Chaca no consigue el títutlo, pero sí el reconocimiento de todos

Isaac Real “Chaca” no ha podido proclamarse campeón de Europa del peso Superwélter por segunda vez, al caer ante el zurdo francés Cedric Vitu, en un extraordinario combate disputado en el Palacio de los Deportes Marcel Cerdan de Levallois-Perret.
Hay derrotas que dignifican a un boxeador, que lo engrandecen. Y la de hoy ha sido uno de ellas. No vamos a descubrir nada si enunciamos que “Chaca”, un hombre que entró tarde en el profesionalismo, no es un estilista de primera línea; pero su corazón lucha por salir de su caja torácica y, también, es un hombre inteligente sobre el cuadrilátero.

La campana salva a Vitu
Tras un primer asalto de estudio, en el que Cedric Vitu llevó el peso de las acciones, una gran derecha del español en el segundo parcial desataba las hostilidades. En estos momentos parecía que la estrategia de Isaac Real “Chaca” sería la de usar las acciones sorpresivas, la rapidez, para dañar a un rival más técnico que, como casi siempre, se apoyaba en su gran croché de derecha.
Esto tuvo su máxima expresión en el tercero, cuando a falta de menos de diez segundos otra derecha explosionaría en el mentón del campeón galo y lo mandaría a la lona. En el primer intento de levantarse, a Vitu le fallaron las piernas, pero lo consiguió y… sonó la campana.
Si bien la técnica estaba de lado local, la pegada lo estaba del visitante.
Golpear el último
Pero el galo, a lo largo de su carrera, ha dado muestras de ser un gran boxeador. Sin discusión y, al menos, en el concierto europeo. No tardó en recuperarse y comenzó a adueñarse de la situación. “Chaca” atacaba, metía buenas manos, especialmente la derecha recta (y algún peligrosísimo croché de izquierda), pero cuando buscaba rematar a su rival, se encontraba con la contra de éste, que en los intercambios siempre solía llegar con las últimas manos, algo que pesa en las cartulinas de los jueces.
La situación para el español se agravó a partir del 6º, cuando un choque involuntario de cabezas le abrió un corte debajo de la ceja izquierda. No fue excesivamente grave, y pudo ser controlado, pero sí provocó una pérdida inicial de concentración.

Todo o nada
En el último tercio del combate la estrategia de Real cambió. Sabedor de que estaba por abajo en las cartulinas, no tenía más remedio que intensificar la presión. Pero el combate era duro y la condición física (de los dos) iba erosionándose. Así, tardaba unas décimas de segundo más en acercarse a su rival, lo que provocaba que éste le recibiera con combinaciones. También se mostraba Vitu cómodo en las cuerdas, especialmente empleando el upper-cut, eficaz durante toda la noche.
Pero el cuerpo de “Chaca” podía estar cansado; su alma indomable no. Así que, a medida que se acercaba el final, redobló su ataque. Todo o nada. El 11º fue un asalto en el que los dos pelearon con el alma y en el que a Vitu se le vio con problemas; también al español, pero estaba claro que ya sólo pararía de ir hacia adelante cuando sonara la campana final.
Fruto de ello llegó el apoteósico último parcial, en el que “Chaca” parecía que podía noquear a su rival hasta que éste sacó una contra, casi desesperada, que puso en muy mal estado al de Gallego Prada. No quedaba tiempo para más, sabíamos que en las cartulinas Vitu retendría el cinturón por poco margen (116-112, 115-113, 115-112 fue el resultado oficial), pero no podíamos dejar de ensalzar el pundonor y el coraje del español. Todo lo que tenía lo puso sobre el ring; incluso, algo más.
Como hizo el todavía campeón francés tras el combate, o como hace la prensa deportiva del país vecino (L’Equipe reconoce las grandes dificultades por las que pasó su boxeador), sólo queda aplaudir la actuación de “Chaca”.

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