Señas de identidad, ¿media Liga? y todo lo que más perdió el Barça empatando el Clásico

Una buena dosis de confianza. Dejarse empatar un partido que tenían ganado hasta el último minuto y buenas opciones de reengancharse con fuerza a esta Liga, haciendo además mucho daño al Real Madrid y a su credibilidad como gran aspirante al título. Este gran Barça no estaba acostumbrado a perder o ver cómo le empataban un partido de esta forma tan cruel. Sólo empataba o perdía cuando el rival había sido muy superior (muy pocas veces) o cuando pese a que los blaugrana jugaban mejor y tenían más ocasiones, no tenían suerte ese día. Un precedente peligroso.

Jugadores señalados, especialmente los suplentes habituales. El llamado ‘fondo de armario’ amplio y con extensa calidad del que dispone Luis Enrique no está dando, al menos de momento, los resultados esperados. André Gomes volvió a ser titular y no aportó gran cosa en un partido grande, cuando precisamente el pasado curso en el Valencia jugó su mejor partido contra el Real Madrid, siendo un futbolista sobresaliente. Arda Turan entró en los últimos minutos y en lugar de mostrar sus virtudes en ataque para intentar sentenciar, cometió la falta estúpida que propició el gol del empate y que fue recriminada por Luis Enrique en rueda de prensa.

Otros jugadores que estuvieron por debajo de sus posibilidades fueron Javier Mascherano en defensa y un nervioso Marc André Ter Stegen, quien jugó su primer Clásico y perdió demasiados balones con el pie, cuando precisamente ése es su fuerte.

No dominó ni jugó bien como en otros clásicos. Y como siempre. Durante la primera parte el último tiro del Barça fue un libre directo de Messi. Nada más en ataque. Y el 1-0 fue fruto de un cabezazo de Luis Suárez a balón parado. Hasta que Iniesta no entró al terreno de juego los de Luis Enrique no recuperaron su mejor versión, pero es que también fueron incapaces de buscar buenas contras para sentenciar, salvo las clarísimas ocasiones que marraron Neymar primero y Messi minutos más tarde.

Debilidad defensiva. Más allá de que Javier Mascherano cometiera el posible penalti sobre Vázquez a los dos minutos o perdiera un duelo en velocidad con Cristiano Ronaldo, las prestaciones colectivas del Barça en defensa, dejándose dominar incluso con posesiones largas del rival, estuvieron lejos de esa presión alta que hacía casi invencible a este equipo.

Hay que competir mejor. Lo dijo Gerard Piqué y no cualquiera tras el partido: “Hemos jugado bien a ratos, al final depende de nosotros” para añadir un doloroso: “Podemos jugar mejos, es cierto. Y tener ratos más largos donde juguemos mejor”.

¿Sale Luis Enrique debilitado? Como el propio entrenador asegura desde que es entrenador del Barça, los juicios hay que hacerlos en junio. Quizás en esa fecha el asturiano coleccione algún título más y este empate y estas sensaciones post Clásico queden en anécdota, pero algunas de sus decisiones ya están siendo cuestionadas durante las últimas semanas. El juego del Barça pareció evolucionar hacia el equilibrio perfecto entre la excelencia del juego de posesión y los contragolpes letales. Pero a día de hoy queda muy poco de esto.

Una remontada difícil en Liga. Si algún rival ha remontado ligas al Real Madrid en las últimas dos décadas y media es sin duda el Barcelona. Pero este guiño al pasado reciente puede no funcionar esta vez. Seis puntos tras 14 jornadas y a punto de acabar la primera vuelta es una distancia amplia con la que el Madrid no gozaba así desde 2008 y la última Liga de Mourinho en 2013. Y aquellas veces los blancos fueron campeones con poca resistencia azulgrana en las últimas jornadas.