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Blog De la Calle: GGG, el hombre que nunca besó la lona

Fermín de la Calle

Actualizado 24/11/2015 a las 08:34 GMT+1

El pasado fin de semana el mexicano Saúl Álvarez, conocido boxísticamente como Canelo, derrotó al puertorriqueño Miguel Cotto, cuatro veces campeón mundial.

Gennady Gennadievich Golovkin.

Fuente de la imagen: Eurosport

Lo hizo proclamándose nuevo campeón del peso mediano del Consejo Mundial del Boxeo (CMB). Y lo hizo en el Mandalay Bay de Las Vegas, ante la presencia de un chico de mirada fría y mano dura llamado Gennady Gennadievich Golovkin. Su mirada fría procede de Karaganda, la ciudad industrial en la que nació, al este de Kazajistán, construida cerca de una explotación de minas de carbón mediante el trabajo esclavo de los prisioneros de los campos de trabajo. Esclavos en su mayoría de origen alemán. Algo que marcó su vida.
Hijo de padre ruso y madre coreana durante su infancia sus hermanos Sergey y Vadim le incitaban a cruzar puños con el primer chico que se cruzase por la calle, independientemente de su edad o tamaño. Allí forjó su dureza física. La mental fue más traumática porque perdió a sus dos hermanos en la guerra. Sin entierro ni funeral. Desde entonces Gennady sube al ring a pelear con la fuerza de los tres.
Golovkin completó una deslumbrante carrera amateur (la esgrima del boxeo) en los pesos medios: 350 combates, 345 victorias y 5 derrotas, todos ellas a los puntos. No sólo no fue noqueado jamás, ni siquiera besó la lona nunca. En ese camino, una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas, un oro en el Mundial de Bangkok y otro en los Juegos Asiáticos. Su carrera profesional arrancó en Alemania, en 2004. Pero su sueño era pelear en el Madison, reinar en el mundo, dominar los pesos medios y vivir en Los Angeles. Por eso en 2010, cansado de peleas sin historia, con 19 victorias, 16 de ellas por KO, firmó por la promotora K2 Promotions y se marchó a hacer guantes al histórico Big Bear de California, a las órdenes de un mito: Abel Sánchez. El técnico tijuanense había entrenado a decenas de boxeadores, 11 de ellos campeones del mundo, entre los que figuraban Terry Norris, Miguel Ángel González, Samuel Peter o Carlos Baldomiría. En un primer momento dudó porque pensaba que el kazajo llegaba tarde al profesionalismo, con 28 años. Pero su inteligencia y su disciplina le convencieron.
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Gennady Gennadievich Golovkin.

Fuente de la imagen: Eurosport

Allí comenzó su mexicanización como boxeador. Golovkin aprendió a ser un púgil más combativo, más agresivo. Y aprendió a no encajar tantos golpes fáciles, a mejorar el “bending”, la esquiva. Golovkin es un martillo pilón en ataque, pero Sánchez descubrió que se tragaba demasiados uppers y ganchos, especialmente de izquierda. Un día el entrenador escribió en una pizarra tres nombres: Ali, Floyd Mayweather y... GGG. "Tú puedes estar ahí". El 19 de enero de 2013 logró otro de sus sueños, debutar en el Madison Square Garden. Lo hizo reteniendo los títulos Mundiales de la WBA y de la IBO en el peso mediano ante el estadounidense de origen portorriqueño Gabriel Rosado. Ishida, Macklin, Stevens, Adama, Geale, Rubio... Y así hasta 34. 34-0-0, con 31 KO, para un porcentaje del 90%, el mejor de la historia en los pesos medios. Golovkin está considerado un cazador del ring y uno de los mejores boxeadores libra a libra.
Pero para su preparador a GGG sólo le falta un gran combate. Y la pelea contra Saúl Canelo Álvarez podría servir para colocarle definitivamente en el Olimpo del Boxeo. De momento Gennady Gennadievich Golovkin mantiene un récord impensable en el boxeo. Jamás ha besado la lona en sus casi 400 combates como boxeador, nunca le iniciaron la cuenta atrás. . ¿Quién será capaz de hacerle besar la lona? ¿Podrá alguien enviarle alguna vez a dormir a la habitación del sueño?
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