Simon Ammann: El perfil de un ganador

Simon Ammann (25-08-1981, Grabs) ha consumido tres cuartas partes de su vida en el aire. Con tan solo 10 años comprendió cuál era realmente su auténtica vocación y empezó a saltar en trampolines de 30 metros, superando su miedo inicial para empezar a disfrutar de su deporte. Y apenas diez años después se proclamaba campeón olímpico en los dos trampolines de los Juegos de Salt Lake City.

Ese fue el año de su gran eclosión, la temporada en la que dejó de ser un semi desconocido para convertirse en el mago de los saltos de esquí, el Harry Potter de los trampolines.

Su carrera no ha sido sinónimo de constancia y regularidad, pero así son los genios. Después de pisar el olimpo dorado, a Ammann pareció superarle el entorno. Su rendimiento en la Copa del Mundo decayó y ni siquiera estuvo a un nivel aceptable como para revalidar título en los Juegos de Turín 2006.

Pero al año siguiente, en el Campeonato del Mundo de Sapporo, volvió a reivindicarse con otras dos medallas, oro y plata para su colección. Volvía el mejor Ammann, y, con él, los resultados. A partir de 2009 tuteó a los Malysz, Morgenstern, Schlierenzauer y compañía para acabar ganando, por fin, la Copa del Mundo, el Campeonato del Mundo de Vuelo y sumar otros dos oros olímpicos en Vancouver 2010.

Cuatro veces campeón olímpico, una gesta comparable a la del gran Matti Nykaenen… pero con una salvedad. El “finlandés volador” también ganó cuatro medallas de oro, pero una de ellas por equipos. Y Ammann las consiguió todas él solito. Igual que las 23 victorias que ha sumado hasta ahora en la Copa del Mundo.

Su única espinita sigue siendo el Torneo de los Cuatro Trampolines, la joya de la corona en este deporte. En varias ocasiones ha estado cerca de conseguirlo pero siempre ha habido alguien que se lo ha negado. Incluso él mismo. Quizás algún día lo consiga… porque Harry Potter se lo merece.