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La portada que ha puesto en vilo a Francia y la explicación de por qué ningún francés gana el Tour

Adrián G. Roca

Actualizado 25/06/2019 a las 20:49 GMT+2

Francia sigue esperando a su ganador del Tour, algo que el país vecino no consigue desde la victoria de Bernard Hinault en 1985. Las bajas de Chris Froome o Tom Dumoulin y las dudas que despiertan el resto de candidatos convierten a Romain Bardet y Thibaut Pinot en grandes favoritos. Una condición que siempre han tenido y que este año aumenta exponencialmente por la portada de L'Équipe.

Romain Bardet-Thibaut Pinot, la esperanza francesa

Fuente de la imagen: Getty Images

Una buena definición gráfica de presión es la portada del diario L’Équipe de este martes 25 de junio. A pocos días del comienzo del Tour de Francia, su periódico oficial y el medio escrito deportivo de más prestigio en toda Europa arroja toneladas de presión a Romain Bardet y a Thibaut Pinot: “Ahora o nunca”, reza esta portada que se ha convertido en viral.
Conviene desgranar este titular y todo lo que significa. Francia no tiene un campeón de su evento deportivo de más solera desde 1985, fecha en la que Bernard Hinault batió a Greg LeMond. Desde entonces sólo el malogrado Laurent Fignon anduvo cerca de la victoria, tan cerca que perdió por la diferencia más corta de la historia: ocho segundos en aquel dramático final en la contrarreloj que coronó a LeMond y de la que este año se cumplen treinta años.
Desde entonces, nada. En la era Indurain sólo Richard Virenque subió al podio en 1996 y en los años de Armstrong, pese a que la historia ha dejado desierto el palmarés, ningún ciclista galo estuvo siquiera cerca de discutir el falso reinado del texano. Sólo el espejismo de Thomas Voeckler en la edición de 2011, quien resistió con el amarillo hasta casi la última crono en la que Cadel Evans dio el sorpasso a Andy Schleck, hizo soñar de nuevo a los aficionados franceses.
Pero que nadie se engañe. No tener un ganador francés del Tour de Francia no es una cuestión de estado ni una obsesión. La portada dedicada a Bardet y Pinot es tan sólo la llamada a un sueño, una especie de moción de confianza hacia sus dos mejores ciclistas en vueltas por etapas y, haciendo un análisis honesto de los grandes favoritos, dos candidatos reales en la edición de 2019 que comenzará el próximo sábado 6 de julio por la ausencia de Chris Froome o Tom Dumoulin y por el hecho de que el vigente campeón Geraint Thomas llega con dudas tras caerse en Suiza y muy especialmente porque se ha colocado el cartel de máximo contendiente a un jovencísimo colombiano, Egan Bernal, que aún tiene todo por demostrar en este deporte y en la carrera más importante del mundo.
Efectivamente, es un ahora o nunca para Bardet o Pinot. Ambos saben lo que es subir al podio, pero a su vez han sido plenamente conscientes de los varios escalones por debajo que han estado de Chris Froome o de Vincenzo Nibali en 2014, cuando Pinot fue tercero y de forma asombrosa Jean Cristophe Péraud fue segundo. Conviene recordar en este último punto que en aquella edición se retiraron Froome y Contador por sendas caídas, algo que de paso favoreció que Francia volviera a tener aquella foto de honor en sus Campos Elíseos.
Será un Tour sin apenas contrarreloj individual, el punto más débil de Bardet, pero no tanto de Pinot. Y va a ser una carrera en la que el abanico de favoritos va a estar más abierto que nunca. Al menos eso nos hace creer las bajas de Froome o Dumoulin, así como el hecho de que Nairo Quintana sea un grande pero también genere dudas por la continua involución que demuestra cada mes de julio.
Romain Bardet fue segundo en 2016 y tercero en 2017, ha ganado tres etapas y es con diferencia uno de los mejores escaladores del mundo. A Pinot, que ha aprendido cazar etapas en grandes y victorias en clásicas, no le van tan bien las vueltas de tres semanas: derrumbe absoluto en el Giro de Italia de 2018 cuando lo tenía todo de cara para subir al podio y ni tan siquiera acabó en la carrera en 2016 y 2017 por caídas y no saber manejar la presión con la que están obligados a convivir los franceses año tras año.
No ganan su Tour, pero ciclismo francés es ejemplo de buen hacer en Europa: dos escuadras sólidas en World Tour, patrocinadores fieles que apuestan por este deporte -la aseguradora Ag2r asegura su apoyo hasta 2023- y en la ‘segunda división’ de equipos Profesionales Continentales tienen estructuras fuertes y envidiables como Cofidis, Arkea-Samsic o Total-Direct Energie, que en cualquier momento y si se lo proponen podrían dar el salto al World Tour. Tienen además un calendario de carreras que se ha mantenido en un contexto de crisis económica y una base bien trabajada que año tras año saca talentos puros. Aunque ninguno de ellos vaya a llegar vestido de amarillo a París a corto o medio plazo.
Es un ahora o nunca como publica L’Équipe. Pero si no ganan no pasará absolutamente nada, seguirán esperando pacientemente. Cero dramas pese a la elocuencia de esta portada.
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