La Vuelta 2018: La (dura) vida más allá de Contador, el ciclismo español tiene opciones de victoria

Los tiempos recientes de La Vuelta en los que Alberto Contador, Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde se repartían los triunfos de etapa y la lucha por la general ya pasaron a mejor vida. La despedida a lo grande del hoy comentarista de Eurosport levantando los brazos en L’Angliru fue el único triunfo nacional el año pasado en la tercera grande del año. El de Omar Fraile en Mende fue la única alegría en el último Tour de Francia, por lo que el aficionado que aún vibra desde el sofá con el ciclismo debe empezar a asumir que la cantidad y la calidad ya no son las que eran.

Es terriblemente injusto medir al ciclismo español actual únicamente por triunfos. Porque para volver a creer se necesita crecer. Y desde Málaga hay que calibrar el potencial como joven líder de Enric Mas (23 años), la gran responsabilidad de David De la Cruz como jefe de filas de un Team Sky sin Froome y la libertad que Vincenzo Nibali ha otorgado a un Ion Izagirre para probar que puede pelear por el triunfo final.

Alejandro Valverde no tiene que demostrar nada a sus 38 años, tan sólo estar al servicio de Nairo Quintana y pensar en llegar bien a su última gran oportunidad de ser campeón del mundo en ruta que va a tener en Innsbruck. El murciano estará delante en todas las etapas con final exigente que llevan el sello de La Vuelta, por lo que con el mero hecho de estar ahí podrá engrosar su extenso palmarés.

Las opciones de victoria española no se acaban en estos nombres. En Málaga no tomarán la salida ni Mikel Landa ni el prometedor Marc Soler, bautizado como ‘el nuevo Indurain’, algo que no deja de ser una comparación temeraria a la vez que un titular que le encanta al periodismo y al aficionado. Landa podía mantener la chispa de una baza segura para ganar La Vuelta, ya que las prestaciones como líderes de los citados Ion Izagirre, De la Cruz o Mas nunca se han visto antes con claridad, pese a que los dos primeros ya cuentan con 29 años, respectivamente.

Omar Fraile y su compañero en Astana Pello Bilbao son dos serias opciones de victoria de etapa, como han venido demostrando esta misma temporada, en la que se han convertido en ciclistas de primerísimo nivel mundial. En este escalón selecto no estará el escalador Mikel Nieve, quien ya ganó etapa en Giro y se quedó a pocos metros de conquistar otra en el Tour de Francia.

Conviene no olvidar las oportunidades, más escasas, que tendrán otros ciclistas españoles presentes en esta Vuelta a España 2018. Luis Ángel Maté y Jesús Herrada en el equipo Cofidis, Gorka Izagirre si lo sigue intentando en fugas como lo hizo en el pasado Tour de Francia o un Iván García Cortina al que los nervios de la inexperiencia le jugaron una mala pasada en la meta de Gijón el año pasado. Dos veteranos como Igor Antón, que ha vivido sus grandes momentos de gloria hace menos de una década en esta carrera y un Dani Moreno sin urgencias ni presión también aspiran a reverdecer viejas victorias.

La palabra ‘crecer’ y todo lo que conlleva debe estar muy presente en los equipos Caja Rural, Euskadi-Murias y BH-Burgos, invitados por la organización para dar ese impuso internacional que necesitan los equipos nacionales más modestos. Esta puerta abierta de par en par a estos proyectos contrasta con los dos corredores españoles de ocho posibles que únicamente va a alinear el Movistar Team en esta Vuelta. Por muy buque insignia del ciclismo español que sea, sus propios intereses están por encima que cualquier bandera. Aunque duela.

Puede que el próximo domingo 16 de septiembre, cuando La Vuelta 2018 eche el cierre en Cibeles, el ciclismo español se haya quedado prácticamente como está o por el contrario haya crecido en esta carrera. Aunque por su bien, hayan diez victorias, una o ninguna será preferible no caer en dramatismos, ser conscientes de dónde se está actualmente y especialmente acabar de darse cuenta de que la vida es mucho más complicada sin Alberto Contador en la carretera.