Liga ACB, Real Madrid-Joventut: Llull evita un susto antes del Efes

101 - Real Madrid (18+26+21+36): Laprovittola (10), Causeur (10), Abalde (12), Garuba (14) y Tavares (12) -cinco inicial- Poirier (9), Alocén (-), Carroll (13), Thompkins (6) y Llull (15).

92 - Joventut (24+23+25+20): Bassas (5), Ribas (20), Morgan (15), Parra (5) y Brodziansky (15) -quinteto titular-, Dimitrijevic (13), Tomic (8), Dawson (2), Parrado (2), Ventura (3), Allen (-) y Birgander (4).

Árbitros: Fernando Calatrava, Alberto Baena y Alfonso Olivares. Eliminaron por faltas a Connor Morgan (min 32)

Incidencias: Partido de la jornada 32 de la Liga ACB disputado a puerta cerrada en el Palacio de los Deportes de Madrid.

El Real Madrid reaccionó a tiempo para doblegar a un gran Joventut que, tras tener al líder contra las cuerdas durante casi todo el partido, solo cedió en el último cuarto ante el despertar blanco liderado por Llull y el acierto desde el triple de un equipo que sumó su 16.º triunfo liguero y ya piensa en su doble cita de esta semana con el Efes en Euroliga (101-92). Después de tres cuartos por debajo en el marcador, en el que no se encontró a gusto sobre la pista, el equipo blanco evitó la que hubiera sido su segunda derrota en la ACB al dominar los últimos diez minutos por un contundente 36-20 que evitó sorpresas en el regreso a España de Poirier, que dejó una buena impresión en su debut.

Desde el salto inicial, los verdinegros se olvidaron de sus ausencias y de lo castigados físicamente que llegaban al Palacio de los Deportes. Jugaron con criterio, tutearon al líder en cada acción y, con su gran acierto desde el perímetro y seis triples en un gran primer cuarto, dominaron el juego y el marcador durante toda la primera mitad, con Ribas y Morgan como hombres más acertados. Enfrente, solo andaba fino de inicio Laprovittola, que prolongó su buen momento con sendos triples y un par de asistencias de calidad, hasta que se fue contagiando del juego errático del equipo blanco, que oponía poca resistencia atrás. Tavares, con dos faltas en cinco minutos, adelantó el debut del recién llegado Poirier, que fue de menos a más en su estreno.

La Penya se llevó el primer acto con solvencia (18-24) y en el inicio del segundo dos acciones consecutivas de 2+1 de Dimitrijevic subieron por primera vez la renta visitante a diez puntos, ante la desesperación de Pablo Laso, que no lograba activar a los suyos ni encontraba soluciones en el banquillo. Los tiradores locales no tenían su tarde hasta que saltó a pista Llull y encadenó un par de aciertos exteriores que espolearon a sus compañeros y apretaron el marcador gracias a un parcial de 10-2. Causeur y un Garuba que acabó con dobles dígitos (14 puntos y doce rebotes) se sumaron a la causa, aunque el Joventut no se rindió y siguió a lo suyo, con un baloncesto práctico y efectivo que le mantuvo por delante hasta el descanso (44-47. min 20).

El intercambio de golpes se prolongó tras el paso por vestuarios. Los jugadores de Carles Durán retomaron su idilio con el triple. Dos aciertos seguidos de Morgan, a los que sumó un par de tiros libres, mantuvieron el dominio visitante, mientras que el Real Madrid confió su suerte a Tavares, que regresó a la pista tras muchos minutos en el banquillo. Brodniadsky se echó su equipo a la espalda, y con nueve puntos en el tercer cuarto, obligó a Laso a parar el partido al verse nueve abajo y no hallar soluciones al apagón de sus hombres en ataque, donde encadenaban pérdidas y errores de forma peligrosa. Dos triples de Garuba y Abalde parecieron activar al líder, que llegó siete abajo a los diez últimos minutos (65-72, min 30).

En poco más de un minuto, la diferencia se evaporó. Al tercer triple de Llull le siguieron sendos aciertos bajo aros de Tavares y de un omnipresente Garuba que empató a 72 tras muchos minutos por detrás y obligó a pedir tiempo muerto a un Carles Durán que en la siguiente acción perdió por faltas a Morgan, uno de sus mejores hombres hasta ese momento. Treinta minutos después, el Real Madrid retomó el mando definitivamente gracias a un tiro libre de Tavares, al que siguieron otros dos triples de Llull, auténtico revulsivo blanco junto a un Abalde que también brilló en los locales.

Le imitaron poco después desde la misma distancia Carroll y Poirier, que subió a ocho la ventaja local a cuatro minutos del final ante un rival que empezaba a mostrar síntomas de agotamiento y que acumulaba un parcial en contra de 23-8 en seis minutos. La Penya no se rindió, pero ya no tuvo fuerzas para plantar cara a un rival superiro que, con los deberes hechos en al Liga ACB, llega lanzado a su eliminatoria frente al Efes, con el objetivo de regresar esta temporada a la Final a Cuatro.