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Blog De la Calle: Ali y el KO siciliano

Fermín de la Calle

Actualizado 09/03/2016 a las 13:00 GMT+1

Tras la foto más icónica de la historia del boxeo, se esconde un oscuro KO con un golpe fantasma, un tipo que no sabía leer, miles de dólares y dos mafiosos.

Mohamed Ali won against Sonny Liston in world heavyweight boxing championship on 26 May 1965 in Lewiston

Fuente de la imagen: AFP

"Carbo podía ser un tipo encantador que cuidaba a su madre como el mejor de los hijos. Pero también era implacable, agresivo, uno de los tipos más espantosos que pueda encontrarse uno frente a frente. Lo llamaban 'Señor Gris' porque él siempre se quedaba en la sombra. No quería tener un perfil público. Prefería hacer las cosas en privado, sin que la gente conociera su cara. Esa era la forma en que operaba. Una cara sin nombre que fue sin duda el hombre más poderoso en el boxeo de su época". Así describía el periodista Kevin Mitchell a Frankie Carbo, nacido Paolo Giovanni Carbo, aunque en su acta de nacimiento pusiera Paul John Carbo. Frankie fue 'soldado' de la mafia, concretamente de la familia Luchese, uno de los clanes poderosos de Nueva York. Carbo conoció a finales de los 30 a un tipo pequeño que trabaja bien el mundo de las apuestas: Frank Blinky Palermo. Un pistolero de la mafia de Filadelfia que llegó a la Gran Manzana dispuesto a hacerse con una cuadrilla de boxeadores para amañar combates y ganar mucho dinero.
Carbo y Blinkly hicieron buenas migas y se establecieron en el negocio, tejiendo una red en los bajos fondos del boxeo neoyorkino que llegó a dominar todo lo que pasaba alrededor de ellos. Corría la década de los 40 y se les conocía como 'La Combinación'. Un grupo en el que además figuraban tipos tan poco recomendables como Ettore Eddie Coco, James Jimmy Doyle Plumeri, Harry Champ Segal o Félix Bocchicchio. Carbo, al que el FBI bautizó como el 'Zar de boxeo', dirigía aquel grupo de extorsionadores que comenzaron amañando peleas de poca monta y acabaron salpicando a primeras figuras como Jack LaMotta o Sonny Liston.
Liston no sabía leer ni escribir, pero distinguía perfectamente el valor de los billetes. Tenía 25 hermanos, empezó a trabajar a los 8 años y con 16 ya le buscaba toda la policía de Saint Louis. En 1950 un sacerdote de la cárcel de Jefferson le enseñó a boxear y ahí arrancó su fulgurante carrera en el ring. En 1959, Blinky y Carbo se hicieron con el contrato de Liston, que acabaría ganando el Campeonato Mundial de los Pesados en 1962, al tumbar a Paterson. Habían tenido que resolver un problemilla porque una parte del contrato de Liston había sido reclamado por Johnny Vitale, otro capo de la Mafia que tenía el 12% de su propiedad. Arreglado el asunto, dispararon la fama del boxeador. Cebaron la gallina, para disparar las cantidades de dinero que se apostaban en sus combates. Miles y miles de dólares dispuestos al antojo de su voluntad.
La pelea que les daría la fama y el dinero, la que enfrentó el 25 de febrero de 1964 a Liston contra Muhammad Ali (entonces todavía Cassius Clay), la vivieron desde la cárcel. En 1961, Carbo, Palermo y dos mafiosos de Los Ángeles (Joe Di Sica y Louis Dragna) fueron acusados de amenazar y extorsionar al boxeador Don Jordan. Después de un juicio que duró tres meses y que tuvo a Robert Kennedy como fiscal, Carbo y Palermo fueron condenados a 25 años de prisión. Así que aquel 25 de febrero los dos vieron el combate desde la cárcel en lugar de hacerlo desde la primera fila del Convention Center de Miami. Circulaban todo tipo de rumores. Uno advertía que, desde la cárcel, la dupla Carbo-Palermo había encargado que envenenasen el agua de Clay.
Durante el inicio de la pelea el de Louisville dominó, pese a que los periodistas vaticinaban su derrota por KO antes del tercer round. En el tercer asalto comenzó a perder visión en un ojo porque Pollino y Reddisch, los preparadores del rincón de Liston, habían rociado sus guantes con aceites prohibidos para sacar de la pelea al joven Cassius, diez años más joven que Sonny. En el quinto round Liston propinó una paliza al joven candidato, que se recuperó en el descanso y todo terminó cuando al sonar la campana del séptimo, Sonny se quedó sentado. Había perdido. ¿Por qué no se levantó? La sombra de un amaño sobrevoló la pelea y se habló de apuestas millonarias, pero el escándalo mayúsculo llegó un año más tarde, cuando el 25 de mayo de 1965, se escenificó la revancha en el Central Youth Center Lewiston de la pequeña localidad de Maine.
El final de esa segunda pelea sigue siendo uno de los más controvertidos en la historia del boxeo. A mitad del primer round, Liston tiró un jab de izquierda y Ali, que ya se había convertido al Islam, se acercó con un derecho rápido, golpeando el ex campeón. De repente, Liston perdió pie y cayó sobre su espalda. Se dio la vuelta, llegó a arrodillarse sobre su pierna derecha, pero volvió a caer de espaldas. Ali comenzó a gritar gesticulando a Liston: "¡Levántate y lucha, lechón!". Momento capturado por el fotógrafo Neil Leifer que pasó a convertirse en una de las imágenes más icónicas de deporte. La hora oficial de la detención del combate fue anunciada al minuto del primer round, pero estaba equivocada. Liston cayó exactamente al minuto y 44 segundos, se levantó a los 1:56 y el árbitro, Walcott detuvo la pelea a los 2:12. Aquel golpe se bautizó como el "golpe fantasma" y marcó el principio del fin de carrera boxística de Liston. No sólo fue su final, fue también el episodio que marcó la pérdida de poder de la Mafia en el boxeo.
Liston murió misteriosamente en Las Vegas en 1970, hay quien sostiene que asesinado por la Mafia. Y Carbo lo hizo en Miami Beach el 9 de noviembre de 1976, antes de cumplir toda la pena, ya que recibió la libertad condicional antes de tiempo debido a la mala salud. Por su parte, Blinky Palermo, que ya había amañado la pelea entre Jake LaMotta y Billy Fox en el 47, cumplió la pena completa y se retiró a Filadelfia, donde murió con 91 años apartado del mundo del boxeo. Cuentan que Palermo presumió hasta el final de sus días de haber tumbado a Liston "con aquel golpe fantasma y 50 de los grandes. Fui yo, y no aquel golpe de derechas, el que hizo famoso a Ali".
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