ATP World Tour Finals 2016, Murray-Raonic: Sufrir y volver a sufrir (5-7, 7-6 y 7-6)

Andy Murray. En Londres se ha vuelto a ver al Murray más sufriente, el que convierte en una agonía los partidos y el que es capaz de frustrarse cuando una bola no le entra. Estuvo muy cerca de decir adiós de forma temprana y contundente al torneo, pero consiguió resucitar -una vez más- para alargar el duelo al máximo posible. No quiere renunciar a ser número uno así como así y volverá a demostrarlo en la final.

Milos Raonic. Su tenis de acero le dio muchísimos problemas a Murray, e incluso pudo haber encontrado una vía directa hacia la final de no haberle temblado las piernas con el primer break favorable en el segundo set. Tras la rabia acumulada por la ocasión perdida consiguió volver a ser competitivo, dejando patente que Ricardo Piatti y Carlos Moyà tienen en su mano un futuro referente del tenis mundial si continúa la senda iniciada en 2016. Le faltó rematar en los momentos clave.

El presente y el futuro de la ATP protagonizaron la primera semifinal en Londres, con un Milos Raonic que saltó a la pista del O2 Arena dispuesto a demostrar que tiene con qué hacer daño al número uno del mundo. Murray tardó mucho en entrar en calor, mitad frustrado y mitad dolorido -estirando varias veces su hombro derecho-. Raonic no desperdició el caramelo que se le presentaba y se puso por delante, dejando boquiabierta a la afición londinense, que ha visto sufrir al escocés durante gran parte de la semana.

Estuvo a punto de dar un golpe definitivo el canadiense en el segundo, pero cuando consiguió romper el saque de Murray le temblaron las piernas. Fue el momento que aprovechó el de Dunblane para resucitar y volver a competir. El vértigo de la eliminación fue el mejor puyazo para Murray, que vio en peligro no sólo su presencia en el torneo, sino también su puesto de privilegio al frente de la ATP. Remó con acierto y consistencia, haciendo sufrir a un Raonic tocado anímicamente por la ocasión perdida, y pudo alargar el partido en el desempate.

En el tercero ambos jugaban sin red, no había margen de maniobra y todo lo realizado hasta el momento servía de poco o nada. Avanzaron los dos con solidez y concentración en el set, sumando juegos al servicio hasta que Murray golpeó primero y quebró a Raonic para ponerse con 5-4. Se desató la tormenta y el partido de tenis derivó en uno de boxeo, con respuestas contundentes por parte de cada uno. Raonic devolvió la rotura y después se sucedieron otros dos contrabreaks. Ninguno parecía dar el paso definitivo y el tie break llegó inevitablemente para decidir el primer finalista. Los nervios se notaban a flor de piel y en las piernas de ambos tenistas, mientras el O2 Arena contenía el aliento al tiempo que se superaba la barrera de tres horas y 20 minutos que marcaba el partido más largo en la historia de las Finales ATP. Murray tuvo tres bolas de partido y Raonic una, todas desperdiciadas. Al final fue Murray el que se llevó el gato al agua en un partido inolvidable que pone de manifiesto que no son necesarios cinco sets para ver tenis de calidad durante largos periodos de tiempo.

Los duelos de Andy Murray en estas ATP World Tour Finals 2016 están siendo eléctricos y cien por cien atractivos para el espectador. El número uno tiene que sufrir cada partido que gana, lo que sitúa su reinado como uno de los más contestados de la historia del tenis en las últimas décadas. Conseguir su primer título de maestro de maestros servirá para que gane en legitimidad, pero antes de eso le espera otra final de suspense máximo.