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Sin Froome, ¿qué? Una ausencia que abre un Tour de Francia completamente diferente

Adrián G. Roca

Actualizado 13/06/2019 a las 13:52 GMT+2

Además de lamentar profundamente su baja por la gravedad de las lesiones y por lo mucho que va a perder el espectáculo y el aficionado al ciclismo, la ausencia de Chris Froome en el Tour de Francia 2019 trae otras consecuencias inmediatas a falta de pocas semanas para la carrera más importante del año.

Chris Froome

Fuente de la imagen: Getty Images

Tras conocer el alcance completo de sus lesiones: fractura de fémur, otra nueva fractura en la cadera, varias costillas rotas o fisuradas y también un daño serio en el codo, lo primero que le viene a uno a la cabeza ya no es poner fecha al regreso de Chris Froome a la competición, sino más bien si será capaz de recuperarse al cien por cien y volver a su máximo nivel para seguir siendo el mejor vueltómano de esta generación.
Se sometió a una cirugía para reparar su fémur, su cadera, su codo. Tiene costillas rotas, un poco de daño interno también, por lo que permanecerá en cuidados intensivos durante los próximos días (Dave Brailsford, sobre la operación de Froome)
Antes de esa estúpida caída –estúpida y absurda por cómo se produjo según relató su propio director Dave Brailsford- Chris Froome ya había sido anunciado como el líder único del Team Ineos para el Tour de Francia 2019, con el único objetivo de sumar su quinta corona en París y ponerse así a la altura de Indurain, Hinault, Merckx o Anquetil. En 2019 no ganará su quinto Tour y tras este desgraciado percance la primera impresión es que no lo logrará nunca, ya que en 2020 no sólo tendrá un año más de edad sino que tendrá otros compañeros de equipo más en forma y también otros rivales generacionales más fuertes. En este sentido no nos podemos equivocar, pero en lo que es deseable errar es en ese pronóstico de que no volverá a ser el ciclista dominante que hemos conocido. Ojalá nos equivoquemos y ojalá pueda volver al cien por cien.
¿Cómo será el Tour de Francia 2019 sin Chris Froome?
Evidentemente ningún rival directo ni ningún aficionado se alegran de que Froome no pueda disputar el Tour por un percance de este tipo. Pero es muy natural y también necesario aventurar que sin él, sin su dominio, se abre el abanico de candidatos a la victoria. Un elenco que sin su figura y sin el aplastante dominio que ejerce su equipo cada mes de julio, trate de plantear la carrera de otra forma, es decir, más combativa y al ataque especialmente en la montaña, ya que la edición que nos espera a partir del sábado 6 de julio apenas tiene un puñado de kilómetros contrarreloj, lo que beneficia enormemente a ciclistas como Nairo Quintana o Mikel Landa.
Sin ese dominio también podrá comprobarse cómo el único que ha intentado tumbar al Sky anteriormente en una lucha desigual y a cara de perro ve sus opciones aumentadas. Su nombre es Tom Dumoulin, segundo el año pasado. En las antípodas de favoritos valientes se encuentran perdedores habituales como el australiano Richie Porte, a quien de repente se le ha abierto un esperanzador escenario. Rigo Urán, segundo en varios Giro de Italia y mismo puesto en el Tour de 2017 simplemente con aguantar la rueda de los Sky y sin lanzar un solo ataque en montaña, también es otro de los que debe dar un paso al frente.
Pero las listas de favoritos son simplemente una sucesión de nombres, un recurso periodístico para ilusionar al aficionado que a la hora de la verdad deja en evidencia a sus propios autores. Y, sí, lo reconocemos sin tapujos. Más nombres que ven multiplicadas sus opciones a priori son la revelación de este 2019 Jakob Fuglsang, por fin los franceses Thibaut Pinot o Romain Bardet e incluso el español Enric Mas, quien debuta en el Tour buscando estar cerca del podio y vestirse el maillot blanco de mejor joven. No puede ni va a ganar cualquiera, pero ahora es mucho más fácil que pase algo que no ha pasado en el último lustro y medio desde que el Team Sky sacó por primera vez su rodillo por las carreteras galas.
Sólo un oasis, el de 2014 y la victoria de Vincenzo Nibali. Entonces otra desgraciada caída de Froome en pleno Tour le obligó a abandonar y eso dio vía libre al italiano, que ya era líder sólido antes de que el inglés y también un Contador en estado de gracia abandonaran forzosamente. Si el fútbol no le debe ninguna Copa de Europa ni un Mundial a nadie, el ciclismo tampoco pasa cuentas por este tipo de victorias morales, pero en el caso del ‘Tiburón del Estrecho’ tal vez él mismo pueda tomarse la justicia por su mano del percance que tuvo hace un año camino de Alpe d’Huez cuando a causa de la imprudencia de un espectador se fue al suelo y se arruinaron sus opciones de podio o de algo más. El italiano viene de ser segundo en el Giro y aunque no tiene la chispa de antaño sí es un experto en pescar en ríos revueltos. Y todo apunta a que sin Froome la situación va a revolverse sí o sí.
Pero que nadie se engañe. Aun sin Froome el Team Ineos es un auténtico equipazo y muy superior a cualquier otro. Al vigente campeón Geraint Thomas no se le debe faltar al respeto y por eso debe afirmarse que es el favorito número uno. El resto de la formación es la que ya sabemos de carrerilla: Bernal, Poels o Kwiatkowski. El equipo en el que un gregario es capaz de ser campeón sigue estando ahí pese a que su líder estará en rehabilitación.
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