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La Vuelta 2017: Y Chris Froome se cobró (por fin) su gran deuda pendiente

Adrián G. Roca

Actualizado 09/09/2017 a las 19:31 GMT+2

Chris Froome se cobró (por fin) su deuda con L’ Angliru y con la Vuelta a España que tanto le ha costado ganar desde que la perdiera en 2011 contra Juanjo Cobo y, también, contra su compañero de equipo Bradley Wiggins. El ciclista inglés ganó La Vuelta, entra en la historia de este deporte al sellar un doblete histórico y se venga de la infernal montaña que cambió su carrera.

Sky's British cyclist Christopher Froome crosses the finish line of the 20th stage of the 72nd edition of 'La Vuelta' Tour

Fuente de la imagen: Getty Images

Chris Froome tenía una deuda pendiente con el infierno. En La Vuelta 2011 se quedó literalmente encallado en las rampas más duras mientras por delante Juanjo Cobo volaba para llevarse la victoria y acabar siendo campeón en Madrid por escasos segundos. Esta derrota y esta lección de vida que se llevó el inglés es la que intentamos relatar con todos los detalles en nuestro artículo previo. Siete años y cuatro Tour de Francia ganados después, el líder del Sky por fin fue capaz de quedarse a gusto consigo mismo y de desbloquear el gran reto que tenía pendiente.
Froome fue segundo en aquel 2011 tras Cobo, también en 2014 ante un intratable Alberto Contador y el año pasado ante Nairo Quintana. En La Vuelta de 2015 se fue a casa al irse al suelo en la etapa de Andorra, pero dando antes una de las grandes lecciones de coraje y dignidad de la historia del ciclismo al acabar la etapa más dura que jamás haya tenido la ronda española completamente dolorido y lesionado.
Longform Angliru, Froome against the mountain
El ciclista inglés podría dedicarse a seguir corriendo critériums o visitar Kenia cada verano cada vez que suma un nuevo Tour de Francia, pero desde aquella derrota ante Juanjo Cobo siempre quiso ganar La Vuelta. En 2012 y tras ser segundo en la ronda gala tras su compañero Bradley Wiggins le fallaron las fuerzas y ni tan siquiera fue podio, pero desde 2014 siempre lo intentó con el máximo ahínco y con la máxima profesionalidad. Aunque hasta este 2017 no haya podido cantar victoria. Lo hará este domingo en lo más alto del podio de Cibeles.
Sus lágrimas en meta junto a sus compañeros y equipo de auxiliares del Team Sky en lo alto de L’Angliru estaban más que justificadas. Escenificaban una victoria ansiada, casi maldita y en el escenario donde cosechó su mayor derrota. Días antes de volver al infierno asturiano, Froome dijo que la montaña más dura que jamás había subido era el Monte Zoncolan en el Giro de Italia, pero siempre reconociendo el mucho respeto que le infundía el coloso de la Sierra del Áramo.
A Chris Froome hay que reconocerle su grandeza, aunque a muchos aficionados les pueda aborrecer su forma de ganar -siempre por aplastamiento- a sus rivales. Y a Chris Froome hay que agradecerle que cada verano desde 2011 haya elegido La Vuelta para prolongar su leyenda, y no sus vacaciones. Que vuelva el año que viene o, mejor, que no se vaya nunca.
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