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Sanción FIFA Real Madrid Atlético El pollo ya está aquí

Rubén Uría

Actualizado 14/01/2016 a las 17:30 GMT+1

Primero fue el Barça. Ahora, la FIFA castiga a Madrid y Atlético por presuntas irregularidades en contratación de menores.

Enrique Cerezo y Florentino Pérez, presidente de Atlético y Real Madrid

Fuente de la imagen: EFE

En su día, el Barça fue castigado por la FIFA sin poder inscribir jugadores hasta 2016, porque Bartomeu y compañía, por razones insondables, desoyeron a la Federación, que rechazó las fichas que sí tramitó la Federación Catalana, por lo que el TAS rechazó su recurso. El caballo de batalla, posibles prácticas irregulares en asuntos de menores. Se habló de denuncia anónima, se llegó a invocar la famosa y socorrida “mano negra” apuntando a conspiraciones y casi nadie tuvo cuello para girarlo al palco, pidiendo explicaciones sobre el deterioro de la imagen del club. De ahí en adelante, silencio. Por no hablar del silencio inexplicable de la Federación Española de Fútbol. Toda vez que el Barça sufrió en sus carnes (y superó, con mérito) una sanción que debería haber avergonzado a sus dirigentes, el saco de la risa –más bien, del bochorno- ha cogido el puente aéreo. Y lo que era motivo de mofa y escarnio en Madrid por los males del Barça, ha mutado en una carcajada gigante que se escucha desde la Avenida de La Diagonal y que tiene como destino la capital de España, de Neptuno a Cibeles.
Algunos se reían cuando algunos periodistas ponían el acento en las investigaciones FIFA y en el riesgo de sanción que corrían los equipos madrileños. Por lo visto, ya no se ríen. En su día, Madrid y Atlético fueron denunciados. También, como el Barça, a través de una denuncia anónima. Cabe decir que, aunque FIFA se demoró en el proceso, decidió arremangarse y bajar al barro, Pidió a la RFEF la relación de colaboraciones que los clubes mantienen con la órbita del Madrid y el Atlético y además, una autorización pertinente y una relación de completa de todos los fichajes de menores en los últimos años. El resultado lo conocemos hoy. En su día el Madrid comunicó que no había incurrido en ninguna ilegalidad y que tenía la conciencia tranquila. En el Atlético fue Cerezo el que dijo algo así como que dormía a pierna suelta y que habían hecho todo lo que se podía hacer. Básicamente, que todo estaba en orden.
En su día, el Barça no atendió a los requerimientos y después de ser denunciado, se aferró a la “mano negra” para no reconocer su “mano lenta”. La RFEF comunicó que no tenía constancia de una denuncia contra los equipos madrileños y acto seguido, Ángel Torres, presidente del Getafe, alertó con sentido común y puntería: “Habrá más sanciones a clubes españoles. Se han hecho las cosas mal”. El tiempo le ha dado la razón y ahora Madrid y Atlético, ya sobre aviso, se encuentran con el marrón en casa. No podrán inscribir jugadores en las ventanas de verano (2016) ni en invierno (2017), por lo que, si desean hacerlo, tendrán de plazo hasta el final de la presente ventana de contrataciones. El castigo de FIFA estipula que merengues y colchoneros podrán vender jugadores, contratar un técnico si así lo estiman oportuno, recuperar jugadores cedidos (el Madrid a Lucas Silva, Vallejo o Asensio, entre otros; el Atleti a Borja, Cerci, Baptistao, por ejemplo) y posiblemente, incorporar futbolistas del filial.
Con seguridad, ambos clubes recurrirán, pedirán la cautelar y agotarán las vías que la justicia deportiva les permite en todas las instancias habilitadas, como el Barça. Están en su derecho. Dicho eso, si la sanción acaba siendo firme ¿pedirán los socios y abonados de Real Madrid y Atlético explicaciones a sus respectivas directivas por el grave perjuicio deportivo y el desgaste de imagen sufrido después de esta sanción? ¿Se aplicará el “aquí no pasa nada, y si pasa, se le saluda”? ¿Se seguirán riendo a carcajada limpia los que se reían de los males del Barcelona o ahora, con el susto en el cuerpo, tendrán dignidad y estómago para aguantar las mofas en su piel? Pasapalabra. Así funciona el tinglado. Reírse del vecino es deporte olímpico. Por lo visto, cumplir la legalidad y en caso de haberla vulnerado, hacer autocrítica, es bastante más difícil. En su día, al conocer la posible sanción de la FIFA, Cerezo comentó que no tenía constancia y respondió con su habitual sorna a los periodistas: “No nos comamos el pollo antes de matarlo. Cuando venga el pollo ya veremos qué pasa”. Bueno, pues el pollo ya está aquí.
Rubén Uría / Eurosport
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