Blog Sports&Music: La balada triste del Golden Boy

Oscar de la Hoya nació en Los Angeles en febrero de 1973, hijo de un boxeador aficionado, Joel de la Hoya, mexicano de Durango que con 15 años emigró a los Estados Unidos; y de Cecilia, mujer apasionada por la canción. La pareja tuvo dos hijos, Joel Junior, el que aparentemente tenía cualidades para convertirse en el boxeador profesional que papá De la Hoya no pudo ser; y el pequeño Oscar, un chaval asustadizo y enclenque que, las vueltas que da la vida, se convirtió en toda una leyenda del boxeo.

Fue su hermano Joel quien metió el gusanillo de la pelea al joven Oscar y el padre quien finalmente le apuntó al gimnasio Eastside Boxing club de Los Angeles, donde descubrieron que el chico apuntaba maneras, se movía bien sobre el cuadrilátero y, sobre todo, tenía una zurda excepcional. Y aquí comenzó todo. Una historia plagada de triunfos como amateur, un oro olímpico con solo 19 años en Barcelona 92 para los Estados Unidos (sí, muchos mexicanos consideraban injustamente a Oscar de la Hoya como un ‘pocho’, la despectiva forma de llamar a los americanos que renunciaban a sus orígenes); debut profesional en noviembre de ese mismo año olímpico, derrotando a Lamar Williams por K.O. en el primer asalto; títulos mundiales en Súper pluma, Ligero, Súper ligero, welter, súper welter y Medio, tras disputar 45 combates, con 39 victorias (30 antes de límite) y 2 derrotas.

Forman parte de la mística del noble arte de combates, la mayoría en Las Vegas, con Julio César Chávez en el Caesar Palace; Pernell Whitaker, en el Thomas & Mack Center; Felix ‘Tito’ Trinidad, en el Mandalay; Floyd Mayweather, en el MGM; Manny Pacquiao, la peor pesadilla de De la Hoya, en el Arena Garden del MGM; o contra el español Javier Castillejo, también en el MGM. El ‘Golden Boy’ hizo pública su decisión de colgar los guantes el 14 de abril de 2009 en el Nokia Plaza de Los Angeles: “llegué a la conclusión de que ya basta. Nací para boxear. Ha sido el amor de mi vida”.

El ‘Chico de Oro’ siempre tuvo una vinculación muy especial con la música a través de Cecilia, su madre, pero no fue hasta 1999 cuando se inició de forma más seria en este también noble arte. Fue en uno de los programas de mayor audiencia de la televisión americana dirigida al público hispano, El Show de Cristina (algo parecido a Oprah, pero en el español), que se emitía por Univisión en 11 países, donde hicieron una encerrona a Oscar: le colocaron ante un mariachi para cantar, sin ensayo previo, la ranchera, ‘Amor de los dos’…y gustó. Mucho. Tanto que, meses después, el ‘Golden Boy’ firmó con el sello EMI su primer y único álbum, ‘Oscar de la Hoya’, producido por Rudy Pérez (Gloria Stefan, Roberto Carlos, J. Lo, Cristina Aguilera, Beyoncé…) alcanzando con el single, ‘Run to me’, ‘Ven a mi’, en la versión en español, escrita por los hermanos Gibb, de los Bee Gees, el número 1 de la lista Billboard Hot Latin.

El álbum fue nominado al premio Grammy al Mejor Album Latino en la Gala celebrada en 2001, aunque el premio fue para Shakira y su MTV Unplugged. Nunca más Oscar de la Hoya volvió al estudio de grabación, aunque sí que se sube con frecuencia a los escenarios cada vez que alguien le anima a cantar…aunque no se sepa del todo bien la letra.

La vida privada del ‘Golden Boy’ daría también para un serial, con varios matrimonios, entre otros con la ex miss America, Shanna Moakler o el último con Millie Corretjer, aparte de numerosas novias ocasionales, varios hijos, uno de los cuales, Devon, quiere seguir los pasos de su padre sobre el ring; o escándalos relacionados con apuestas, infidelidades y adicciones diversas por las que, incluso, ha llegado a ser detenido por la policía. Oscar de la Hoya sigue vinculado al boxeo y las artes marciales con su empresa, ‘Golden Boy Promotions’, asociado con los también ex-púgiles Bernard Hopkins y Ricky Hatton, organizando veladas y llevando la carrera profesional de nuevos talentos del boxeo que quieran seguir los pasos del ‘Chico de Oro’, Oscar de la Hoya.