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God save the... rugby

Fermín de la Calle

Actualizado 05/10/2015 a las 19:25 GMT+2

Inglaterra está fuera del Mundial. Eliminada de su Copa del Mundo. Un torneo en el que el XV de la rosa estaba poco menos que obligado a jugar la final en Twickenham el próximo 31 de octubre. ¿Por qué ha ocurrido? ¿Quienes son los culpables? ¿Qué ha ocurrido para llegar a esta situación?

Morgan se dispone a pasar, acompañado de su delantera.

Fuente de la imagen: From Official Website

Todos los dedos señalan a los hombres que han dirigido el barco hacia el iceberg. El presidente ejecutivo de la RFU (Ian Ritchie), el seleccionador Stuart Lancaster y el capitán Chris Robshaw. El primero toma las decisiones y como tal le implica la elección del seleccionador. Robshaw es un flanker con un perfil defensivo limitado, en ningún caso un flanker rápido dominador del breakdown, pero con una encomiable ética de trabajo al que el seleccionador convirtió en jefe de sus soldados. Y el último es el seleccionador Stuart Lancaster, que se hizo cargo de la selección tras el Mundial de Nueva Zelanda, finales de 2011. Sustituyó a Martyn Johnson y ha trabajado con un equipo de colaboradores formado por Andy Farrell, entrenador de tres cuartos, el técnico de ataque y skills, Mike Catt, y el entrenador de delantera, Graham Rowntree. En estos días se ha sabido que la RFU hizo una oferta al técnico de ataque de los All Blacks, Wayne Smith, que el de los Chiefs desestimó.
Bajo el mandato de Lancaster Inglaterra ha perdido 17 de los 45 partidos que ha jugado. Los de la rosa han caído ante Nueva Zelanda (cinco veces), Sudáfrica (cuatro), Gales (tres), Australia (dos), Francia (dos) e Irlanda. Sudáfrica es el único equipo de los grandes al que no ha logrado derrotar, cosechando un empate ante los boks en 2012. Además, ha sumado cuatro segundos puestos en el Seis Naciones. "Trabajamos para estar en una determinada posición en 2013 y 2014 y para tener todo listo para ganar en 2015", advirtió en su primera conferencia de prensa como seleccionador. Pero ni siquiera la sonada victoria ante los All Blacks en diciembre de 2012 logró implantar la dinámica ganadora que Lancaster pretendía. Así, en la última jornada del VI Naciones de 2013, Gales destrozó las aspiraciones inglesas de sumar el Grand Slam.
Si analizamos el aspecto deportivo, hay muchos puntos a tocar:
-DELANTERA: Inglaterra ha pasado de ser una delantera temida a ser un pack que sufre en las fases estáticas. En melé, Australia, entrenada por el argentino Mario Ledesma, acabó arransando a los ingleses, como ocurrió con Gales tras la salida al campo de Samson Lee. Marler está muy cuestionado y su talonador, Tom Youngs no tiene el nivel del polémico Dylan Hartley. Youngs es joven y trabajador, pero no tiene potencia ni oficio para conformar con Cole y Marler un front row que condicione las melés. Hartley y Corbisiero, al que las lesiones han machacado, deberían ocupar esos puestos junto a un Cole que sufre mucho en el juego abierto.
-LA TERCERA: La falta de un open-side flanker, figura sustantiva en el rugby moderno, ha lastrado el juego de Inglaterra durante estos años. Lancaster ha apostado por situar en esa posición a Robshaw, un tercera placador y duro que sin embargo no cuenta con la velocidad para pescar balones entre sus virtudes. Eso condiciona mucho a los ingleses, especialmente en los puntos de contacto. En el rugby de hoy en día el dominio del breakdown puede llegar a condicionar los partidos. Ocurrió ante Gales, donde Inglaterra ganaba 22-12 a los 60 minutos de partido, pero el trabajo de Faletau, Lydiate y Warburton acabó arrasando a los ingleses en los puntos de encuentro. Bolas robadas, rucks sucios, apoyos internos... Si la inferioridad de la tercera fue clave con Gales, ante Australia fue definitiva. La superioridad de Pocock y, especialmente, la velocidad de Hooper laminó las expectativas inglesas. Llegaban antes a pescar, ensuciaban el ruck obligando a involucrarse a tres jugadores ingleses con la inferioridad que eso conllevaba fuera, placaban agresivamnente con tackles ganadores que hacían retroceder a Morgan y a los tres cuartos... Es cierto que las lesiones de Vunipola y Lawes, el cuarto tercera línea (por más segunda que sea), pesaron mucho. Pero lo que realmente hipoteca a Inglaterra ante selecciones grandes es su falta de especialistas en el breakdown. Si llegas tarde al punto de contacto pasa lo que les ocurrió ante los wallabies. Los de la rosa tuvieron la misma posesión que Australia e incluso recorrieron más metros con ella (423 por los 283 de los aussies), pero su rival trabajó bien el balón, siendo superado hasta en 17 ocasiones por ellos en los puntos de conquista.
-PLAN DE JUEGO: Después de situar a George Ford como apertura titular en los pasados test de noviembre, el equipo implantó un playbook ofensivo con una línea de tres cuartos en la que brillaron Burrel y Joseph como dupla de centros. Posaron 18 ensayos en la pasada edición del VI Naciones, con un espectacular despliege ante Francia. Inglaterra volvía a disfrutar del talento de sus tres cuartos y hasta el exigente Jeremy Guscott daba su bendición al equipo. Eso le permitió descartar sin mucha controversia a Cipriani, apertura con X-Factor y vida turbia, apostando por Ford y Farrell. Sorprendió más la elección de Sam Burguess por Luther Burrell. La decisión delataba su naturaleza conservadora. Con el back-three estabilizado (Jonny May, Andy Watson y Mike Brown), Lancaster arrancó el Mundial ante Fiyi situando a Ford de 10 y Joseph de 13. Lo esperado. Pero cuando llegaron los partidos mayúsculos, el seleccionador sacó su talante e impuso su filosofía de 'ganar jugando a no perder'. Farrel ocupó la posición de 10 y Burguess formó dupla con Barritt. Al elegir a Burgess y a Ford por el hijo de su entrenador de tres cuartos, provocó una división en el grupo, cuestionándose el volantazo del seleccionador. En la prensa las críticas fueron feroces. "Al final del día, yo soy el entrenador y el que tiene que lograr salir de la piscina cada día", respondió malhumorado con la prensa. Apostó por el físico y la defensa en detrimento del talento ofensivo para frenar a los galeses, a los que controló hasta más allá de la hora de partido. Pero terminó claudicando ante las patadas de Biggar y una estampida de la improvisada tres cuarta galesa. Ante Australia repitió Farrell de 10 y Joseph suplió a Burguess. Tampoco funcionó. Farrell no estuvo acertado en la toma de decisiones ni pudo zafarse de la vigilancia de los terceras australianos.
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El seleccionador Stuart Lancaster y su capitán Chris Robshaw, al fondo.

Fuente de la imagen: From Official Website

Una de las acusaciones del legendario Will Carling al seleccionador fue la de crear un “classroom-orientated environment”, algo así como un "ambiente colegial" en el grupo. Una relación profesor-alumno que vivió varios episodios de intransigencia por parte del técnico. Durante la gira de 2014 por Nueva Zelanda los jugadores pidieron permiso para salir a tomar una cerveza después de un entrenamiento, pero el seleccionador no lo concedió. Algo que se repitió tras vencer a Australia y después de doblegar a Italia en el VI Naciones. Lancaster se ha mostrado como un profesor duro e innacesible que no ha fomentado la relación con los jugadores, a los que ha mantenido a distancia. Lancaster sostiene que sobre el núcleo de este equipo joven se edificará el del Mundial 2019. Una juventud e inexperiencia que quedó plasmada en el encuentro ante los australianos: 450 internacionalidades en su XV por 750 caps del equipo titular. Un dato resume claramente este déficit: 24 de los 31 jugadores seleccionados por Lancaster debutan en un Mundial.
El pasado sábado, cuando el francés Roman Poite señaló el final del partido, certificando la eliminación de Inglaterra de su Mundial tras caer en Twickers ante Australia, el XV de la rosa estaba formado por Makko Vunipola, Webber, Brookes, Kruis, Parling, Wood, Robshaw, Easter, Wigglesworth, Ford, Joseph, Farrell, Burguess, Watson y Brown. Una delantera destartalada, dos aperturas en un XV sin balón ni rugby y un centro disfrazado de ala. El más cruel retrato de la mayor hecatombe de la historia del rugby inglés. God save the... rugby.
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