WTA Finals 2017, Garbiñe Muguruza-Ostapenko: Mentalidad de número 1 ante la pegada rival (6-3 y 6-4)

Garbiñe Muguruza: Mentalmente perfecta y espartana a la hora de aplicar la táctica prevista en la previa. La española estuvo casi perfecta al servicio y dominó los intercambios de golpes evitando correr en balde a aquellas bolas que la letona iba a convertir en ganadoras.

Llevó siempre el tempo del partido y dejó que su rival pegara y pegara a la bola, para ganar los puntos importantes y apuntarse el partido en el debut en el Grupo Blanco donde ya espera Karolina Pliskova, la otra gran favorita a meterse en semifinales (previsiblemente, este próximo martes).

Jelena Ostapenko: Tan potente como irregular. La letona no dio ritmo al partido y apenas permitió largos intercambios jugándose muchos ‘winners’ tanto con su derecha como con su revés. Pero si era capaz de lograr grandes puntos provocando la admiración de la grada, también lo era de perder su saque con más facilidad de lo indicado. Su segundo servicio es mejorable claramente y la hizo cometer innumerables hasta cuatro dobles faltas y perder cinco veces su saque.

Pese a todo, bastante mérito tiene Ostapenko que a sus 20 años es la más joven de esta WTA Finals tras una brillante temporada donde conquistó Roland Garros y que se ha presentado en Singapur con la baja de su entrenadora, Anabel Medina, quien su nuevo rol como capitana de la Copa Federación la privó de acompañarla en su primera aventura entre las grandes donde a buen seguro seguirá plantando cara.

El partido comenzó bajo las premisas previstas, con una Garbiñe concentrada y sacando de maravilla ante una letona que pegaba a todo lo que se movía. Si consiguió salvar la primera bola de break en contra con un gran saque y subida a la red, en la segunda ya no pudo defenderse y cedió su servicio para que Garbiñe comandara el marcador (2-0) con comodidad. Pero Ostapenko, cuyo tenis es golpear, golpear y golpear, no se vino abajo y recuperó el break en el juego siguiente ante una rival que seguía llevando el 'timing' del partido con facilidad.

Pero Garbiñe no se arrugó y volvió a romper el servicio de su rival, para con un juego en blanco colocarse 4-1 en un primer set jugado a pocos golpes. Tres bolas de break salvadas de Muguruza (un error de Ostapenko, un oportuno ace y una buena derecha) la permitieron pelear de nuevo en el séptimo juego, el mejor del partido. Pero la campeona de Roland Garros sacó la garra y con buenas derechas y un error no forzado de la española consiguió pasar de un posible 5-2 a un 4-3 y servicio. Aunque de nuevo su saque se convirtió en su mayor enemigo en la primera manga y la letona no aguantó la presión y perdió su tercer servicio en el primer envite y acto seguido el set (6-3).

En la segunda manga Ostapenko no cambió su estilo, pegando todas las bolas, pero teniendo más errores que aciertos. Eso le llevó a perder su segundo servicio permitiendo a Garbiñe colocarse 2-1 en el marcador. La letona reclamó de nuevo la presencia de Andis Juska, su nuevo técnico, que trataba de calmar a su pupila las ansias de pegar todas las bolas.

Pero ese no es el estilo que le va a la letona y que la ha hecho grande en este 2017. Siguió en la misma línea, pero volvió a encontrar su cruz en el servicio (perdió dos de sus cuatro servicios en la segunda manga). La española se fue del partido durante unos minutos lo que aprovechó Ostapenko para asustar y sumar tres juegos consecutivos. Aunque esta Garbiñe es distinta a la de 2016 y no se vino abajo, le bastó ir aguantando los raquetazos de su rival para con serenidad confirmar su condición de favorita e imponerse en este primer partido del Round Robin que le otorga confianza.