Blog Basket: El vergel

La Copa del Rey de baloncesto es un vergel. Un oasis en medio del desierto. Un soplo de aire fresco en un deporte en general, en el que el día a día se hace cada vez más insoportable. Mala educación, peleas callejeras dentro y fuera de la cancha, aficionados intolerantes en la derrota y en la victoria, faltas de respeto hacia árbitros, faltas de profesionalidad entre los periodistas…En fin. No os quiero aburrir. Podría seguir y seguir.

Pero la Copa del Rey de basket… ¡la Copa es un vergel! Ocho aficiones en una ciudad. Ocho grupos de personas de sitios diferentes compartiendo basket, cervezas y un buen rollo extraordinario. Cuatro días en los que el deporte en su esencia luce lustroso, para orgullo de gente que, como yo, hemos mamado baloncesto desde la propia cuna.

Sucede, sin embargo, que empiezo a temer por el vergel. Ayer vivimos una primera jornada con dos grandes partidos. Cuatro horas de puro baloncesto, con dos equipos modestos -Iberostar Tenerife y Morabanc Andorra, plantando cara a dos grandes de este deporte, como Baskonia y Real Madrid.

Ganaron los vitorianos ajustadamente. Ganaron los blancos en la prórroga, en un final de infarto con la polémica arbitral como protagonista. Unos pasos de Shermadini que no parecieron ser, un evidente campo atrás de Llull no pitado y un triple de Randolph para forzar una prórroga que terminó por terminar con las fuerzas andorranas. Y a partir de ahí, el lío. Los madridistas, empecinados hasta la obstinación en comparar partido a partido el número de faltas a favor y en contra. No parece que el juego blanco, con muchos lanzamientos lejanos, sea el más propicio para forzar muchas faltas personales. Los antimadridistas, clamando contra el arbitraje, sin tener en cuenta que un error arbitral es un error arbitral, en el minuto 3 y en el 39. Todo suma. O todo resta ¿Re-arbitramos los partidos desde el salto inicial?

Todo es entendible dentro de unos parámetros normales, pero la sensación que tengo en los últimos años es que hay mucho aficionado temporero, que no sigue el baloncesto jornada a jornada y que se apunta a la fiesta copera como el que decide ir un año a la Feria de Abril. Y su tono en algunos casos no es de respeto al medio ambiente. El vergel se debilita con la plaga de ocasionales, seguro, pero también con la radicalización de otros que sí son habituales por estos lares.

El frente anti Madrid – Barça (“Estamos hasta los hue… del Barça y del Madrid”) siempre me ha parecido ocurrente. También pertinente, que no es fácil competir contra equipos con paraguas futboleros, cuyos presupuestos son inalcanzables para cualquier club de baloncesto. Pero el asunto se nos va de madre cuando, en el colmo de lo absurdo, en los video-marcadores del Buesa Arena aparece durante un tiempo muerto una pareja de seguidores del Real Madrid que, siguiendo la tradición de un basket lover, están “condenados” a besarse delante de toda España ¿En serio es necesario pitarles como si fueran Felipe Reyes o Sergio LLull? ¿En serio es deporte pitar a los chavales del Barça o del Madrid si son los ganadores de la Mini-Copa? ¿Acaso la Copa del Rey de baloncesto no debería ser para todos?

Cuidemos el vergel amigos. O nos convertiremos en aquello de lo que siempre hemos huido. Yo pensé que el baloncesto era otra cosa. Puede que esté equivocado.