El todo o nada de Garbiñe Muguruza

Desde que conquistó Roland Garros, Garbiñe Muguruza vive bajo el yugo de su ascendente ganador. Todos esperan grandes cosas de ella. Todos desean ver a esa jugadora poderosa y directa que conquistó la Phillipe Chatrier y asombró al mundo. Desde aquel triunfo, las cosas no le marchan demasiado bien y su pobre actuación en la Copa de Maestras no ha hecho más que confirmarlo.

Es cierto que la presión parece estar haciendo mella en su juego. En su confianza. Pero también lo es que Garbiñe Muguruza es una jugadora de momentos. De puntos de forma que le llevan a desarrollar un tenis capaz de desarmar a toda una Serena Williams en una final de Grand Slam. Le sobra talento y le falta regularidad. Esa regularidad que permite ser constante a una jugadora a lo largo de todo el año.

"No estoy pensando en ser constante, cada jugadora es como es. Salgo a la pista, intento ganar y dar lo mejor que tengo. Si pierdo, pues pierdo, pero no estoy pensando todo el rato en las victorias o en las derrotas”, explicó Muguruza en sala de prensa tras caer ante Radwanska, tal y como publica elespañol.es.

En pocas palabras, Garbiñe Muguruza analiza una realidad aplastante. Es preferible tener grandes puntos de forma que te permitan ganar un Grand Slam, que ser una jugadora muy regular en todos los torneos pero que no llegue a conquistar un gran título. Su lógica también puede generar algunas dudas, pero de lo que no hay duda es de que estamos ante uno de los grandes talentos del tenis mundial. Una jugadora llamada a grandes cotas. El tiempo acabará dándole la razón.