Una de las imágenes más hipnóticas y bellas que regala el ciclismo: la curva del Hotel Belvedere en el Furka Pass
PorEurosport
Actualizado 16/06/2023 a las 12:39 GMT+2
La imagen del pelotón de ciclistas del Tour de Suiza tomando la enorme curva de herradura donde está ubicado el mítico Hotel Belvedere en la ascensión al Furka Pass es una de las más icónicas pero no muy conocidas que puede dejar este deporte. La historia de este alojamiento y la belleza y majestuosidad del paisaje alpino hace que sea una de las fotos más distinguidas que puede regalar el ciclismo
Cada vez que se asciende el Furka Pass, un puerto de montaña en plenos Alpes suizos de casi 2.500 metros de altitud, se puede observar la imponente imagen del Hotel Belvedere. Es un edificio ya abandonado y en desuso pero que sigue conservando todo su encanto y regala fotografías icónicas e hipnotizantes cada vez que lo atraviesa el pelotón del Tour de Suiza.
La historia del Hotel Belvedere se remonta a su construcción en 1882 por el arquitecto Josef Seiler, quien supo aprovechar ese recodo de la propia montaña para enclavar un alojamiento con 90 habitaciones, en una carretera de alta montaña que une los cantones suizos de Uri y Valai.
Su belleza y peculiaridad presidiendo esa curva en la carretera y al fondo con un imponente paisaje alpino y también con vistas al glaciar del Ródano, se convirtió en un atractivo turístico y también comercial, ya que ahí se han rodado anuncios de coches deportivos o una icónica escena de la saga James Bond, con Sean Connery conduciendo su Aston Martin, tal y como recuerda el portal ‘Bandoftravellers’ en su recomendable perfil del Hotel Belvedere.
El paso del tiempo y la construcción de nuevas carreteras con túneles hizo que esta carretera hacia la cima del Furka Pass fuera menos transitada, por lo que el Belvedere dejó de ser un hospedaje de referencia de paso para los viajeros.
Gracias al Tour de Suiza se recupera esa imagen en cada etapa alpina, con la serpiente multicolor del pelotón rodeándolo y recordando esta icónica construcción. La foto con el Hotel Belvedere y sus paredes de piedra es casi fantasmagórica, pero llena de singularidad y aún más bella cuando recibe a los ciclistas.
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