De Alaphilippe a Thomas: las 72 horas más intensas del ciclismo post coronavirus
Actualizado 05/10/2020 a las 19:29 GMT+2
El arranque del Giro de Italia 2020 estaba pasando un tanto desapercibido por la ausencia de grandes nombres y por su coincidencia con la exhibición de Van der Poel en el Binckbank Tour o la Lieja-Bastoña-Lieja y ese error histórico de Julian Alaphilippe. Pero en sólo tres etapas, dos favoritos se han ido a casa y otros dos, los más importantes, Simon Yates y Geraint Thomas, se han dejado todo.
Menos mal que iba a ser un Giro de ‘perfil más bajo’ por la ausencia del vigente campeón, la de Remco Evenepoel o la de otras grandes figuras del pelotón. Con una nómina de participantes quizá más discreta de la que hubiéramos tenido en mayo en unas fechas normales, la corsa rosa arrancó con una contrarreloj que ya se cobró sus primeras víctimas. La recalendarización del ciclismo enclavó la grande italiana justo a continuación del Tour de Francia e inmediatamente después del Mundial, sin apenas respiro, y entre algunas de las grandes clásicas de las que no deja de hablarse por su increíble resolución.
Mientras en la crono inaugural de Palermo el viento azotaba con fuerza y Geraint Thomas hizo una auténtica escabechina entre los grandes favoritos -metió más de un minuto a Nibali, Fuglsang, Kelderman y compañía- Mathieu Van der Poel atacaba a 70 kilómetros de meta, en un escenario icónico del ciclismo como el Kapelmuur para ganar la etapa y la general del BinckBank Tour.
Esa misma tarde, la del sábado 3 de octubre, Miguel Ángel López se iba al suelo al tragarse un bache en esa misma crono y tuvo que hacer las maletas con diversas lesiones. Un día después, domingo, Peter Sagan casi gana a Diego Ulissi la segunda etapa, muy poco antes de que Primoz Roglic levantara la Decana de las clásicas a Julian Alaphilippe por levantar los brazos antes de tiempo en la misma línea de meta de Lieja. El mayor ridículo del ciclismo contemporáneo, protagonizado por todo un campeón del mundo, hizo que el abandono en el Giro del joven aspirante ruso Aleksandr Vlasov también pasara casi desapercibido.
La corsa rosa continuó y a las primeras de cambio ya había un final en alto en un gran puerto. El día que Geraint Thomas tenía que reivindicarse como líder del Ineos y patrón de este Giro de Italia, se fue al suelo en la neutralizada y a muchos kilómetros de comenzar la subida al Etna, ya perdía minutos y opciones completamente magullado y pedaleando muy incómodo. En meta cedió más de 12 minutos y dejó la sensación de que su techo como ciclista se quedó en julio de 2018 en lo más alto de los Campos Elíseos.
Por si toda escabechina de líderes y grandes nombres no era suficiente, el otro gran favorito a ganar este Giro de Italia 2020 hizo ‘crack’ a mitad de ascensión. Simon Yates, maglia rosa y casi ganador de la carrera en 2018 no pudo seguir el ritmo de los mejores. De forma inexplicable perdió cuatro minutos y medio en meta, mientras por delante Nibali, Fugslangy Kelderman se marcaban de forma estrecha.
¿Qué Giro se queda ahora?
Si este Giro de Italia iba a ser cosa de pocos, ahora se queda en lo que diga Vincenzo Nibali y en lo que sea capaz de aguantar Fuglsang, quien no contará con Superman López ni Vlasov cuando llegue la montaña de verdad. También de lo que sea capaz de demostrar un portugués, Joao Almeida, quien sin hacer ningún ruido se esetá instalando en la élite de este deporte. Sólo tres días de competición que parecen haberse convertido en más de media vida o, por lo menos, en más de medio Giro.
Si el ciclismo post parón del coronavirus iba a ser diferente por sus fechas y algunos de sus actores principales, lo vivido en las últimas 72 horas ha roto todas las expectativas y en ocasiones la barrera del surrealismo. Así es este deporte. El espectáculo de lo imprevisible es lo que nos aguarda de aquí a final de noviembre, si el maldito coronavirus lo permite.
Y Alaphilippe pidiendo perdón
Fue perfecto hasta el último kilómetro. Lamento sinceramente este final. Siempre aprendemos de nuestros errores. Ahora a seguir adelante con el maillot más bonito sobre tus hombros. (Alaphilippe)
El francés tardó más de 24 horas en pronunciarse de forma oficial, pero lo hizo con sentido del humor en su cuenta de Twitter. Asumió su culpa y cerró su mensaje diciendo que aprenderá de este error y que seguirá mirando hacia adelante vistiendo su maillot de campeón del mundo. Y por supuesto, que prefirió acompañar el mensaje con una foto subiendo La Redoutte junto a un compañero y no la de la meta, levantando los brazos antes de tiempo.
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