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La opinión de Sergio M. Gutiérrez: Quiero ser como Vinícius

Sergio Manuel Gutiérrez

Actualizado 10/03/2024 a las 15:02 GMT+1

Como Martin Luther King, como una Rosa Parks de nuestro tiempo, Vinícius Júnior ocupa su lugar en el campo sin miedo a los malvados. Cual Mandela veterano, de sabiduría superior, Vini marca el camino y los demás lo seguimos. A la altura de los mayores héroes antirracistas de la historia, este futbolista heterodoxo logra concienciar a quienes le hubieran gritado de todo si vistiera otra camiseta.

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Cuando Vini Júnior recibe la pelota y da dos zancadas, te echas a temblar. No son los 38 kilómetros por hora que alcanza a los pocos pasos, no es la agilidad de sus piernas, ni su chut relámpago, sin indicios, en un abrir y cerrar de ojos; no es tampoco esa técnica ciertamente muy mejorada con los años, ni la camiseta que viste ni la calidad de los futbolistas que le acompañan. Es la certeza de que su percepción de la realidad es muy distinta de la tuya, como lo son las convenciones y los códigos de comportamiento que maneja. Es la posibilidad muy real de que a ti te sorprendan las soluciones que él encuentre sobre el césped a cada problema específico que se os plantee cuando ambos disputáis un balón. Vinícius te desborda mucho antes de superarte en la carrera.
Yo quiero ser como Vinícius porque quiero superar así a mis rivales, y porque quiero ser uno de los mejores en lo que hago.
En las sociedades avanzadas, la lucha por los derechos civiles ya no se libra en las calles, sino en los dispositivos electrónicos. Quienes la impulsan ya no leen a los clásicos, ni estudian filosofía ni usan gafas de lente redonda y jersey de cuello alto. Ya no redactan sesudos manifiestos, ni trabajan hasta la extenuación la oratoria, para convencer mejor. En el otro extremo, quienes la frenan tampoco oponen ya argumentos, no les interesan.
Los referentes de hoy pocas veces son anónimos, humildes, silenciosos individuos que se comportan con una dignidad extraordinaria. El siglo de las comunicaciones produce más bien héroes y antihéroes muy ruidosos.
Vini Júnior es puro ruido. Posee una técnica individual desconcertante, que a ratos parece propia del fútbol-sala (como si los espacios fuesen mucho más pequeños de lo que en verdad son) y a veces del rugby. Avanza con la pelota como elefante en cacharrería, y por eso es fácil imaginar cómo caen a su paso, y rebotan y resuenan por doquier, y van quedando atrás, los pucheros y los cazos. Se lo toma todo demasiado en serio pero también a broma. Cuando juega al fútbol, uno no sabe si piensa que está en la guerra o simplemente ha salido de fiesta.
Yo quiero ser como Vinícius porque quiero ser original, único e inconfundible.
Es la marca de los elegidos. Son los individuos (no sólo los deportistas) que consiguen que hables de ellos cuando desearías estar callado, o hablando de otra cosa. Son los peloteros que valen lo que valen por lo que producen en el campo y por todo lo que se habla de ellos cuando el partido ha terminado.
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Tommie Smith and John Carlos, 1968 Mexico Olympics.

Fuente de la imagen: Getty Images

(Cómo han cambiado los tiempos. El 16 de octubre de 1968, durante la ceremonia de entrega de medallas de la prueba de 200 metros en los Juegos Olímpicos de México, Tommie Smith y John Carlos alzaron sendos puños con guante negro mientras sonaba en su honor el himno de los Estados Unidos. El Poder Negro les costó caro durante muchos años, pero aquel gesto pasó a la historia como el silencio más estruendoso jamás escuchado, o no escuchado, en un estadio deportivo).
Vinícius icono mundial, Vinícius pionero en la (no muy aplicada contra el racismo) liga española de fútbol. Vinícius transformador de la realidad.
Yo quiero ser como Vinícius porque quiero trascender.
Cuando Vinícius Júnior hace algo, casi siempre tiene razón. El delantero brasileño es quizá el mayor ejemplo vivo del funcionamiento práctico de lo que un escritor maldito ha dado en llamar la teoría de las percepciones, aquella que rige nuestra organización social a partir del sesgado y continuo refuerzo positivo de quienes ya han triunfado. Si Vinícius la lía cuando el partido ha acabado, es culpa del árbitro. Si Vinícius sacude a un central a la altura del cuello, debéis mirar la falta que le hicieron antes. Si Vinícius se encara con el público, es un valiente. Si se revuelve, le han provocado. Si ríe es la alegría del fútbol y si enloquece está cargado de razones.
Yo quiero ser como Vinícius, porque me gustaría perder los papeles y que nadie relevante me cuestionase.
Vacila a los rivales dentro y fuera del campo, y es mayoritariamente jaleado. Afloran las críticas a su carácter dentro del propio club, y cualquier día aparece sentado en el palco al lado de su presidente.
Yo quiero ser como Vinícius, porque quiero sentarme al lado del presidente.
Vinícius Júnior jugó su quinto y último partido en Segunda B en el mes de octubre de 2018, en Vigo, contra el Celta B. Empató con un golazo de falta directa a poco del final, pero le dio tiempo a salir expulsado por simulación, por piscinazo, montando un barullo tremendo a su alrededor, señalándose el escudo constantemente mientras la gente le gritaba tonto, tonto.
Vini es bufón y es soldado.
Yo quiero ser como Vinícius porque quiero ser un héroe, y me da igual si los héroes lo son por casualidad o por oportunismo, o si son unos necios más allá de su heroicidad.
Yo quiero ser como Vinícius, porque quiero ser tan, tan bueno como para que me perdonen todas las idioteces que vaya haciendo por el camino, incluso cuando aún no soy nadie.
Yo quiero ser como Vinícius porque quiero tener mucho dinero.
Yo quiero ser como Vinícius porque quiero ser feliz, sin pensar demasiado en las consecuencias de mis actos.
Yo quiero ser Vinícius porque quiero hacer el gamba y disimular, y tener una excusa, y alzar el puño y ya está, tener razón porque es verdad que en eso la tengo y en lo demás me la van a dar.
Yo quiero ser como Vinícius porque quiero ser un héroe, y que los mendaces y los no mendaces me sigan ciegamente.
Yo quiero ser como Vinícius porque no quiero pensar demasiado.
Sergio Manuel Gutiérrez es comentarista de Eurosport España.
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