Juegos Olímpicos 2016: Mireia Belmonte y el bronce más cinematográfico

Álvaro Ferreres

Actualizado 07/08/2016 a las 22:33 GMT+2

Ni el mejor de los guionistas hollywoodienses podía haber elaborado un final tan cinematográfico para Mireia Belmonte en los 400 estilos. Su cuarta final olímpica y su primera en Río 2016. De menos a más, la nadadora de Badalona, con todo perdido en los últimos 50 metros, sacó un pundonor descomunal que le colocó en el pódium de una prueba donde Katinka Hosszu batió el récord del mundo.

Mireia Belmonte posa con la medalla de bronce

Fuente de la imagen: AFP

No hay prueba más brutal que los 400 estilos. Solo una nadadora total puede imponerse en una disciplina tan exigente. Por algo esta prueba es considerada el decatlón de la piscina. En ella se mide la velocidad, la potencia y la resistencia en cuatros disciplinas: mariposa, espalda, braza y libre.
Mireia Belmonte salió muy precavida en el nado de mariposa (1.02.16), perdió ritmo y fuerza en la espalda (1.10.58), su peor estilo, pasando quinta en el viro; pero recuperó metros en la braza (1.18.33) y remató una última posta de ensueño en el libre (1.01.32) en el que rebasó a la británica Hannah Miley (1.02.65) por unas pocas milésimas.
¿Estamos ante una medalla que marcará los Juegos de Río para Mireia Belmonte? Muy probablemente. Si había alguna duda de su capacidad para afrontar seis pruebas en estos Juegos ya está fuera de toda cuestión. La de este sábado fue una noche inolvidable. Lo fue por el récord del mundo que firmó Hosszu. Con unos tiempos extratosféricos.
Y lo fue por la espectacular remontada de Mireia Belmonte, que tiene ante sí otras cinco pruebas donde todo es posible: 400 libre, 200 estilos, 200 mariposa, 4x200 y 800 libre. La nadadora de Badalona, plena de confianza, se ha ganado el derecho a soñar con más metales.
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