Blog Uría: Con ustedes, la fiebre amarilla

Este no es país para pobres, pero la ilusión del modesto inunda la Liga. Detrás del liderato de Las Palmas hay un trabajo enorme y poco reconocido.

Boateng - Las Palmas

Fuente de la imagen: Eurosport

Buen fútbol, tormenta de goles y estilo reconocible. Es la tarjeta de presentación de la Unión Deportiva Las Palmas, líder provisional de la Liga. Un modesto que sueña en grande, que tiene la ambición por las nubes y que ha despertado el interés de medios de comunicación y afición. Su triunfo espectacular en Mestalla (2-4), sumado a su recital ante un caótico Granada (5-1) han colocado a Las Palmas en un lugar de privilegio que le era ajeno desde hacía cuatro décadas. Sólo los más viejos del lugar podían presumir en la isla de haber disfrutado del liderato de su equipo. Ocurrió en 1978, con Miguel Muñoz en el banquillo y después de un triunfo, precisamente, ante el Valencia. Hoy, 38 años después, Las Palmas es líder. Impulsado por Quique Setién – existe un antes y un después de su llegada- y por una plantilla que disfruta en el verde, el equipo desprende sensaciones colectivas extraordinarias. El descaro de Livaja, la chispa de Viera, la electricidad de El Zhar, la potencia de Boateng, el aplomo de Roque Mesa o la magia de Momo están haciendo las delicias de los aficionados canarios. Y también, algo aún más reseñable, están causando admiración entre los aficionados a los que les gusta el fútbol y no sólo su equipo. La fiebre amarilla contagia entusiasmo, despierta un efecto llamada sobre otros equipos y aficionados y aspira a divertir como método para ganar. .
Las Palmas gana y divierte. Mucho en un fútbol donde ganar no es lo único, pero es lo más importante. Ahora los resultados le acompañan, pero su fútbol, no se negocia. Se juega. En todo caso, el fenómeno no ha explosionado por casualidad. El curso pasado se pusieron los cimientos del equipo y este verano el equipo siguió creciendo desde el sentido común. Detrás de la mano izquierda de Quique Setién, que entronca con el ancestral buen gusto por el fútbol técnico de la escuela canaria, asoma el sostén de un magnífico trabajo en los despachos. Este verano el club se comprometió a hacer posible la milagrosa tarea de mantener la estructura del equipo y evitar que los peces grandes se comieran al chico. Retuvo a Tana, Castellano, Momo o Araújo, piezas clave en la anterior temporada. Y de propina, Miguel Ángel Ramírez, el presidente, desechó ofertas muy tentadoras por diferentes, con un importe superior a los 30 millones de euros. A saber: se negó a negociar por Lemos cuando apareció el Barça y logró mantener en el club a Roque Mesa cuando su fichaje por el Sevilla parecía hecho. Fácil de decir, difícil de hacer.
Lejos de debilitar al grupo, la Unión Deportiva lo potenció. No se desprendió de sus mejores jugadores y además, fue ambicioso , mejorando lo que había. El club tuvo paciencia, buen ojo y diligencia en el mercado. Paso a paso. Ejecutó la opción de compra de Lemos, contrató un delantero con talento como Marko Livaja (Rubin Kazan), firmó un joven talentoso como Mateo García (Instituto) por apenas 400.000 euros y como guinda del pastel, hizo el fichaje mediático del verano, para muchos random, de Kevin Prince Boateng. Firme en los despachos, ambicioso en el banquillo y fulgurante en el césped, el club vive un momento álgido en su historia. Conviene disfrutarlo. Sus aficionados saben perfectamente lo que ha costado llegar hasta este momento tan dulce. Queda un mundo y llegarán los momentos delicados para Las Palmas, seguro. Que nadie se confunda al calor del resultadismo, que nadie se ciegue con ínfulas de nuevo rico y que nadie exija clasificarse para Europa. Partido a partido. La gloria no está en el éxito, sino en disfrutar del camino. En la industria del fútbol, cuya locomotora es el dinero, resulta gratificante que un modesto sea rey provisional. No es país para pobres, pero Las Palmas es la excepción de esa regla. Provoca un placer inmenso que algún programa futbolístico abriese su edición dominical con el festival de juego de la fiebre amarilla. Ojalá más Las Palmas. Hay licencia para soñar.
Rubén Uría / Eurosport
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio