El gran error que Peter Sagan no debe cometer en su carrera: Intentar ganar un Tour de Francia

Peter Sagan es un ciclista único en la historia de este deporte. Alcanzó las cien victorias profesionales con apenas 27 años. Sólo él ha conseguido ganar tres mundiales de ruta de forma consecutiva y aunque podría haber sumado alguno más, en sus vitrinas ya figuran dos Monumentos (Tour de Flandes y París-Roubaix). A su interminable colección de logros también hay que sumar el sexto maillot verde de regularidad en el Tour de Francia que está a punto de sellar -y con récord de puntos- y el hecho de que ya es el corredor mejor pagado del pelotón.

¿Podría ganar Peter Sagan el Tour de Francia o una gran vuelta? Evidentemente, no. El eslovaco no es ese tipo de ciclista ligero, escalador ni incluso es bueno en la contrarreloj. Es algo más que un esprínter, un clasicómano, un potencial ganador -como ya hizo en California- de una vuelta corta por etapas, pero no para ganar un Giro de Italia, el Tour o una Vuelta a España. Pocos tienen su visión de carrera, su regularidad y su ambición por no parar de ganar. Porque cuando pierde algún esprint o alguna clásica, siempre lo hace entre los primeros puestos y habiéndolo intentado siempre. E incluso con la dificultad añadida de ser el más vigilado por sus rivales e incluso, como él mismo ha manifestado en más de una ocasión, viendo como se corre contra él.

Volviendo al debate de Sagan cambiando los objetivos de su carrera y por tanto su fisionomía, así como sus entrenamientos y su forma de correr, para intentar ganar un Tour de Francia, esa conversación informal en Twitter entre varios espectadores de Eurosport con el comentarista de la casa, Antonio Alix, desembocó en una respuesta de Patxi Vila, su entrenador y preparador personal y hombre de máxima confianza: “Es algo que sólo Peter podría decidir. Los demás estamos para ayudarle y asesorarle, el esfuerzo sería enorme, el resultado incierto y la posibilidad de perder un corredor único, alta”.

Más claro no se puede decir, pero en este debate también entró Alberto Contador en la antena de Eurosport. El exciclista ha corrido con él en el equipo Tinkoff y además le conoce a la perfección. Contador tiene claro que tampoco debería cambiar sus objetivos ni replantearse su carrera, ya que “sería cargarse a un corredor que por su forma de correr y sus acciones te levanta del sillón”.

Al margen del espectáculo que siempre ofrece Sagan y que le convierte en el más carismático del mundo con diferencia, tendría que perder al menos diez kilos de peso, lo que conllevaría también perder potencia, tal y como comentó Alberto Contador en la antena de Eurosport.

Dijo Alberto además que no le conviene correr ese riesgo porque ya es el ciclista mejor pagado del pelotón, más incluso que Chris Froome aun siendo el último ganador de las tres grandes vueltas por etapas.

Convertir un ciclista como Peter Sagan en un posible ganador de vueltas de tres semanas ya fue algo que se comentó con Fabian Cancellara en 2010 tras su doblete Flandes-Roubaix y siendo entonces un ciclista joven para intentarlo. El suizo ni tan siquiera lo intentó ni se aproximó a ello, pero un ciclista tipo Sagan en los ochenta fue Francesco Moser y ganó un Giro de Italia. No es una comparación que sirva, como tampoco hacerlo con Bradley Wiggins y su mutación de ciclista de pista a ruta y en pocos años, campeón de un Tour de Francia.

Sagan es otra cosa, un ciclista al que hay que exigirle seguir ganando Monumentos, más Mundiales o que incluso se atreva con otras especialidades como el mountain bike (como hizo en los Juegos Olímpicos de Río 2016) e incluso el ciclocrós. Tal vez gane una etapa de alta montaña en el Tour a lo Thor Hushovd en 2011. Eso ya sería demasiado, pero a día de hoy y sin perder su esencia, es a lo que aspira y seguramente acabe consiguiendo.