Blog Uría: Cómo dejar de creer...

Nunca hay que dejar de creer, pero por lo visto, sólo cuando se gana porque, de lo contrario, muchos pierden el lugar donde la espalda pierde su casto nombre, para dejar de creer. Entre otras cosas, porque nunca creyeron. Conviene preguntarse cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, sólo porque se siente culpable de no haber podido cambiar la historia y haber hecho felices a tipos a los que había devuelto el orgullo, que es el único título que jamás podrán arrebatarle a un tipo que no fracasó, simplemente no ganó. Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, después de crear un equipo que se ha entregado, en cuerpo y alma, a la durísima misión de enfrentar a los más poderosos, supliendo talento con arrestos y dinero con ilusión. Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, cuando ha logrado que toda una hinchada sienta posible competir y hasta ganar a un equipo que tiene más Copas de Europa que el Atlético Ligas, y al que no habían ganado ni una sola vez en catorce años, hasta que llegó este señor.

Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, cuando cada año le arrebatan jugadores y se ve obligado a reinventarse, teniendo que vender para poder comprar, mientras sus rivales, además de no tener que desprenderse de los mejores, se refuerzan con más y mejores piezas. Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años y resucitar todas las pamemas del Pupas, cuando las finales sólo las pierden los que las juegan y cuando la Juventus, que no es Pupas ni costras, sino el equipo de toda Italia, perdió hasta cuatro finales seguidas de Champions. Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años y llamarle perdedor cuando muchos de sus propios aficionados han festejado cuartos y quintos puestos, incluso alguna Intertoto o hasta un ascenso, porque se habían negado a sí mismos la capacidad de soñar con ganar Ligas, levantar Copas y pelear por la Copa de Europa.Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, cuando su trabajo y su insistencia han sido capaces de arrancar el título más preciado de los hinchas rivales, el del respeto, logrando que muchos hayan pasado de reírse del Atlético a reconocer su mérito, hasta felicitar, de corazón, a un equipo que dejó la vida en el campo y que, después de cualquier derrota, por dura que sea, siempre vuelve.

Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, cuando lleva cinco años haciendo posible lo imposible, combatiendo contra gigantes y poniéndoles en jaque, con menos armas que ellos pero más determinación, ganándose el derecho a perder no sólo dos finales, sino ocho, ochocientas y hasta ochocientas cincuenta, porque es eterno. Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, cuando la directiva debería besar por donde pisa, porque les llena la caja de dinero, el estadio de gente, la vitrina de trofeos y el club de prestigio, siendo incapaces de corresponder, con un proyecto y unos fichajes de primera línea, a la altura de lo que merece este señor que, sin duda, se lo ha ganado. Cómo dejar de creer en un hombre por haber perdido dos finales en tres años, que lleva cinco de desgaste brutal y que se culpa de no haber podido cambiar la historia, cuando ser campeón no es una meta, sino una actitud.

Rubén Uría / Eurosport