Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

El rejuvenecer de Rubén Plaza

PorBiciciclismo.com

Publicado 27/08/2015 a las 17:07 GMT+2

De nuestro socio Biciciclismo.com

Eurosport

Fuente de la imagen: Eurosport

La vida deportiva de Rubén Plaza ha sido un tobogán. Desde que nació, un 29 de febrero de 1980. Bisiesto. Tiene 35 años, pero el calendario dice que tiene menos de diez. Las rodillas le torturaron en su inicio profesional y se rompió la tibia y el peroné en una caída en la Vuelta a Murcia en 2011. Vivió también el exilio en Portugal. Y este niño volvió, una vez más, y a lo grande además con su victoria en Gap en el pasado Tour de Francia. Ahora disfruta como nunca. “He rejuvenecido diez años”, asegura.
Este 2015 recaló en el Lampre-Merida, recomendado por Campos&Quintana, sus representantes, y avalado por Rui Costa, después de quemar su tercera etapa a las órdenes de Eusebio Unzué, primero en Banesto (2001-2003), luego en Caisse d’Epargne (2007) y enlazó de nuevo con el último año del patrocinador francés y la llegada de Movistar Team (2010-2014), nueve de 15 temporadas. Un sube y baja. La gloria, sin embargo, la alcanzó este año con el triunfo en el Tour.
“Con 35 años y en la recta final de mi carrera deportiva me ha valido para volver recuperar la ilusión y las ganas para seguir competiendo. Me ha servido para rejuvenecer unos diez años. No solo la victoria, sino las sensaciones ya que estuve en un nivel muy bueno durante toda la segunda parte del Tour. Vuelvo a disfrutar de la bici con unas sensaciones que hacía mucho tiempo que no tenía”, destacaba a BiciCiclismo en el inicio de la Vuelta.
La grave caída de la Vuelta a Murcia en 2011, se fracturó la tibia y el peroné, también el tobillo, derechos cuando se precipitó a un barranco en el descenso de Collado Bermejo, a 75 kilómetros por hora, puso en duda su carrera. Nadie se enteró. No había pinganillos. Gritó. Nadie le escuchó. Así que pese a la avería en su pierna se arrastró, reptó, hasta que apareció la ambulancia. Un accidente que le hizo dudar sobre su carrera deportiva. “Justo tenía 31 años, una época de pensar si intentar volver a la competición o dejarlo porque fue una fractura bastante complicada, pero le eché coraje. Me ha costado mucho volver al nivel de 2010-2011. Al final lo he conseguido aunque me ha costado más añitos. Y lo que me quede de ciclismo espero disfrutar como lo he hecho en el Tour”, asegura el valenciano de Ibi.
Con los deberes hechos en julio, no llega con un objetivo específico a la Vuelta. “Fundamental para mí es ir día a día, ver si puedo estar cerca de los que están peleando por la general. Después de cinco-seis días me plantearé la carrera, si intentar hacer una buena General o por el contrario pelear por alguna etapa”. Será esto último porque en la jornada del Caminito del Rey se dejó 15 minutos. Su reto, repetir victoria en la Vuelta una década después de ganar la contrarreloj individual en Alcalá de Henares.
El Mundial de Richmond, si es llamado por Javier Mínguez, sería la guinda a su regreso a lo más alto, después de correr en 2005 –fue cuarto en la contrarreloj-, 2008, 2009 y 2010. “No me importaría. Si hago una buena Vuelta, y el seleccionador lo considera, estaré encantado al servicio de la selección. Con la forma de la Vuelta se puede llegar al Mundial. Tampoco me obsesiona”, asevera.
Asimismo, termina contrato con el Lampre-Merida. No le inquieta demasiado después del Tour de Francia y de todo lo que ha pasado en su particular recorrido rompepiernas. “Estoy tranquilo, he pasado por épocas bastante complicadas que esta, pero, claro, quiero decidirlo cuanto antes aunque tampoco estoy nervioso. Por qué no seguir en Lampre, estoy a gusto, es el equipo donde he vuelto a recuperar la ilusión, las ganas y la confianza en mí mismo y eso también lo valoro. No me importaría seguir aquí y hay que valorar otras opciones”, recuerda.
Rival de Valverde desde juveniles, fue triple campeón junior en 1998, línea, contrarreloj y persecución. Creció muy rápido, hasta 1,91, y sus rodillas se resintieron, eran de cristal. Su sueño profesional en Banesto pronto se convirtió en una tortura. Los tendones no podían resistir y el dolor era insoportable. Superó aquella pared y volvió, campeón de España en 2003, una etapa y quinto en la Vuelta y cuarto en el Mundial contrarreloj en 2005, ya con el Comunidad Valenciana. Un año después, sin embargo, le metieron en el saco de la Operación Puerto. Proclamó su inocencia. En vano, estuvo exiliado en Portugal hasta que la Federación Española le exculpó y, pese a todo, logró su segundo título nacional con el Liberty. Unzué le hizo un hueco de nuevo en 2010 y debutó en el Tour con 30 años, décimo. La grave caída en Murcia, en cambio, un año después truncó su regreso a la élite. Fueron años inéditos, se reconvirtió en gregario de Valverde y después de Quintana. Su última victoria fue la Vuelta a Castilla y León en 2013, hasta que rompió el hielo el pasado 20 de julio en Gap.
Un éxito que celebró como un chaval, por delante de Sagan, y ahora espera tener cuerda para rato. No obstante, los problemas físicos y las caídas le han impedido tener la continuidad suficiente y de, hecho, solo ha disputado ocho grandes vueltas. Tiene hambre y además ilusión. Disfruta en definitiva. Y ahora espera que dure su buen momento y que los túneles negros hayan quedado atrás.
Lee más artículos en Biciciclismo.com
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio