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Blog Uría: Reírse de André Gomes

Rubén Uría

Actualizado 21/03/2017 a las 14:22 GMT+1

En el caso de André, siempre llueve. Desde que llegó al club lleva puesto el chubasquero. Reírse de él es gratis. Soporta burlas, befas y pitos. Y es injusto.

New Barcelona's Portuguesse forward Andre Gomes waves as he arrives

Fuente de la imagen: AFP

Hace meses que es deporte olímpico. Las mofas son constantes desde cualquier rincón futbolístico que se arroga la capacidad de asegurar que André Gomes es un desecho de tienta, un paquete, un experimento fallido que ha costado una fortuna y al que, dicen, le viene grande el Barça. No hay día que el portugués no tenga que convivir con un ambiente desagradable y revanchista sobre su figura. En su caso, siempre llueve. Desde que llegó lleva puesto el chubasquero. Y a pesar del paraguas de la defensa a ultranza de Luis Enrique – otro al que se le sacude a mano abierta por el terrible pecado de haber ganado 8 títulos de 10 disputados-, no cesa la tormenta de agravio y desdén sobre el luso. Sus pecados, dicen, son múltiples. A saber: Primero, el precio de su fichaje y la jarana con su cláusula del Balón de Oro – nadie puso una pistola en el pecho al Barça para ficharlo, ni para pagar ese dinero-, como si fuese cosa suya. Después, le basurean el crédito, como si triunfar en el Barça fuese una asignatura sencilla, cuando otros grandes jugadores tuvieron que irse con la música a otra parte. Hagan memoria con Fábregas. Recuerden a Thiago. Piensen en Arda Turan. Y por último, a André le achacan que está completando una temporada desastrosa, porque ni encaja en el esquema del equipo, ni sirve para el estilo – ay, el estilo, siempre a mano como arma arrojadiza- del Barça. Reproches duros. Justo los mismos que uno recuerda sobre Michael Laudrup, que recibió pitos en su primer año. Algo parecido a lo que se decía de un tal Ronald Koeman, del que se dijo después de ser fichado que era lento, malo y caro, y al que parte del público silbaba porque, en defensa, y como decía Luis Aragonés, tenía menos cintura que la rueda de un tractor. De André Gomes se ríen con una crueldad extrema. Y le abuchean en su propia casa. Hay que ser torpe para pretender que un futbolista que está teniendo problemas de adaptación mejore su rendimiento con pitos y burlas de su propio público.
Será impopular denunciarlo, pero mucha gente del Barça está siendo injusta con Gomes. Vaya desde aquí la empatía con un futbolista que está intentando casi todo sin salirle casi nada, que está teniendo que acoplarse a un equipo que no puede esperar a nadie, que tiene a parte del público en contra, y que sufre en su piel un desafecto brutal por parte de la prensa, forofa o mesurada. Bien está que se concluya que André está por debajo de su nivel. Es una realidad palmaria. Otra cosa es lo que se ve, escucha y lee sobre un jugador al que se está pisoteando con impunidad y gratuidad. El Barça fichó a André por cinco años, no por uno. Lo hizo porque confiaba en el talento de uno de los jugadores más prometedores de Europa. Uno con elegancia, polivalencia, clase y buen disparo. Alguien que podía haber elegido equipo, porque los grandes de Europa estaban haciendo cola por su fichaje. Tan malo como dicen, no será. Resulta imposible saber si André acabará fuera del club o triunfará a largo plazo en el FC Barcelona. Necesita rebelarse, recuperar autoestima y conseguir lo más difícil: demostrar que la gente se equivoca y convertir los pitos en aplausos. No estaría de más que algunos comprendiesen a Luis Enrique. O que el socio azulgrana, que presume de escuchar a sus ídolos con atención, fuera capaz de asimilar el mensaje Gerard Piqué, ese señor que además de uno de los mejores centrales del mundo, es capitán del equipo sin llevar la cinta y es portavoz y hasta presidente en funciones del club sin serlo. Piqué pidió respeto para Gomes y tuvo tolerancia cero para los que pitan a un jugador de su equipo. Chapeau. André Gomes no necesita homenajes ni ovaciones, sólo necesita que dejen de burlarse gratis de él. Sólo necesita que el socio le tenga el mínimo respeto que se exige. Sólo es un chico que lo está pasando mal y que reclama apoyo. André Gomes no es un paquete. Es un gran jugador que necesita dos cosas: un poco de confianza y mucho más respeto.
Rubén Uría / Eurosport
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