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Blog Uría: Leganés, Getafe y Girona, gracias

Rubén Uría

Publicado 23/11/2017 a las 13:58 GMT+1

Poco ruido y muchas nueces. Son Leganés, Getafe y Girona. Equipos con un mérito brutal, hechos a imagen y semejanza de entrenadores que merecen reconocimiento.

Stuani, Girona FC

Fuente de la imagen: Getty Images

Naturalmente que, si el fútbol es un espectáculo, importa gustar. Pero en el fútbol profesional, lo más importante, que no lo único, es ganar. Y no es ser resultadista, es tener sentido común. Cualquier estilo es legítimo – incluso aquellos que no nos gustan o despreciamos con gratuidad porque no concuerdan con nuestros colores o maneras de entender el fútbol-, cualquier sistema es válido – aunque todos llevemos un entrenador dentro- y cualquier táctica sirve – sea más conservadora o más arriesgada-, porque todas buscan un objetivo común: competir, que no es lo mismo que jugar. El fin último es ganar. Luego, más allá del resultado, incluso de la fórmula elegida para aspirar al triunfo, incluso de los jugadores que forman parte del estilo que el entrenador busca para su equipo, está el trabajo del grupo, el concepto de equipo. Y ahí, en esa frontera límite entre los resultados , los recursos económicos del club y la manera de rendir de los futbolistas, está el mérito de las cosas bien hechas. Un equipo puede tener malos resultados y estar sosteniendo una buena idea, de juego y de club. No son términos excluyentes. Sin embargo, cuando un equipo, sea humilde o rico, consigue alinear sus resultados en base a un trabajo serio, organizado y coherente, la satisfacción es doble.
Si la pelota entra, encuentra el premio deseado, la retribución doble a un trabajo de meses, incluso de años: ganar y gustar. Cuando eso se consigue sin demasiado dinero, a base de constancia, de trabajo serio y de una organización modélica, dentro y fuera del campo, el aplauso y el reconocimiento deben ser directamente proporcionales al esfuerzo por conseguirlos. Y ese precisamente es el caso de tres clubes modestos en este primer tercio de Liga: Leganés, Getafe y Girona. Tres clubes distintos, tres organizaciones independientes y tres modelos de gestión que tienen puntos en común, pero que se están abriendo paso en LaLiga a base de unos méritos incuestionables. Dicen que hay dos tipos de personas: las que dirigen su vida y las que dejan que la vida les dirija. En materia futbolística, Lega, Geta y Girona se han hecho maduros y competitivos dirigiendo su camino, enfocándolo a una identidad y un sentido de pertenencia propio. Los tres son clubes que no pueden gastar más de lo que ingresan, que tienen economía de guerra y que no pueden equivocarse con los fichajes, porque no saltan sin red. Los tres son equipos de autor: Garitano, Bordalás y Machín forman parte del selecto club de los técnicos españoles que, con menos prensa que algunos foráneos, trabajan en silencio y componen equipos difíciles de superar. Y por último, los tres tienen clara la máxima que debe perseguir todo equipo que aspire a seguir en un campeonato tan exigente como el español: potenciar sus virtudes y esconder sus defectos.
Al Leganés hay que admirarle por su organización defensiva, por su capacidad para atacar los espacios y por su capacidad para gestionarse en la tabla con una regularidad aplastante: concede poco en su área y saca petróleo en la contraria. En una Liga huérfana de pertenencia, Symanowski, Pires o Mantovani forman una columna vertebral tan meritoria como reconocible. Al Getafe hay que apreciarle su presión alta, su sistema defensivo basado en ayudas y su predisposición a salir al galope en cada contra. La veteranía de Jorge Molina, la chispa de Amath o la electricidad no exenta de clase de Ángel son su tarjeta de visita. Al Girona hay que aplaudirle que lleve años jugando de memoria, que tenga jugadores que interpretan el sistema del entrenador a las mil maravillas y que no tenga reparos en apostar por una fórmula clásica del fútbol directo: carrileros largos, centros laterales y búsqueda del juego aéreo del delantero. Maffeo, Aday, Portu o Stuani son gloria bendita. Ninguno de los tres ganará la Liga, ninguno de los tres, posiblemente, alcance plaza europea y ninguno de los tres, por descontado, será portada en los medios de comunicación. Es más, ninguno de los tres tiene garantizada la permanencia y tendrá que seguir peleándola en el terreno de juego. Eso sí, da gusto verles jugar con esa alegría, esa determinación, ese trabajo intenso y esa capacidad para defender sus valores, forjados en una identidad propia y un sentido de pertenencia reconocible. Nada es casualidad para Leganés, Getafe o Girona. Con la venia, previo reconocimiento al compromiso de sus jugadores y la fidelidad de su afición, son tres equipos que merece la pena ver y degustar, en toda su dimensión, porque son equipos hechos a imagen y semejanza de sus entrenadores. Gente que no tiene demasiada prensa, pero que merece reconocimiento y respeto. Gracias por existir.
Rubén Uría / Eurosport
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