Por todo esto Barça y Sevilla se 'pegan' por fichar a Vietto y el Atleti sólo quiere una cesión

Es algo difícil de explicar. Vietto, un jugador que apenas ha contado para su técnico (uno de los que mejor le conoce) que ha firmado actuaciones irregulares y que ha sido el atacante menos goleador de la plantilla, es pretendido por los grandes de Europa, por encima de todos el Fútbol Club Barcelona. ¿Por qué?

Joven y adaptado. Lleva dos años en La Liga y solo tiene 22 años. Le queda mucho margen de mejora y ya ha demostrado lo que es capaz de hacer. Además, el estilo de juego del Barça y del Sevilla se asemeja mucho al del Villarreal, donde triunfó. Todavía es una promesa en ciernes y posiblemente uno de los cracks del futuro.

Un ‘Sandro’ mejorado. Munir es el único suplente de la MSN tras la marcha de Sandro Ramírez al Málaga. Vietto, por su perfil, se asemeja mucho al prototipo de delantero azulgrana: bajito, escurridizo y con gol. Sería el principal recambio del tridente y, de cumplirse las expectativas puestas en él hace un año, hasta podría disputarle el puesto a más de uno. En el Sevilla, en cambio, con la salida de Gameiro y el aval de su compatriota Sampaoli, Vietto tendría todas las papeletas para ser titular. Si Monchi le quiere, es por algo.

Su año en Villarreal. Llegó al Submarino como un niño y sin haber jugado nunca en Europa. Acabó marcando 20 goles, algunos importantísimos en el Calderón o en Europa League. Se convirtió en una estrella y dejó 20 millones en las arcas amarillas. Un negocio redondo para los Roig. El Atlético apostó por él y no le funcionó el primer año, pero haría mal no teniendo paciencia.

Un cambio radical. En su primer entrenamiento con el Atlético, Vietto casi se desmaya. No pudo completar los ejercicios y esperó en un lado del campo con claros síntomas de mareo. Ahí se dio cuenta de que nada tenían que ver las rutinas de Marcelino con las de Simeone. El sobreesfuerzo pudo con el argentino, liviano y poco acostumbrado a un trabajo físico tan prolongado. Eso, unido a las lesiones y su falta de puntería le privaron de hacer una buena temporada. Torres le comió la tostada en el tramo final. Aun así, demostró no achantarse en las grandes citas: en el derbi ante el Madrid firmó a ocho minutos de final un empate con sabor a victoria. En Barça o Sevilla podría recuperar la confianza que ha perdido en los últimos meses.