La opinión de Luis Jiménez: El Giro, un marciano volador y un polémico pis en La Vuelta

El Giro de Italia es la mejor carrera por etapas del curso, pero hay que saber cómo degustarla. No es ciclismo para ansiosos, no es carrera para gente con prisas. Es una liturgia que se vive cada día, con dosis ajustadas que van in crescendo hasta culminar en una última semana apoteósica. No es carrera para todos los públicos, para ansiosos de acción desde el banderazo de salida hasta la llegada a Roma, no. Sin embargo, hay corredores que siguen empeñados en atentar descaradamente contra las reglas establecidas, romper con todo, trasgredir las normas. Remco Evenepoel era, entre los favoritos, uno de los llamados a hacer un buen inicio de la carrera, nada espectacular, un buen tiempo y salvar esta primera jornada, que el Giro es muy largo y siempre pasan cosas. Pues no, amigos, no. La Brutta Bestia salió a arrasar, a destrozar el cronómetro, a hacer sangre con unos números de dejar atónitos a todos sus seguidores en Strava, pobres diablos que jamás en nuestras miserables vidas alcanzaremos 102 rpm de cadencia media en 19,46 kilómetros, con una media de 54,9 km/h y 71,3 km/h de velocidad máxima. Ganna, el especialista, resignado, solo pudo balbucear aquello que, lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible; Roglic y demás gallos, felices, porque si ‘solo’ has cedido 43” ante un marciano como Evenepoel, en honor a la verdad, puedes afirmar que no has salidodemasiado mal parado.

El domingo nos dejó la típica etapa que para muchos aficionados es una sucesión de hechos intrascendentes, sin apenas interés más allá de la acumulación de kilómetros. Error. Siempre pasan cosas. Pasa que la languidez de la carrera se altera y enloquece con un sprint intermedio en el que los candidatos al Ciclamino (oigan, me gusta el color de la Regularidad incluso más que el Rosa. Para gustos…) pelean por los puntos en un Traguardo Volante como si les fuese la vida en ello; y pasa que la Volata final se convertía en una especie de batalla campal, un sálvese quién pueda, un cruce de miradas asesinas por un codo malamente metido y una caída masiva de las de pasar miedo, verdadero miedo, en la que, ignoro qué poderoso protector anda por ahi suelto, no pasó nada, salvo los rasguños y algún hueso dolorido. Nada para lo que podía haber llegado a suceder. Eso sí, dos candidatos para la General, Tao y Vine, se dejaron en el incidente 19 segundos y, ya se sabe, esta es una carrera de resistencia, cada error o contratiempo resta y aquí nadie regala nada. Por cierto, que ganó un grandioso pistard italiano de tan solo 22 años, Jonathan Milan, haciendo la mejor publicidad posible a la marca de bicicleta que utiliza: no destrozó la máquina y eso que con su pedaleo final podría haber machacado a un tractor.

Muchos aficionados a ciclismo decidieron, posiblemente con muy buen criterio, pasarse al desenlace de La Vuelta Femenina. El duelo entre la reina del pelotón, Annemiek Van Vleuten y una de sus más contrastadas sucesoras al trono, Demi Vollering, prometía chispas tras el incidente del sábado en la etapa de Laredo, cuando Movistar atacó a la entonces maillot Rojo mientras se detenía para hacer sus necesidades ¿Sería capaz la corredora del SD Worx de recuperar el liderato en la última etapa, la de los Lagos? Morbazo. El final asturiano resultó épico, con corredoras extenuadas alcanzando la línea de meta, un espectáculo que seguramente a muchos abrió los ojos para eliminar viejos e injustos prejuicios sobre el ciclismo femenino. Ganó Vollering, Enorme. Van Vleuten mantuvo el liderato por tan solo 9 segundos de margen y la famosa parada para hacer pis se convirtió en polémico objeto de debate con lecturas para todos los gustos. La prensa anglosajona, culpando de comportamiento poco elegante al equipo español por no respetar a la líder a la que, dicen, robaron el liderato y, por supuesto, los medios españoles, justificando la acción y culpando a la joven holandesa por no haber avisado al pelotón de su intención de parar. Pena que en breve deje de emitirse Sálvame, que también en el ciclismo contamos con nuestra dosis de salseo…

Una última recomendación antes de acabar: una de las mejores carreras de la Copa Francia, la Tro Bro Leon, en la Bretaña, el domingo, con sus característicos ‘ribins’, o caminos de tierra y piedra que, en mojado, son una auténtica pesadilla para los corredores. No hago spoiler, así que os invito a descubrir el desenlace en nuestra web ¡Buena semana ciclista!