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Tres frases para entender el fenómeno Enric Mas

Adrián G. Roca

Actualizado 17/09/2018 a las 20:42 GMT+2

El éxito prematuro no se le ha subido a la cabeza. Enric Mas está en el cielo ahora mismo, pero tienes los pies bien sujetos al suelo. Consciente de que aún tiene 23 años, su discurso calmado convence.

Enric Mas, Vuelta a España 2018

Fuente de la imagen: EFE

La comparación no asusta, pero…

Cuando me comparan con Alberto Contador siempre digo que me gustaría conseguir lo que él ha conseguido, pero él es Alberto y yo Enric.
Antes de ser segundo en La Vuelta 2018, Enric Mas ya tenía colgada la etiqueta del 'nuevo Contador'. De hecho, se la colgó el propio Alberto desde que el mallorquín despuntara en el equipo Sub'23 de su Fundación. Desde el primer momento fue una especie de elegido, porque se lo ganó encima de la bici y con su actitud fuera de la carretera. Durante la ronda española ha sido preguntado una y otra vez sobre si va a ser él quien cogerá su testigo en las grandes vueltas, afirmando que ojalá acabe su carrera ganando la mitad que su maestro.
Es habitual que un deportista prometedor no caiga en la trampa de afirmar que es el 'nuevo alguien' y que prefiera ser uno mismo.

Ante todo, modestia y cero prisas

Alejandro en ese tipo de pruebas no falla nunca y a mí me tocará trabajar para él y lo haré encantado.
Si fue mejor que Valverde en las dos etapas de montaña en Andorra, otro ciclista podría exigir galones al seleccionador nacional Javier Mínguez. O bien decir a la prensa eso de que si tiene una opción de jugarse la victoria, la aprovechará. O algo aún más típico antes de los mundiales, en plan 'no me descarto para ganar'.
Enric Mas difícilmente dirá eso, porque tiene claro que el líder de España será Alejandro Valverde y en el primer Mundial élite que va a disputar el mallorquín debe trabajar para él y desgartarse si hace falta en el exigente circuito de Innsbruck. Por otro lado, también podría exigir al jefe de su equipo ser el jefe de filas en el próximo Tour de Francia. Pero tampoco lo va a hacer, porque si lo corre, será sin presión y con una formación destinada a ganar esprints. Tal y como ha pasado en esta Vuelta.

Fiel a sus colores

En el Quick-Step estoy muy a gusto. Para mí es un equipo especial, el que me ha dado la oportunidad de pasar al profesionalismo y no me planteo nada porque me tratan muy bien.
El filial del Quick-Step le reclutó y en él empezó a ganar carreras y demostrar que había un gran ciclista. En España hay pocas oportunidades y él tuvo que emigrar para crecer. A esta estructura le debe este éxito y aunque tiene un año más de contrato y ofertas no le van a faltar, ya habrá tiempo para verle en unan formación diferente que le pueda arropar de buenos escaladores y gregarios para afrontar con más garantías una grande.
El principal equipo belga está siendo de largo el mejor del World Tour en cuanto a número de victorias en este 2018. Mas ha contribuido, pero además de estrellas de las clásicas combina los mejores fichajes jóvenes y casa Lefevere se están acostumbrando a ganar desde jovencitos. Pocas escuadras dan estas garantías y esta tranquilidad para crecer sin presión aunque ganando.
No hay que ocultar que el destino soñado de Enric Mas sería el propio equipo de Alberto Contador en la máxima categoría del ciclismo mundial. Ambos están condenados a entenderse y esta posibilidad es más realidad que utopía.
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