Alonso, dispuesto a entrar en el ciclismo con su propia marca

La penúltima vez que se tuvo noticia del equipo ciclista profesional de Fernando Alonso fue en enero de 2016 cuando el representante del piloto, Luis García Abad, dijo que este proyecto estaba en “stand by”. Esta espera está siendo larga, ya que comenzó en 2013 con la posible adquisición de la licencia y la estructura del Euskaltel-Euskadi, pero por diferentes circunstancias esa compra no salió adelante.

Fernando Alonso siguió empeñado entonces en sacar adelante este proyecto de equipo ciclista, aunque fuera partiendo desde cero, y en el mismo año 2013 junto al doble campeón del mundo y exseleccionador italiano, Paolo Bettini, trabajaron juntos para que esa formación comenzara a competir en la temporada 2014. Pero tampoco surgió y pese a que esa idea firme nunca se abandonó, se fue dispersando. Hasta hoy.

El doble campeón del mundo de Fórmula 1 es muy activo en sus redes sociales y recientemente, en una charla con seguidores a través de Instagram, un usuario preguntó si Kimoa podía patrocinar un equipo ciclista. Su respuesta, un “sí” o un “afirmativo” a través de un Emoji. O sea, que es fácilmente interpretable que Alonso tiene previsto retomar el proyecto de su equipo ciclista o, mucho más fácil para él, patrocinarlo directamente a través de esta marca de textil urbano y gafas de sol.

Alonso ya está dando la suficiente visibilidad a Kimoa, un proyecto empresarial personal, luciendo él mismo sus productos, patrocinando al equipo Toyota en el Mundial de Resistencia que ganó con el equipo japonés o en su aventura en el Dakar. Además, tiene embajadores de renombre como el futbolista italiano Gianluigi Buffon.

El ciclismo no sólo es un deporte que Fernando Alonso practica de forma habitual porque es una de sus pasiones y forma parte de sus entrenamientos como piloto, sino que es un escaparate ideal para que pueda lucir un poco más esta marca a través de un patrocinio potente.

En cualquier caso, es mucho más fácil para Alonso entrar de lleno en el ciclismo como patrocinador que como creador y gerente de un nuevo equipo. Ya acumula dos malas experiencias con la compra fallida del Euskaltel y con construir una estructura desde cero con Paolo Bettini. Además, la propia estructura actual del ciclismo es demasiado compleja y rígida como para albergar un equipo de nacionalidad española, por ejemplo, en su segunda división ProTeam y que esta formación tenga acceso o invitaciones a correr las carreras más importantes del calendario.

Como ya contamos en enero de 2016 cuando volvió a sonar la posibilidad de que el equipo ciclista de Alonso viera la luz, entonces sí tenía sentido para entrar por la puerta grande en el World Tour (primera división del ciclismo mundial) con la estructura y aumento de equipos para la temporada 2017. Pero las 19 plazas de hoy en día y esa máxima competitividad entre equipos ProTeam de nacionalidades española, italiana, francesa o belga por correr las mejores carreras, dificultan un desembarco inminente de Alonso en el ciclismo profesional al más alto nivel.

Un patrocinador como Fernando Alonso a través de Kimoa o un nuevo equipo profesional serían muy bien recibidos en el ciclismo, pese a estas complejidades de encajarlo. Además, en la actualidad existe una creciente preocupación entre los equipos WorldTeam (primera división) por la brecha presupuestaria que se está abriendo entre estructuras como el Ineos, Jumbo-Visma o Emirates y el resto de formaciones. El piloto español, si está decidido a apostar fuerte por el ciclismo con una importante inversión, tendría los brazos abiertos de cualquier equipo ya existente e incluso haría a la Unión Ciclista Internacional la posibilidad -compleja pero ejecutable- de aumentar a 20 los equipos WorldTeam.

Si tradicionalmente el rumor era la antesala de la noticia, esta vez no hay rumor sino una confirmación en Instagram. Nuevos tiempos para comunicar y también nuevos tiempos para que Fernando Alonso saque ese equipo ciclista que lleva prometiendo desde 2013. Ahora el tablero es otro, más complejo pero igual de atractivo para jugar.