Opinion
CiclismoBlog Uría: Nairo, gigante en el Blockhaus
PorRubén Uría
Actualizado 15/05/2017 a las 14:28 GMT+2
Metro a metro, el colombiano se retorció en la bici, hasta vestirse de rosa en el Blockhouse. Nairo se convierte en el gran favorito para ganar este Giro.
Rampas épicas, dolor en las piernas y la gloria en el horizonte. Con ese mapa emocional por delante, en el mítico Blockhaus, el corazón de los Montes Abruzos de los Apeninos, apareció Nairo Quintana para conquistar etapa y maglia rosa. El colombiano lo hizo con grandeza, a golpe de riñón y con una superioridad aplastante. Codo con codo, comenzó la ascensión con el grupeto de favoritos, hasta desencadenar un ataque progresivo que tuvo hasta cuatro episodios diferentes. El primer ataque de Nairo llegó pronto, a siete kilómetros de meta; el segundo, a seis; el tercero, a cinco; y el cuarto y definitivo, a tres. A pleno pulmón, emulando las gestas de Pantani, el último gran grimpeur de la ronda italiana, Nairo logró superar a un soberbio Thibaut Pinot, distanció a Dumoulin – que tendrá sus opciones de ser líder en la próxima crono-, metió tiempo a Bauke Mollema y también dejó atrás a Vincenzo Nibali, que fue de más a menos en la subida. Fue, en esencia, un recital de Nairo. Uno de esos a la antigua. Con clase, estilo y determinación. Metro a metro, el colombiano se retorció en la bici, hasta vestirse de rosa en el Blockhaus. Nairo manda en la centésima edición del Giro y se convierte en el gran favorito, si es que no lo era ya antes, para ganar la ronda italiana.
Caprichos del destino, tres de los rivales que más podrían haber inquietado a Quintana en la subida, Adam Yates, Geraint Thomas y Mikel Landa, se quedaron sin posibilidades de ganar este Giro. Yates se dejó 4:39 con Quintana y los Sky quedaron fuera de combate por culpa de una moto que provocó una caída en la que se vieron afectados. Nairo cogió su moto particular y dejó atrás a todos. Antes, otra moto, una policial, se había encargado de destrozar las ilusiones de Landa, envuelto en una montonera que le costó un retraso de casi media hora, que es posible que acabe consiguiendo que tenga que abandonar la carrera. Una fatalidad para la organización de la corsa rosa. Una canallada para el aficionado. Al menos, queda el espectáculo que promete Nairo Quintana. A partir de ahora, será una lucha interesante. Todos contra el colombiano. Dumoulin, Pinot, Nibali y Mollema tendrán que explorar sus propios límites y averiguar hasta donde llegan los del colombiano, si es que los tiene. Hace 30 años un colombiano, Lucho Herrera, ganaba la Vuelta a España. Hoy, otro colombiano. Nairo Quintana, quiere ser el rey del Giro.
Rubén Uría / Eurosport
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