Exhibición del Liquigas

El joven Sagan, de 21 años, una de las perlas del pelotón internacional, remató el festival del Liquigas, que metió 4 corredores en una escapada de cinco hombres que provocó la escuadra italiana en el descenso del Alto del Catorce por Ciento (2a), puerto de nueva denominación, punto clave a 20 kilómetros de meta.

Acompañados por Pablo "Penkas" Lastras, los hombres de Nibali montaron una bajada suicida que rompió el pelotón en mil pedazos y dejó cortados a todos los favoritos. Se presentaron en Córdoba con Sagan al frente, el más rápido de todos, que se impuso a Lastras con facilidad, con un tiempo de 4h.38.22.

Valerio Agnoli, tercero, pasó por delante de Nibali e impidió que su jefe de filas arañara 8 segundos de bonificación. Segundos preciosos, pero el defensor del título recuperó lo que perdió en Valdepeñas de Jaén.

Nibali, el "Tiburón de Mesina", atizó una dentellada de 17 segundos a "Purito", que perdió el tercer puesto en la general, y al francés Sylvain Chavanel, aferrado un día más a la camiseta roja de líder. Algo más retrasados, a 23 segundos, acabaron Wiggins, Brajkovic, Van den Broeck y Menchov.

Otro día con final intenso y sorprendente, como viene siendo habitual en la presente edición. Como el calor que derrite las fuerzas de muchos corredores. El esprint masivo se sigue negando y las escapadas largas no cuajan. En un terreno escarpado entre los mares de olivos de las provincias de Jaén y Córdoba, no hubo permiso para las aventuras hasta bien entrada la carrera.

La fuga de la jornada contó con el exotismo del japonés Yukihiro Doi (Skil), el primer nipón en la historia de la Vuelta. Además se apuntaron el español Adrián Palomares (Andalucía), el letón Saramotins (Cofidis) y el suizo Kohler (BMC). Las ilusión del cuarteto duró lo que tardó el Leopard en ponerse las pilas con Cancellara en plan locomotora.

A 27 de meta empezó otra etapa con distintos protagonistas. El francés Moncoutié, tres veces ganador de la montaña, coronó con algunos segundos el Alto del Catorce por Ciento, movimiento calcado al día anterior en Valdepeñas. Y con la misma suerte, ninguna, ya que en el descenso se unieron Tony Martin, Seeldrayers y David de la Fuente.

El Leopard, que buscaba un esprint para Bennati, desapareció de la escena y entró el Liquigas a toda máquina. Doble baza con Sagan y Nibali en su lucha por la general. Evasion o victoria. O las dos cosas.

La escapada no tuvo más secreto que jugarse el chasis en la bajada del puerto y tirar a bloque hasta la capital cordobesa. Solo se apuntó a la ruleta rusa Pablo Lastras, quien resumió la valentía de los hombres del Liquigas. "Ha sido increíble como han bajado. Hoy he pasado miedo. Estos no son de los que frenan, han hecho una bajada suicida", señaló el madrileño.

Así se reventó el pelotón. Cuatro Liquigas contra "Penkas".Lucha desigual. El quinteto se jugó el triunfo en la recta de meta. Agnoli y Capecchi lanzaron el sprint, Nibali y Sagan aguantaron acontecimientos. Cuando Lastras salió a por la avanzadilla el eslovaco arrancó desde atrás para levantar los brazos y presentarse en sociedad.

"Purito" Rodríguez se lamía las heridas por haber perdido tiempo "donde no lo tenía que haber perdido". Pero no son lesiones sangrantes, pues la alta jerarquía de la Vuelta sigue en un margen estrecho en torno al minuto, con todo un mundo por delante.

Sagan subió al podio a ponerse el sombreo cordobés que acredita al vencedor en Córdoba. Otro peldaño para una temporada inolvidable, pues ha firmado 12 victorias de las 21 de su equipo.

Se trata de un corredor de enorme futuro, que cotiza al alza desde su debut profesional en 2010, donde ya sorprendió con 2 etapas en la París Niza. Nacido en Zilina, procede como tantos otros de la bicicleta de montaña, en cuya disciplina se proclamó campeón mundial júnior en 2008, aunque también destacó en el ciclocross, con una medalla de plata en el Mundial.

Tras ganar la Vuelta a Polonia, el campeón eslovaco aparcó su objetivo más inmediato en la Vuelta. A la primera ocasión dejó su sello. Fuerza, juventud y clase es igual a futuro despejado.