Blog Brotons: La sonrisa de Zidane no gana partidos

Hasta ayer, la estupenda capacidad de Zinedine Zidane para conducir amablemente el autobús madridista había encontrado muchos guiños, gracias a las lesiones de algunos hombres importantes. El más relevante fue la ausencia de una de las estrellas de la galaxia diseñada por Forbestino: Gareth Bale. La baja del galés le permitió al técnico francés desarrollar algunos planes cuyos resultados han sido positivos y rentables.

El entrenador pudo olvidarse por un tiempo de la machacona historia mediática de la BBC, tratando de proponer un sistema de juego más equilibrado, sólido y solidario. Por otra parte, Zidane pudo ir controlando la disconformidad de algunos actores secundarios, con alma de protagonistas, dándoles una mayor relevancia en el once inicial. Sin Bale operativo, Isco, James y Lucas Vázquez, se han ido repartiendo una ensalada aliñada con notable tacto por el simpático, dicharachero y admirado alineador, que ha enamorado con su sonrisa al mundo entero.

A partir de este momento la situación cambia. La enfermería blanca ha quedado totalmente vacía. Ahora Zidane y su atmósfera de absoluta felicidad están ante un examen que ha empezado a medir realidades, sueños, certidumbres e inquietudes. La presencia de todo el elenco obliga al entrenador a una toma de decisiones que será interesante descubrir hacia dónde desemboca. En Valencia asistimos a la primera dificultad para elegir a los titulares.

Todos entendemos que Gareth Bale será un fijo y por tanto indiscutible titular. Es tan evidente para nosotros como para el presidente que se podría incomodar con su técnico si esto no fuera así. No es menos cierto que sin el futbolista galés el Madrid no solo ha sobrevivido sino que además, ha ofrecido un rendimiento destacable en términos de colectividad.

Hace ya algún tiempo, nadando contra corriente como viene siendo habitual, afirmé que las lesiones en el equipo madridista estaban siendo un desahogo para el sonriente Zidane, ya que le facilitaban la alineación de cada partido. En el Real Madrid no existen los suplentes; hay grandes futbolistas que no juegan todo lo que deberían y a los que Zinedine ha conseguido aplacar dándoles terrones de azúcar, para evitar el encabritamiento.

Me cuesta creer que los Isco, James e incluso Lucas Vázquez se resignen a convertirse en simples o eficaces "correturnos". Tengo ganas de saber si la famosa "Felizidane" es un estado prolongable o, si ha sido un ejercicio de magia al que se le puede empezar a ver el truco. Ni afirmo, ni niego, ni todo lo contrario. Simplemente dudo. Imagino que Morata, por ejemplo, también duda.

Puestos a dudar, incluyo también a Marco Asensio (aquel chico que activó el éxtasis de la afición a principio de temporada) y que desde el silencio del becario está empezando a sentirse un poco ajeno a los planes del presente y del futuro. Apuesto a que Zidane nos seguirá mostrando esa sonrisa radiante (la sonrisa ayuda a ganar personas, no partidos). Otra cosa distinta será hacer de entrenador dentro del vestuario a partir de ahora.

Ayer en Valencia tuvimos el primer acto incompleto de la obra, con derrota final. Parece que todos los tiros apuntan a la impericia del alineador, un francés llamado Zinedine Zidane. Vamos a esperar, o siempre podremos gritarle al Alcalde como hizo el muñeco de Forbestino.