Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

Blog Basket: Camiseta blanca, Gen Ganador

Fernando Ruiz

Actualizado 21/02/2016 a las 22:10 GMT+1

Incrustado en el corazón. Y en el cerebro. Ganar por costumbre, en los momentos brillantes y en tiempos difíciles.

Sergio Llull (Real Madrid / Copa del Rey)

Fuente de la imagen: EFE

Con las apuestas de cara o con los pronósticos de los entrenadores en contra. Con la plantilla sana como un chaval de 15 años o con más jugadores tocados que una selección de rugby a la conclusión de un mundial. Deleitando con su juego eléctrico o en un partido más gris, con la frescura justa para pasar el domingo.
Así es este Real Madrid. El Real Madrid de Pablo Laso. Un equipo difícilmente irrepetible, que sigue haciendo historia, agrandando una leyenda que no conoce más final que el del hambre de los componentes de su plantilla.

Cuanto más complicada es la situación, cuánto más a vida o muerte es el partido, más brilla el Gen Ganador. Este equipo estuvo a un partido de tener que jugar la Eurocup, apenas hace un par de meses. Ganaron en Munich sin pestañear. Este equipo ha perdido por lesión a muchos jugadores, entre ellos a Sergio Llull y Rudy Fernández, auténticos referentes y guías espirituales. Este equipo ha sobrevivido a los achaques de Sergio Rodríguez, de profesión mago. El presupuesto reduce las penas, claro, en forma de fichajes que contrarresten esas lesiones. Injustos seríamos si no pusiéramos el dinero encima de la mesa.
Pero hay tantos equipos con dinero y sin alma. En este deporte llamado baloncesto y en muchos otros. Véase el Real Madrid de fútbol, sin ir más lejos.

El caso es que, a la hora de la verdad, ni Taylor, ni Ndour, ni Hernangómez, ni Thompkins participaron de la fiesta de la final. Con la excepción hecha de los nueve minutos de Lima y los seis del chaval Doncic, Laso tiró de los clásicos, de los espartanos curtidos en mil batalla. Da igual cómo hayan rendido hasta ese momento, cuando uno necesita de jugadores como Nocioni o Maciulis sabes que puedes contar con ellos. Y qué decir de Felipe Reyes o del MVP Gustavo Ayón, decisivos un torneo más.

Ganó la Copa ACB el Real Madrid. Y su mérito es aún mayor porque para ganar su tercera Copa del Rey consecutiva tuvo que doblegar a un memorable Herbalife Gran Canaria. El patrocinador del equipo canario debe sentir ahora mismo una satisfacción total, un éxtasis del merchandising. Que Albert Oliver, Baez, Rabaseda o Aíto García Reneses exhiban tu marca en el pecho es un privilegio al alcance de muy pocos. En Las Palmas y alrededores, más de la mitad de la población estaría dispuesto a ponerse a plan como homenaje a este equipo.

La Copa de los canarios ha sido, sencillamente, sublime. Gran Canaria ha hecho posible el sueño de todos esos equipos de perfil medio, que con un trabajo excelente logran formar una plantilla redonda, un grupo de jugadores unidos por un deseo común: jugar al baloncesto como un auténtico equipo. La sonrisa de Don Alejandro García Reneses en la entrevista del descanso era la sonrisa de un técnico realizado, orgulloso de su equipo.

Hacía mucho tiempo que no veíamos a un equipo neutralizar tan bien a los Sergios, los de la vitola de casi imparables. Un dúo maravilloso, equiparable a cuando Spanoulis y Diamantidis compartían equipo, a Bodiroga y Navarro, a cualquier otra pareja de bajitos extraordinarios, historia viva del baloncesto.

Don Alejandro preparó un plan perfecto. Tenía estudiado a la perfección cada movimiento de los Sergios. Y entre Oliver, Rabaseda, Pangos, Salin y Newley se las arreglaron para cumplir con las directrices del maestro. Y la defensa, con los grandes del equipo ayudando en cada acción, se tornó en inexpugnable por momentos.

Por si el desafío de parar a Rodríguez y Llull no fuera suficiente, Albert Oliver decidió regalarnos otro fantástico partido en ataque. A sus 37 años, el base catalán tiró de clase y de experiencia para conducir a su equipo hasta el final. Sin bajar la cabeza, hasta el último minuto. El auténtico MVP de la Copa. Sus lágrimas al final del partido tuvieron respuesta solidaria en cada espectador del pabellón en La Coruña. Y en cada sofá de todos los que disfrutamos del partido por televisión. Es evidente que en el deporte profesional solo puede ganar uno, pero en ocasiones como éstas le dan a uno las ganas de sacar el comodín del público ¡Por amor de Dios, denle un premio especial a ese hombre!

También Pablo Laso, de base a base, debió pensar algo parecido. Su reconfortante abrazo nos dejó a todos más tranquilos. Y el tono emocionado del entrenador del Real Madrid nos dio también las pistas necesarias para poder calibrar la gesta de un equipo que supo sufrir, ganar tres partidos en tres días y dar la sensación de que el apelativo de mejor Real Madrid de la historia puede ser algo más que una frase efectista, escrita por un periodista cualquiera para captar la atención de su público objetivo.

@Fernan_Ruiz
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio