La Vuelta 2017, 8ª etapa: Alaphilippe gana, Froome se exhibe y sólo Contador le aguanta el pulso

Julian Alaphilippe. El ciclista francés aprovechó su oportunidad para conseguir su primer triunfo en una gran vuelta. Tras ser tercero en Milán-San Remo, el ciclista del Quick-Step aguantó el duro ritmo impuesto por Majka en la ascensión a Xorret de Catí para sentenciar en los metros finales.

Chris Froome. El británico quiere ganar La Vuelta. Y así lo demostró en Xorret de Catí. Cuando sus rivales iban más justitos de piernas, Froome lanzó un poderoso y demoledor ataque ante el que nadie pudo contestar. Sólo Alberto Contador, lejos en la general, fue capaz de mantener el pulso al del Sky. Chris Froome tiene piernas y un maillot rojo que no quiere soltar hasta Madrid. Si todo sigue así, no tendrá rival.

Alberto Contador. El ciclista de Pinto fue el primero en lanzar ataque en Xorret de Catí. Hizo la primera selección del grupo de favoritos, y a la hora de la verdad, cuando Froome activó el ‘modo apisonadora’, fue el único capaz de seguir la estela del británico.

Una etapa que pintaba tranquila hasta el final en Xorret de Catí. Fuga del día, formada por un numeroso grupo de ciclistas que llegó a tener una renta superior a los cinco minutos y en los que, por momentos, el líder virtual de la general era el ciclista del Movistar Nelson Oliveira. El Sky no lo dudó un instante y puso en marcha la maquinaria para reducir diferencias y subir un puntito más el ritmo en el pelotón. La fuga llegó al último puerto del día, 5 kilómetros de ascensión con rampas de hasta el 22%. Majka probó suerte, pero Alaphilippe aguantó bien su rueda para rematar la victoria de etapa en el descenso.

Contador fue el primero en probar suerte en el grupo de favoritos, haciendo una primera selección. Y ahí es cuando apareció el mejor Chris Froome para demostrar su poderío y lanzar un ataque incontestable. Y uno más. Un último cambio de ritmo que Chaves,, Nibali, Aru y demás no pudieron contestar. Nadie excepto Contador. El de Pinto volvió a demostrar una jornada más que tiene piernas y que, de no haber sido por su crisis en Andorra, otro gallo hubiese cantado. Sólo llevamos ocho etapas, esto va para largo y la alta montaña sigue aguardando para tener más protagonismo.