Te toca, míster

No es casualidad que con el maestro presente Messi y el resto protagonizaran uno de los partidos más sobresalientes de las últimas tres temporadas. Piqué, Alves, Mascherano, Iniesta y el propio Leo sintieron la cercana y atenta mirada del padre que evalúa a su hijo, al que ha exigido más que a nadie, con el que disfruta por sus progresos y virtudes. Messi sintió esa presión tan femenina de estar perfecto ante un ex con el que fuiste muy feliz pero la cosa acabó mal. Guardiola se lo pasó muy bien en su regreso a casa, como el resto de la parroquia azulgrana que disfrutó de un fútbol rápido, brillante, como el resto de amantes del fútbol de ataque que no salían de su asombro con cada detalle que iba dejando Messi. Cuando Pep se marchó del club el vestuario se propuso demostrar que sin él también podían ser ese equipo arrollador que él formó y frente al City ha sido más arrollador que nunca (con poco acierto). Sin embargo, en el juego de Luis Enrique poco o casi nada queda de la esencia de su Barça. Bueno sí, queda lo más relevante, Messi, el que está perpetuando el éxito.

Me pregunto, ¿qué pensaría el de Santpedor en el segundo tiempo en el que el Barça no logró controlar el tempo del partido ni los latigazos del City?. Luis Enrique no contaba con el hombre que mayor equilibrio aporta, Busquets, pero tampoco tiró del que es capaz de hacer defender a todo el equipo con el balón, Xavi. Un partido que no se cerró ni delante ni detrás. Es el Barça de Lucho. Mucho menos reflexivo, menos pausado, vertiginoso, con la velocidad de Neymar como gran aliada, el punch de Suárez y la visión de juego de Messi en etapa de esplendor. El argentino confía en el brasileño y el uruguayo como no ha confiado en ninguno de los anteriores compañeros de ataque y de eso se beneficia el juego colectivo. Con Pep todos jugaban para Messi, con Luis Enrique Messi juega para todos.

Imposible ser más contundente. El 10 está a un nivel casi inmejorable pero para pasar por encima del Real Madrid hará falta más. El respeto del que habló tras su exhibición pretendía rebajar la euforia, quién mejor que él para advertir del rival que habrá enfrente el domingo. En el Etihad el Barça no logró dejar casi sentenciada la eliminatoria pudiendo hacerlo y el miércoles tampoco logró materializar la superioridad global. Guardiola se maravilló con el túnel de Messi. Le toca a Luis Enrique maravillar a su amigo con su nueva propuesta de fútbol aún por perfeccionar. La impresión que tengo es que Messi le ha echado un pulso a su técnico: yo lo hago lo mejor que sé, ahora te toca a ti, míster, demostrar qué sabes hacer. Para derrotar al Madrid o al PSG, para ganar títulos y ser recordado no basta con este Leo todopoderoso.