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Blog Uría: Cuerpo a tierra con 'Football Leaks'...

Rubén Uría

Actualizado 10/02/2016 a las 17:04 GMT+1

George Orwell, sostenía que "periodismo es publicar aquello que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás, son relaciones públicas".

De Gea.

Fuente de la imagen: EFE

Mientras parte del oficio se dedica a cultivar relaciones públicas y atender a lo superficial para desdeñar lo sustancial, los que están dedicando a publicar lo que alguien no quiere que se publique son los miembros de ‘Football Leaks’. En apenas unos meses, han revelado contratos, cláusulas y documentos que están poniendo contra las cuerdas a muchas superpotencias. Sus últimas filtraciones han levantado ampollas en clubes que, amparados en la privacidad de sus transacciones, están siendo puestos en jaque. El Madrid ha visto cómo ‘Football Leaks’ ha revelado el precio real de la operación Bale, con plazos e intereses, el sueldo de Kroos, el contrato de cesión de Lucas Silva e incluso el que firmó De Gea con el cuadro blanco, con sus respectivas y mareantes retribuciones. ¿Es una práctica ilegal? ¿Vulnera la privacidad de los clubes? ¿Qué persigue ‘Football Leaks? ¿Quién está detrás de esa web? ¿Posee información más comprometida de la que ofrece? ¿Existe algún tipo de extorsión por parte de ‘Football Leaks’ a fondos o clubes, para obtener beneficio? ¿Queda más contenido inflamable por salir? Demasiadas preguntas, pocas respuestas. Lo que nadie puede poner en duda es que las filtraciones están destrozando la estabilidad de una industria, la futbolística, que se llena la boca de hablar de transparencia y que se reproduce desde la opacidad.
La sangría de documentos es imparable. Una que interesa a la opinión pública y que consiste, volviendo a Orwell, al periodismo más puro: publicar lo que otros desean que no sea publicado, con pruebas y evidencias. Al Madrid no le hace gracia que el planeta sepa, de primera mano, que pactó con otro club decir a la prensa el precio de un jugador, ni que se conozcan los salarios de sus jugadores, o que se filtre el sueldo que iba a tener un fichaje que no llegó a cuajar. Contratos, salarios y acuerdos comerciales de índole privado, hechos públicos. Para los clubes, un atentado contra sus intereses. Para la opinión pública, una información valiosa, de interés, porque aporta información pura y dura, sin filtro alguno y sin opinión. Y si no, miren al Atlético, asiduo en los papeles: ha visto cómo aparecía su estrecha relación con el fondo de inversión Doyen Group, cómo se filtraba el contrato de Falcao con el Mónaco (se cerró en 43M€, no en 60) y ahora, documentos sobre el fichaje de Jackson, que se lleva el 5% de su venta al Guangzhou y al que el Atlético firmó un contrato de cuatro temporadas por 21 M€ netos ( 3,5 por la primera campaña, más 2.5 de prima de fichaje, más 3 temporadas con un sueldo anual de 5M€). En esos papeles, que se suceden sin freno, cual gota malaya, aparecen Sporting de Gijón, Sevilla, Zaragoza, Granada y demás. Sus fichajes, sus contratos y por supuesto, su vínculo con un fondo de inversión, Doyen, ya no son secretos, sino públicos. No deja de tener su miga que, en plena aldea global, cuando los clubes de fútbol sacan comunicados como si no costase e incluso felicitan el año chino de mutuo acuerdo, no haya aparecido ninguno para negar, tajantemente, la información que aparece en ‘Football Leaks’. Por menos ha montado ruedas de prensa Florentino. O comidas Cerezo. Qué cosas.
“Es una vergüenza que aparezcan filtrados estos contratos, son privados. Si esta gente sigue, va a ser nuestra ruina”. Esa la confesión de una fuente anónima, perteneciente a un poderoso club español, que deja entrever el pánico a ‘Football Leaks”. Javier Tebas, presidente de la LFP, que aboga por regular los fondos de inversión en vez de prohibirlos como recomienda FIFA, cree que la culpa de las filtraciones es responsabilidad de FIFA, en permanente desgobierno, así como del sistema TMS. Ruina o periodismo. Ilegalidad o información. En cualquier caso, amenaza para los que no quieren que se publique algo que ya se ha publicado. Basta bucear en la web durante diez minutos para comprobar la cantidad de información confidencial que ha compilado esta web. Asusta. Y por eso, los clubes españoles, esos que no se ponen de acuerdo con los árbitros, ni con la RFEF, ni con el calendario, ni con el dinero de las quinielas, ni con el de los derechos de TV, ni hasta con sus propios socios o abonados, estudian el modo de desactivar a un enemigo común, ‘Football Leaks’. Si les asiste la legalidad, los clubes harán lo posible y lo imposible para cerrar la famosa web. Pero mientras esa batalla legal cobra cuerpo, la nube de filtraciones amenaza los secretos de una industria que presume de transparencia mientras vive instalada en la opacidad. Gente que quiere contar lo que pasa frente a gente que no quiere que se sepa lo que sucede. Palomitas. Bien me quieres, bien te quiero, pero no me toques el dinero. Lo demás, ya saben, como decía Orwell, son relaciones públicas. Cuerpo a tierra.
Rubén Uría / Eurosport
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