Pardilla, ciclista 300 días después: “Mi mano estalló”

Sergio Pardilla (1984, Caja Rural-Seguros RGA) ha empezado el 2016 sintiéndose de nuevo un ciclista profesional, sobre el sillín “después de 300 días” y ayer en la presentación oficial de su equipo, tras pasar un año en blanco por la grave caída que sufrió en la Vuelta al País Vasco. Ahora sonríe de nuevo aun cuando el relato de su recuperación a BiciCiclismo es escalofriante, “los primeros meses fueron terribles, estaba hecho polvo”, afirma. Incluso llegó a creer que no volvería a ponerse un dorsal por las graves lesiones que sufrió en la mano izquierda y de las que todavía arrastra secuelas. Su prioridad es rescatar la confianza perdida “para intentar ser igual de competitivo que antes del accidente”.

Pardilla regresó la competición el 31 de enero en el Grand Prix Marsellaise y disputó, y terminó, a continuación la Etoile de Bessèges, casi diez meses después de estrellarse contra un bolardo en la llegada a Bilbao de la Vuelta al País Vasco. En Francia, tenía “la incertidumbre de cómo iba a responder después de 300 días sin competir. El principal problema era la confianza de volver a rodar en el pelotón, el soportar esa tensión y mi mano era la gran duda”.

Un regreso que anhelaba, una realidad por fin. “Era un día que esperaba con ganas, que quería que llegara cuanto antes, tenía ese gusanillo de volver a ser ciclista y volver a vivir esa rutina del día a día, de estar con los compañeros dentro y fuera de carrera. Sí fue un día especial. El objetivo principal era ponerme un dorsal y lo conseguimos. Así que para empezar ya tuve la primera victoria. En carrera fue todo bien, sin incidencias, cada día me encontraba mejor. Vine contento de Francia. Ahora espero coger la confianza necesaria y volver a ser competitivo”, destaca el manchego.

Esa es la cara feliz, pero atrás queda el reverso. Nada menos que 301 días, desde el 6 de abril. Un tiempo que solo él y su entorno saben lo que ha sufrido. “Ha sido un camino bastante largo, muy duro. Sobre todo, los primeros meses fueron terribles. Estaba hecho polvo física y mentalmente, era una persona totalmente dependiente, no podía hacer nada por mí mismo, y eso lo llevaba muy mal. Tenemos una vida muy activa, de viajes, de entrenamientos y competición, y de golpe y porrazo pasar de un extremo a otro, depender de otras personas en el día a día, es algo que lo llevé bastante mal. Una vez que empecé a hacer rodillo, a montar en bici, ya fue cambiando todo y mejoré”, recuerda a BiciCiclismo.

“Sí, sí, sí”, responde sin dudarlo cuando le preguntamos si alguna vez pensó en que no podría volver a ser un corredor profesional. Con el paso del tiempo, la mano izquierda fue su martirio, más que las otras severas lesiones que sufrió: un neumotórax, una fractura de la escápula, cuatro costillas rotas.... “Yo no pensaba que la mano estuviera tan mal, me retrasó muchísimo, no avanzaba en la rehabilitación y, según pasaban las semanas, salían nuevas lesiones y fracturas que no se vieron en un principio y difícil de reparar. Incluso hasta última hora no sabía muy bien si tenía que volver a pasar por el quirófano o no. Fue una época en la que dudaba que la mano fuera a quedar en condiciones como para garantizarme la vuelta a la competición. Al final hemos trabajado duro y se ha recuperado muy bien dentro de lo que cabe, con secuelas. Yo espero que mejore, ganar más fuerza día a día y que no me impida montar en bici”, confía.

Esas “secuelas” en su mano son “varias, varias”, repite, “estéticas muchas”, y las detalla. “La mano impactó de lleno con el bolardo y estalló, para que me entiendas, tuve múltiples fracturas y muchas de ellas únicamente me las pudieron sujetar con agujas y han ido soldando como han podido. Eso me ha generado una artrosis postraumática, bultos en la mano, desviación de la mano, la muñeca me la rompí, tengo un dedo con una placa y tornillos, otro muy tocado y desplazado…He pedido cierta movilidad en los dedos y en el juego de la muñeca, tengo menos fuerza y precisión; no puedo coger muy bien coger cosas pequeñas, por ejemplo”, precisa. El cambio electrónico, dice aliviado, le ayuda a superar esas dificultades.

Sus próximas competiciones serán Murcia, Almería, Andalucía, “con normalidad, entrenando bien y de vuelta a la rutina”. “Esperemos que la mano no recaiga y pueda volver a ser ciclista. Era muy importante volver a la rutina, estar con los compañeros, los viajes, el ambiente de carrera. La vida del ciclista es corta, tenemos fecha de caducidad, y pasar un año en blanco es muy duro. Ahora hay que aprovechar lo que nos queda por delante, disfrutar de la bicicleta y volver a sentirnos ciclistas”, asevera.

“Soy positivo”, concluye. “Me he encontrado bastante bien. Me falta un poco de ritmo y sobre todo coger esa confianza. La mano respondió bien, así que estoy contento y soy optimista cara a mejorar un poco para intentar ser igual de competitivo que antes del accidente”.

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