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Contador: “Si yo fuera el Astana, atacaría”

PorBiciciclismo.com

Publicado 28/05/2015 a las 18:21 GMT+2

De nuestro socio Biciciclismo.com

Eurosport

Fuente de la imagen: Eurosport

A sus 30 años, Richie Porte (Launceston, Tasmania, 30 de enero de 1985), afronta la fase más decisiva de su carrera. Los años en que, se dice, el cuerpo de un ciclista de fondo está en su plenitud y donde debe aprovechar todas las oportunidades que se le presenten. El australiano, ya en su cuarto año en Sky, acaba contrato a final de temporada, y de sus ambiciones y capacidades para ser un líder de equipo y disputar las grandes vueltas por etapas como más de una vez ha declarado querer ser, puede depender su futuro.
Porte se ha ganado a pulso la condición de ser uno de los vueltómanos más temidos del pelotón. De físico compacto, el tasmano es un gran contrarrelojista y cada año ha demostrado su mejoría en la escalada. Sin ir más lejos, este inicio de temporada se ha mostrado imbatible: segundo en el Tour Down Under, cuarto en la Vuelta al Algarve, y ya en la parte decisiva de la temporada, ganador tanto de la París-Niza (por segunda vez en su carrera), como la Volta a Catalunya y el Giro del Trentino.
Sin embargo, al llegar al Giro de Italia como favorito y líder indiscutible de su equipo, su cruz con las grandes vueltas ha vuelto a ser protagonista. Desde su tardío debut en el profesionalismo el año 2010, Porte ha disputado ocho grandes vueltas, y su mejor resultado sigue siendo en la primera de ellas, el Giro de 2010, el único top10 que ha logrado en tres semanas con un séptimo puesto. En esta edición, Porte ha acabado abandonando. “He tenido mucha mala suerte, con lo del pinchazo y la penalización de tiempo, pero fue la caída del viernes lo que más tocado me dejó”, decía el aussie, de quien todo el mundo se pregunta si quizá su solidez para pruebas de tres semanas, o por lo menos la buena suerte, queda ya en entredicho para siempre.
Un triatleta en Italia
Lo cierto es que la trayectoria de Porte es bastante particular, especialmente por lo tarde que empezó con el ciclismo. El primer deporte que practicó fue la natación, una práctica que ha recuperado esta pretemporada, donde asegura que ha nadado más de 20 km por semana. “No queremos que tenga ninguna masa muscular innecesaria en su tren superior, pero es algo que le gusta hacer y está bien que lo haga fuera de temporada, para variar un poco”, decía de ello su preparador Tim Kerrison, justamente un antiguo entrenador de natación, en una entrevista a Cyclingnews.
Luego comenzó a competir en triatlones mientras trabajaba como socorrista en la ya derribada piscina local Windmill Hill de su pueblo natal, donde montaba salidas en bici. “Y a los 20 años decidió que sus capacidades corriendo a pie no eran suficientemente buenas para el triatlón”, recuerda Andrew Christie-Johnson, su primer entrenador y quien le fichó luego para el equipo continental tasmano Praties (el actual Avanti), con el que haría el calendario austral hasta pasar a profesional. Aunque Porte era más recordado por destacar en los tramos de natación, a medida que fue descubriendo las competiciones ciclistas se fue enganchando.
“Fue una transición difícil. Podía hacer buenas cronos, pero a la que llegaban los puertos me caían 6 minutos”, explicaba el mismo Porte en Bicyling Austalia sobre sus primeras carreras. Sin embargo, aunque no empezara a competir hasta 2006, ya en 2007 tuvo la oportunidad de ir a correr a Italia como amateur a través de un amigo, Josh Wilson, que corría en un equipo llamado Gruppo Lupi al que le faltaba una plaza. Y allí se fue Porte, que ganó su primera carrera, el Trofeo Sportivi San Donato. “Podemos decir que estaba gordo, pero ataqué en la última subida y me fui solo”. Así de fácil.
Su gran año, el decisivo para pasar a profesionales, fue el 2009, donde llegaron las victorias por doquier en el calendario dilettanti italiano, y se mostró especialmente en el GiroBio, donde le ganó la crono al entonces vigente campeón mundial sub23 de la disciplina, Adriano Malori, y disputó las etapas de montaña pero se quedó fuera del top10 al perder una escapada decisiva. Lo que pasó más desapercibido fue una enorme caída en la Parma-La Spezia del año anterior, que le tuvo semanas fuera de actividad y que le tentó a dejar el ciclismo al volver a competir en su casa, en la Vuelta a Tasmania, por el miedo que sentía el los descensos. Finalmente, se llevó la carrera y se convenció a seguir triunfando.
Debut por todo lo alto en Saxo Bank
Porte tuvo la oportunidad de debutar en profesionales directamente con uno de los mejores equipos del mundo, el Saxo Bank. El hecho de correr los dos últimos años con Andrea Tafi ayudó, pero el mismo corredor admite que el consejo de Stuart O'Grady fue clave para hacerse un hueco en el equipo de Bjarne Riis, donde no tardó en impresionar. Se presentó al Giro de Italia tras ganar contra pronóstico la crono del Tour de Romandía, aunque sin preparación específica, y fue tres días líder tras entrar en la famosa fuga camino de L'Aquila que revolucionó la prueba. A pesar de sufrir una gastroenteritis cuando tenía la maglia rosa, acabó séptimo final, y cerró el año con resultados muy sólidos: cuarto en el Eneco Tour, el Tour of Britain y el mundial de crono.
Justamente las cronos (ganador en las de las vueltas a Castilla y León y Dinamarca, tercero en la final del Giro y cuarto en la del Tour) fueron su refugio en un 2011 muy extraño, en que el equipo se reestructuró con la marcha de gran parte del bloque dominante al nuevo Leopard y la llegada de Alberto Contador, que aquella temporada hizo el doblete Giro-Tour que este año quiere repetir. “Con Contador, no había mucho que pudiera hacer para él. Lo único que podía hacer en el Giro era decidir quién iba a perseguir la fuga. En las subidas, no necesitaba ninguna ayuda, no podíamos ayudarle. Había momentos en que Alberto pinchaba y yo paraba a ayudarle, y luego él mismo me dejaba atrás. Por lo que yo me quedaba pensando 'OK, no ha tenido sentido pararme'”, explicaba en una entrevista a RIDE sobre aquel año donde, efectivamente, no destacó ni individualmente ni como gregario.
Del gregario de lujo al líder centrado
El mayor desarrollo de Porte se ha dado en la disciplina del equipo Sky, donde mayormente ha crecido como gregario de lujo por detrás de los líderes del equipo, Bradley Wiggins y Chris Froome. El australiano ha estado siempre en los grupos de trabajo de confianza para el Tour de Francia, haciendo concentraciones en altura en el Teide, y ha aprovechado siempre las oportunidades que se le han presentado. En el caso de 2012, su primera temporada en que era el tercero en discordia tras los dos británicos, ganando la Vuelta al Algarve a principios de año.
El 2013 fue seguramente la mejor temporada de su carrera hasta el brillante inicio de año de esta campaña. Con Wiggins apostando por el Tour, Porte debía acompañar en sus grandes objetivos a Froome, con quien tiene una gran relación y siempre comparte habitación cuando corren juntos –“aunque seamos dos personas muy diferentes, estamos en la misma amplitud de onda”, dice de él–. Y tanto junto a él (segundo tras su líder en Critérium Internacional y Dauphiné) como separado de él (ganador de París-Niza y segundo en la Vuelta al País Vasco) demostró una solidez digna de un líder de equipo. Así parecía que tenía que ser también en el Tour, siguiendo el guion del doblete Wiggins-Froome del año anterior cuando fue segundo tras Froome en la primera gran llegada en altura en Ax-3-Domaines, pero ya al día siguiente, en una jornada de guerra de guerrillas en los Pirineos, Porte empezó a ganarse la fama de su irregularidad dejándose 18 minutos. Acabó 19º aquel Tour, que ganó Froome.
En cambio, 2014, que tenía que ser el año en que finalmente gozaría del liderazgo del equipo en una gran vuelta en el Giro de Italia, se convirtió en una pesadilla por problemas de salud. Todo se empezó a cruzar con una gastroenteritis muy fuerte en Tirreno, que le hizo abandonar antes de la etapa reina cuando estaba rindiendo bien, y la sucesión de abandonos posteriores (Volta, Romandía) le llevó a decidir no participar en el Giro para centrarse en el Tour. El problema fue que en el Tour, donde se quedó también como líder de equipo por el abandono de Froome, “estaba en antibióticos desde la etapa de pavés. Tras Chamrousse, si hubiera sido otra carrera, habría abandonado, pero era el Tour y quería llegar a París”, explicó el mismo Porte a Pro Cycling. Tras más abandonos en la parte final de la temporada, el mánager de Sky, Dave Brailsford, le mandó a Manchester a hacer pruebas con varios médicos y el diagnóstico fue claro: había hecho el Tour con neumonía y debía dejar de correr.
El nuevo Porte de 2015
Tras ello, en el equipo decidieron hacer un reset para Porte, que acabó pronto la temporada y se centró en construir una buena base para una temporada donde, ya sin Wiggins, se antojaba clave para el futuro del tasmano. Además del citado retorno a la natación, que asegura que le ha producido mejoras respiratorias tras los problemas del año pasado, Porte se ha concentrado más en mantener un peso bajo. Según Tim Kerrison, empezó el año con 60 kg y estaba en 58 para disputar el Giro.
“Ha sido todo cuestión de estilo de vida. Cambiar la manera de comer, no beber alcohol… al final, soy un atleta profesional, no tengo por qué meterme alcohol en el cuerpo. Para eso ya está cuando me retire, ¿no?”, decía él mismo en una entrevista a Cycling Tips. A principios de año, también destacó que el hecho de haber encontrado pareja estable le había hecho estar más centrado, y la incógnita es saber si esta nueva mentalidad le servirá para sobreponerse al nuevo batacazo de este Giro, lo cual será esencial para descubrir, de una vez, si Porte logra adquirir la solidez que se le presupone a un líder de equipo.
Albert Rabadan, @arabadan
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