Tour de Francia 2017 (Etapa13): Contador y Landa, memorables sin victoria

Mikel Landa: El mejor gregario de Froome pudo haber ganado en Peyragudes y se llevó una supuesta bronca de su director por no esperar a Chris Froome para minimizar pérdidas tras su desplome. En esta 13ª etapa, el vitoriano se fue hacia adelante junto a Alberto Contador, llegando a tener 2:40 de ventaja y soñando con el maillot amarillo. Juego de equipo al fin y al cabo, pero otra invitación a soñar de esta ciclista.

Alberto Contador: El madrileño tiene razón, jamás se va a dar por vencido. Sin nada que ganar y sin nada que perder inició la aventura junto a Landa, dando otra exhibición de coraje y entendiéndose bien con su compañero de fuga. El movimiento se produjo nada más coronar el Col d’Agnes, y fueron haciendo camino. El camino que no le condujo a la victoria pero sí al reconocimiento eterno que este ciclista merece. Ya no por ser el mejor, pero sí por no dejar de creer nunca.

Warren Barguil: En el día nacional de Francia, un francés ganó a lo grande. Un atacante nato que ante Rigo Urán se quedó a escasos milímetros de la gloria en Chámbery. Aquel día lloró de emoción y luego de pena. En este 14 de julio su país está orgulloso e igual de emocionado que él.

Chris Froome: Lección de entereza del vigente campeón. Por un momento parecía que Mikel Landa era la propia reencarnación del inglés cuando en el Tour de 2012 le mandaban parar para esperar a Wiggins. Eran tácticas, brillantes, de equipo. Y tuvo piernas para intentar el ataque en los kilómetros finales del Mur de Péguère, cuando todos le daban por finiquitado. Eso sí, no gestionó bien los kilómetros finales junto a su compañero Michal Kwiatkowski. Incluso se le vio algo desesperado.

Dos cosas quedaron muy claras en esta segunda y cortísima etapa por Pirineos. La primera es una nueva lección de coraje y grandeza de Alberto Contador por intentarlo desde lejos. La segunda, que Mikel Landa está sólo a 1:09 del maillot amarillo y de que lanzarse al ataque pudo haber sido una buena estrategia para su equipo, pero al final ni resultó ni el vitoriano pudo obtener la victoria que reclamaba si tuviera un poco de libertad.

Es una pena que ni Contador, ni especialmente un Landa más rápido en estas llegadas, pudieran lograr esta victoria en Foix. Pero ambos demostraron que a Alberto jamás hay que darle por muerto. Y al ciclismo español, tampoco. Aunque les ganara un joven prometedor francés en el día nacional de Francia.

Contador y Landa atacaron nada más coronar Agnés, la segunda cima del día. Fueron haciendo camino y llegaron a contar con hasta 2:40 minutos. Se entendían bien y subieron a toda potencia el Mur de Péguère, con sus durísimos tres kilómetros finales. Por detrás venían Warren Barguil y un renacido Nairo Quintana, que recuperó tiempo y sensaciones tras su explosión en Peyragudes.

Se unieron al grupo para bajar sin problemas este alto y llegar a disputarse la victoria de etapa. Landa había tirado demasiado, y Barguil -tal y como él mismo dijo en meta- sabía que era más rápido llegando que estos tres ciclistas. Por eso ganó.

Por detrás Froome parecía tocado, como el nuevo líder Fabio Aru que se queda sin equipo y sin gregarios tras la retirada definitiva de Jakob Fuglsang al no superar el dolor de sus pequeñas fracturas en uno de sus brazos. Bardet no atacó, sólo resistió. Y el vigente campeón quiso dar dos golpes seguidos en el tramo más duro de Péguère. Pero lo que parecía una estrategia brillante se convirtió en una guerra de nervios interna.

Las cosas en la general quedan como están, pero con un detalle importante: Mikel Landa está a sólo 1:09 del amarillo, y con los Alpes por delante. Lo dicho, es un ciclista que invita a soñar.