Wimbledon 2016, Serena Williams-Kerber: Reina de reinas (7-5 y 6-3)

Serena Williams. Es la número uno del mundo, es 22 veces campeona de torneos del Grand Slam y a día de hoy es indestructible Su torneo ha sido sensacional y en la final supo conjurar todos los fantasmas que le venían a la mente tras la final perdida en Melbourne ante Angelique Kerber. Su único break en el primer set fue un golpe psicológico definitivo para decidir el partido y el destino del título. La heptacampeona no encuentra quien la derroque en Wimbledon.

Angelique Kerber. No pudo repetir la misma sorpresa que protagonizó en Melbourne, cuando le arrebató la gloria a Serena y se llevó su primer Grand Slam. Se centró demasiado en defenderse de los ataques de su rival y no tanto de intentar ponerla en apuros ni de forzar sus inseguridades. A pesar de su derrota, es positivo su retorno a la élite tras haber caído en la primera ronda de Roland Garros.

Aunque Serena Williams haya alzado ya 22 majors reconoce que cada vez que afronta una final siente temor. Eso se percibió también en el All England Tennis Club, mostrándose mucho menos arrolladora que en sus partidos previos ante Angelique Kerber. La alemana hizo valer el factor psicológico de haber sido la penúltima tenista en derrotarla en una final, y eso se notó en la contención de la estadounidense a la hora de afrontar el partido. Kerber, lejos de aprovechar esta coyuntura, articuló todo su tenis en la defensa y apenas tomó la iniciativa. Esta actitud, contra Serena, suele ser penalizada, y la número uno del mundo le rompió el saque por primera vez en el mismo momento que se llevaba el set (7-5).

En el segundo set Kerber se esforzó por no perder pie en la final, pero Serena Williams activó su modo arrollador, metiéndole una marcha más a su servicio y mostrándose más agresiva en el resto. Fue una cuestión de tiempo que la alemana flaqueara (lo hizo en el octavo juego) y la estadounidense pudiera, por fin, ponerse a la altura de Steffi Graf, con siete triunfos sobre la complicada hierba londinense.

Angelique Kerber se encontró a una Serena Williams muy diferente respecto a la que consiguió derrotar en el mes de enero. La alemana consiguió frustrar el segundo intento de Serena de alcanzar la cifra mágica de los 22, pero desde entonces Serena se ha reforzado muchísimo en el aspecto psicológico, consciente de que su superioridad respecto al resto depende únicamente de ella. Con todas las piezas en orden en el puzzle de la número uno, la final no podía tener otro signo que el de un merecido séptimo título de Wimbledon.