Baloncesto, música reggaeton y cine. La vida de Carlos Arroyo a golpe de ritmo y canastas

Carlos Arroyo nació en la pequeña localidad de Fajardo, Puerto Rico, en 1979. Como curiosidad, tiene un hermano gemelo, Alberto ‘Berty’ Arroyo, también dedicado al baloncesto, aunque con mayor presencia en los banquillos; y también que es primo del célebre actor, Benicio del Toro, Traffic, 21 gramos. De ahí puede que le vengan los genes de la actuación a nuestro personaje, aunque en sus primeros años de vida todo giraría alrededor del baloncesto, deporte en el que brillaría internacionalmente y siguiendo los pasos de otro boricua ilustre y también conocido por su paso por España, José ‘Piculín’ Ortiz.

Arroyo hizo sus estudios universitarios en la Universidad de Florida Internacional, paso previo a sus primeros pasos en la NBA de la mano de Toronto. Después coincidiría con John Stockton en UTAH, completando su mejor temporada en la NBA coincidiendo con la retirada de la estrella de los Jazz, logrando un promedio de 12,6 puntos y 5 asistencias en la temporada 2003-2004. Un año mágico en el que Arroyo fue el abanderado de Puerto Rico en los Juegos Olímpicos, recordados por la victoria de su selección frente al equipo de los Estados Unidos.

Otro dato relevante: Carlos Arroyo no fue drafteado por la NBA…ni falta que le hizo dada su contrastada calidad. De Utah emigró a continuación a Detroit, donde alcanzó la final por el anillo y la perdió contra los Spurs de San Antonio. Viajó hasta Miami, con el complicado propósito te hacerse un hueco en el territorio de Dwayne Wade; concluyendo su historia con la NBA en los Celtic, con quienes jugó en 2011. Fue el momento de volar hacia Europa de manera más continuada, ya que estuvo brevemente en Vitoria en 2002.

En el Viejo Continente, Carlos Arroyo desembarcó en Israel para jugar con el Maccabi, aunque el gran salto lo realizó en 2011 al enrolarse en el Besitkas de la Liga Turca para sustituir a Deron Williams, que decidió regresar a los Estados Unidos una vez superado el cierre patronal que tuvo paralizada la liga durante muchos meses. Con Besitkas Arroyo ganó el campeonato doméstico, lo que le valió un sustancioso contrato con el Galatasaray, con quienes también conquistaron el título liguero. Regresar a la NBA había dejado de ser una opción, tanto por la compensación económica como por la libertad de la que disfrutaba para practicar su juego, tanto en Turquía como en la Euroliga, donde consiguió ser el mejor jugador en asistencias del campeonato. Carlos Arroyo rompió con los turcos por problemas a la hora de cobrar los salarios, por lo que regresó brevemente a Puerto rico en 2015 para jugar con los Cangrejeros de Santurce. Pocos meses después, en julio de 2015, el boricua se comprometió por una campaña con el FC Barcelona, con Xavi Pascual en el banquillo, última escala internacional de uno de los mejores jugadores de baloncesto en la historia puertorriqueña.

Personaje polifacético, sangre caribeña por las venas, Carlos Arroyo compaginó su carrera deportiva con la música, fundando el sello independiente, Arroyo Hit Music, con el lanzamiento de dos singles, Oculto Secreto y Se va conmigo. Uno de sus pelotazos internacionales más destacados fue el sencillo, Baila Reggaeton, junto al popular duo Zion & Lennox, millones de visualizaciones en el canal Youtube, que le convirtió en una de las referencias mundiales de este estilo de música y que, por estas casualidades que tiene el destino, le abrió otra puerta inesperada: la del cine.

Estaba el oscarizado Peter Farrelly escuchando música cuando se encontró precisamente con Baila Reggaeton. En ese instante, el ganador de la estatuilla en 2018 por Green Book estaba preparando la producción de The Greatest Beer Run Ever, para la que ya había enrolado a Zac Efron, Russel Crowe y a Bill Murray. Necesitaba el personaje de un sargento latino, así que contactó por privado con Carlos Arroyo a través de Instagram. Sucedió lo que normalmente pasa con este tipo de contactos: esto es una broma. Arroyo respondió remitiendo a su publicista, Farrelly insistió, convenció al boricua de que no era una broma y así se formalizó la entrada del ex jugador de los Celtics en el elenco de la película, una historia real de amistad durante la guerra de Vietnam en la que John ‘Chickie’ Donahue viaja al frente para llevar cerveza a sus amigos. Arroyo interpreta al sargento mayor Pérez, papel en principio muy alejado de los videos musicales o las canchas de baloncesto, por lo que tuvo que hacer una preparación específica sobre cómo empuñar un arma, hablar como un suboficial o la manera de caminar durante las escenas de combate: ‘fue como prepararse para un partido de baloncesto. Llega el partido o la hora de actuar y es prácticamente lo mismo, pero obviamente en otro formato”, comentó el boricua en la presentación de la peli, grabada en Tailandia y que nos ha permitido incluirle en la selecta lista de deportistas que también han tenido su historia con el mundo del cine.