrando a la afición ademarista?

Es difícil ganar todos los partidos. Los últimos enfrentamientos nos estaban costando más pero nos habíamos acostumbrado a ganar, incluso sin jugar bien. Eso hace que el equipo crezca porque sumas los 2 puntos aunque no tengas un buen día. Nos hemos acostumbrado a la victoria y, cuando perdemos, nos da más bronca porque no entraba en nuestros planes. Sabemos que ningún rival nos regalará nada, especialmente cuando jugamos como visitante. La afición y todos nosotros nos acostumbramos a ganar. Cuando todo va bien y entonces viene un resultado negativo, uno se replantea cosas para seguir mejorando. La derrota ayuda al análisis, a prestar más atención a los detalles así que puedes salir reforzado para volver al triunfo.

A principio de temporada, ¿el objetivo era arrebatarle el subcampeonato a Naturhouse La Rioja?

Creo que Ademar no se puede obsesionar con la segunda plaza porque nuestro objetivo a principio de temporada era mantener los resultados del año anterior y acabar entre los tres primeros clasificados de la Liga. Seguimos apuntando a estar, como mínimo, terceros. Como se fue dando la temporada, nos hemos encontrado con la segunda posición y con varios puntos de diferencia respecto al Naturhouse. Acabar segundos es más una ilusión que nuestro objetivo principal. Obviamente, ahora que estamos en esa posición, queremos terminar segundos.

¿Sería una decepción no quedar segundos?

El premio está muy cerca. No sé si sería una decepción pero está claro que todos, a nivel personal, queremos ser segundos para intentar jugar Champions la próxima temporada, porque es la máxima competición en el balonmano mundial. Nunca la jugué y me hace muchísima ilusión. A mí me encantaría acabar segundos y cumplir el sueño de jugar la Champions. No quiero que nos obsesionemos porque, si no acabamos segundos, el golpe será más duro y no debería ser así.

Los dos puntos negros en la temporada de Ademar son la pronta eliminación en la EHF Cup y en la Copa ASOBAL. ¿Qué momento fue más duro para el equipo?

Creo que el golpe más duro fue el de la Copa ASOBAL porque no era la primera vez que caíamos eliminados antes de tiempo. Granollers nos ganó el partido muy bien. No esperábamos tener ese resultado en casa porque confiábamos en jugar la final. En la EHF Cup no nos queríamos encontrar con Kolding ni Füchse Berlín y nos tocaron los daneses. Creo que hicimos una gran eliminatoria. Pecamos de falta de experiencia en el duelo de ida, que fue el que nos condenó a la eliminación.

¿Qué tiene la Liga ASOBAL que resulta tan atractiva para los jugadores argentinos?

El balonmano que se practica y se enseña en España es el balonmano que buscamos reflejar con la selección argentina y el que nos va mejor para nuestro juego. Por eso muchos argentinos eligen España, más allá del idioma y del tipo de vida cotidiana y calidad de vida. El jugador argentino no es potente físicamente, jugamos en lo colectivo, somos más técnicos y aquí se aprende de forma espectacular.

¿Cómo recuerdas tus inicios en la Liga ASOBAL?

Una de las razones por las que elegí Torrevieja fue tener como entrenador a un maestro como Manolo Laguna. Fue una etapa increíble. Al principio jugaba de extremo y tenía pocos minutos en el lateral porque el puesto estaba ocupado por Eduardo Gurbindo. Los recuerdos de esa época son inmejorables.

Gonzalo Carou y Eric Gull fueron los pioneros que abrieron el camino al resto de jugadores argentinos. ¿Ellos fueron un espejo en el que mirarse para dar el salto a Europa?

Sí, en mi caso fue, sobre todo, Gull, por el puesto y por todo lo que significaba. Yo miraba con mucha admiración a Gull, lo mismo con Carou aunque él juega en otra posición. Son dos referentes en nuestro balonmano.

Carou suma 359 partidos en Liga y Gull marcó un total de 641 goles. Tú acumulas 466 tantos en 153 encuentros en ASOBAL. ¿Superarás algún registro de tus compatriotas?

Superar el registro de partidos es difícil porque Carou jugó en ASOBAL muchos años y todavía sigue jugando. Hay que esperar a ver cuándo se retira. Su récord es muy difícil. Gonzalo también tiene el récord con Argentina de ser el jugador con más Mundiales disputados. A ver cuántos goles puedo meter en ASOBAL para superar a Gull. Ojalá pueda lograrlo.

¿A qué se debe el sobrenombre El Niño? ¿Cómo es que se mantiene a tus 28 años?

Ese apodo viene del 2005, en el Mundial Juvenil de la categoría 86-87-88 y yo soy del 88. Terminé viajando como extremo y yo era el más pequeño de todos. Me empezaron a llamar El Niño porque yo era el bebé del equipo y todavía me llaman de ese modo. Ya no soy tan niño pero el apodo se mantiene porque en la selección argentina hay varios Federico y si dicen nuestro nombre nos giramos todos.

¿Cómo descubres el balonmano y te dedicas a ello en un país tan futbolero como Argentina?

Descubro el balonmano por mi hermano mayor. Nosotros somos tres hermanos y todos jugamos al balonmano. Uno es lateral izquierdo, otro central y yo lateral derecho. Tenemos toda la primera línea. En el colegio se podía jugar a balonmano por las tardes y empezamos a jugar con 6-7 años. Mi hermano mayor, Marcelo, se federó en el club, en VILO, y mi hermano Gonzalo y yo nos fuimos para allá. Mis dos hermanos jugaron en Italia, que es una liga menor pero en su momento daba la posibilidad de ser profesional. No es que el pequeño sea el mejor de los Vieyra pero fui el que estuvo tocado con la varita mágica de ser zurdo.

Iniciaste la temporada con Ademar tras unos JJOO con Argentina y, en invierno, disputaste el Mundial de Francia con tu selección. ¿Sigues teniendo batería para afrontar el tramo decisivo de la temporada?

Los últimos años son temporadas muy exigentes con club y selección, tanto para mí como para Carou y Simonet. La temporada se hace larga pero sabemos que el club nos necesita y somos conscientes de que vamos a terminar vacíos el año. Espero que finalicemos el curso contentos tras conquistar los objetivos marcados. Estamos cansados, más en lo psicológico que en lo físico.

Tras el papel de Argentina en el Mundial de Francia se puso en duda la caducidad de algunos integrantes de Los Gladiadores. ¿Fueron injustas las críticas?

No creo que haya caducidad. Se nos criticó de más. Había demasiadas expectativas en lo que podíamos hacer. Nuestro Mundial podía ser bueno o regular, que fue el que acabamos protagonizando. El grupo que teníamos era muy difícil por la entidad de los rivales. Tenemos que mejorar todo lo que hicimos mal para no repetir errores en los próximos Mundiales. En un país, cuando empiezas a tener repercusión mediática y cierto éxito, la gente y algunos medios te critican. Esas críticas también proceden de gente que no sabe de balonmano y que, por el simple hecho de no ser Campeón, ya dicen que eres un fracasado. La gente del balonmano sabe todo lo que se trabaja en Argentina y de dónde viene esta selección. El entorno no es tan cruel con nosotros. Es lógico que nos critiquen cuando jugamos mal, porque eso lo vemos también nosotros, pero no con agresiones personales como muchas veces pasa en las redes sociales donde no hay filtro. Nosotros ponemos el foco en las críticas constructivas.

Dady Gallardo dejó de ser el seleccionador de Argentina y Manolo Cadenas ha confirmado que está muy cerca de dirigir a Los Gladiadores. ¿Qué te parece la apuesta por el técnico español?

Creo que si Manolo Cadenas viene a dirigir a Argentina sería un lujo y un honor para todo el balonmano argentino. Sería muy positivo poder contar con un entrenador con el prestigio y la calidad de Cadenas. Nos ayudará mucho a seguir creciendo en todos los aspectos, no sólo en la selección absoluta sino también en las selecciones inferiores e incluso puede ayudar a los entrenadores de los clubes argentinos. La elección de Cadenas sería una apuesta muy acertada.

¿Hay vida más allá de una generación irrepetible como la de Los Gladiadores? ¿El futuro está garantizado?

No puedo decir que vamos a tener un futuro inmediato con un recambio de 15 o 20 jugadores nuevos. Tendremos que trabajar mucho para garantizar ese futuro de la selección en Argentina y creo que las decisiones que se tomen en estos meses serán muy importantes. Hay material con el que trabajar porque, en los últimos años en Argentina, creció la cantidad de jugadores y jugadoras que empezaron a jugar a balonmano. En buena parte, por culpa de los resultados positivos de los Gladiadores y de generaciones anteriores. La base de jugadores se amplió. Si hacemos una detección de talentos a nivel nacional, el futuro puede ser muy prometedor.

Serás padre de un niño en breve. ¿Crees que tendremos a un nuevo Vieyra sobre el 40x20?

Ojalá, a mí me encantaría. Mi hermano mayor fue padre hace poco y ya hacíamos los cálculos para saber si los dos primos van a jugar juntos. Queremos que los niños jueguen a lo que quieran aunque, si juegan al balonmano, mucho mejor. Sin dudarlo apuntaría a mi hijo en VILO para que empiece a formarse en mi club.
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