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Blog Brotons: El jardín de Zidane y la manguera de Sampaoli

Eurosport
PorEurosport

Actualizado 16/01/2017 a las 22:08 GMT+1

La manguera del Sevilla quiere regar nuestra Liga de una posibilidad creciente. Inundemos de ilusiones otros jardines y que no falte el agua para los sedientos.

Sampaoli (Sevilla) y Zidane (Real Madrid)

Fuente de la imagen: EFE

Hasta ayer todo era luz y color en el jardín de Zidane. "Ea, ea, ea, la manga riega que aquí no llega", cántico utilizado en los pueblos por los jóvenes mozos para provocar al encargado de regar la plaza o las calles de la localidad. Los chicos de Zizou llevaban varios meses alegrando a sus vecinos con ese gracioso y provocador sonido. Anoche se apuntaron durante ochenta y cinco minutos a cantar sin temor a mojarse, pero la manguera del Sevilla, es mucha manguera.
Todo parecía sentenciado a cinco minutos del final. Y entonces ocurrió lo contrario a lo previsto, a lo habitual, a lo que hasta ahora era una constante. La suerte del Real Madrid en el tiempo añadido cambio de dueño y se apoderó de un Sevilla insaciable que no quería morir en la orilla. Son cosas que suceden cuando la pasión forma parte de cualquier idea.
Anoche la manguera del Sevilla empapó al Real Madrid. El técnico quiso ser entrenador en lugar de seguir siendo jardinero. Creyó que las flores seguirían creciendo aunque el las cambiara de lugar para evitar ser un alineador. La "Felizidane" sigue estando en lo más alto de la clasificación, los blancos son líderes, pero las primeras humedades que la manguera del Sevilla provocó, han hecho saltar las alarmas en el invernadero que controla el francés.
Tenía que suceder, salvo que algún ingenuo pensara que nunca llegaría una derrota, que además no será la única. Se equivocó hasta la paloma blanca en su vuelo, "que por querer ir al norte fue al sur, creyendo que el mar era el cielo, que la noche la mañana". Sergio Ramos, que había hecho un partido notable, hizo también de paloma equivocando el destino y marcando su primer gol en propia puerta, para su desgracia a favor de su amado Sevilla.
Otro nombre propio fue el de Setevan Jovetic, un apestado en el Inter de Milán, que le dio el toque de calidad y la razón al brillante guionista Monchi. No hay nada como entender el valor de un futbolista para que de la noche a la mañana se convierta en una gran inversión. Sampaoli que es un revolucionario, terminó por revolucionarse del todo y Juanma Lillo empezó a pensar en el próximo partido mientras el Sánchez Pizjuán empezaba a soñar con pelear la Liga.
A la pareja Jorge vs. Juanma les sobra coraje y muchas tablas en el oficio como para aceptar cualquier desafío. Ellos sabían que su manguera podría regar y anegar el jardín de Zidane. Un poco más de presión y el agua empaparía ese hermoso jardín que durante 40 fechas había brillado con luz y alegría en el fútbol mundial. A Zidane ayer le sobraron ataques de entrenador y le faltaron flores.
Menos de un mes ha transcurrido desde aquel artículo donde destacaba el trabajo de Sampaoli y Lillo. Este Sevilla, de revolución noble y criterio apasionante, le puede dibujar algunas inquietudes a cualquiera. Con una afición a la que le han regalado un himno para emocionarse y que es capaz de hacer volar a su equipo, ya sea partido a partido, minuto a minuto, o sueño a sueño.
De la ilusión tan bien se vive y sobre todo de las Inquietudes entrenadas cada jornada por unos jugadores que empiezan a conectarse con el estilo revolucionario de su entrenador. Inquietudes a las que les pone el razonamiento Lillo, que aun pareciendo ausente está en todas las estrategias futbolísticas y vitales. La manguera del Sevilla pretende regar nuestra Liga de una posibilidad creciente. Inundemos de ilusiones otros jardines y que no falte el agua para los sedientos. Veremos si le acompañan también las fuerzas.
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