Blog Brotons: Groucho Marx era del Real Madrid

“¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?” Resulta evidente que después de los dos años de Carlo Ancelotti, el mejor entrenador del mundo para Florentino Pérez es Rafa Benítez: “Aquí sólo vendrán los mejores”. ¡A rey muerto, rey puesto! Mourinho era el mejor antes de ayer, Carlo ayer y Rafa hoy. Mañana habrá otro.

Los caprichos de Florentino siempre se hacen realidad, cueste lo que cueste y con Groucho como notario: “La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”. Pagar contraprestación por el traspaso de un entrenador se había convertido en una rutina en la Casa Blanca. Con el retorno de Florentino a la presidencia todo debe ser a lo grande, sin medida, ni reparos. Nadie te puede juzgar, ni rebatir y entonces llamas y gritas como Groucho: “¿Servicio de habitaciones? Póngame una habitación más grande”.

Benítez quedó libre después de su “exitoso” paso por el Nápoles y le salió gratis al Real Madrid. El que paga es el club, no el presidente. En las últimas temporadas Pérez había gastado (no invertido) casi 30 millones en tres entrenadores: Pellegrini (4), Mou (18) y Ancelotti (7,5). Al primero le dieron la boleta, el segundo salió por la puerta de atrás y el tercero se enteró por sus jugadores y los periodistas que lo habían echado.

Explicó el compañero Javier Ares, de Onda Cero, que: “Lo peor de todo es que sigue siendo Florentino el que decide quién es el entrenador. Eso es impropio de un club grande”. A esta aseveración habría que añadirle la raíz del problema: es el presidente el que filtra a los medios sus preferencias, lo hace siempre dos meses antes de anunciar la salida del técnico con contrato. Hasta marzo Benítez puede tener crédito, salvo que se tuerza la Champions.

Gestionar un club no es hacer política, no es convertir el palco en un lugar de encuentro judicial, ya explicaba Groucho que: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Le encanta la política aunque fracasara aquella operación reformista en la que compartía viaje con Miquel Roca, el abogado de la Infanta Cristina.

El Real Madrid es gracias a la estrategia de su presidente un club de fútbol con dos departamentos de comunicación: el interno, en nómina y de escasa credibilidad y el externo, pagado con información, mucho más efectivo. Otra vez Groucho nos ilustra con sus frases: “El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido”.

Hay actos que delatan y comportamientos que definen a las personas. Sólo los que quieren ser engañados lo son, el resto no necesita limpiarse los cristales de las gafas para ver la realidad. Va a tener razón Groucho Marx: “Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!”. Pues eso. Florentino no encaja bien las críticas porque sólo escucha lo que quiere oír.