Lo que queda de Vuelta a España 2019: Seguir cabreándose o confiar en el 'comodín Fuente Dé'

“Terreno hay para ganar La Vuelta, para perderla y para muchas cosas”, decía Alejandro Valverde en la meta de La Cubilla antes de la jornada de descanso, donde dio alguna muestra de cansancio y debilidad ante Tadej Pogaçar, viendo cómo el esloveno y Miguel Ángel López le recortaban unos segundos en la general. En cambio, el líder Primoz Roglic salió airoso una vez más de una etapa dura de montaña y afronta la tercera y definitiva semana con una renta de casi tres minutos sobre Valverde y casi cuatro respecto a su joven compatriota y Superman.

¿Tiene Roglic ganada la Vuelta a España 2019 a falta de cinco etapas, de las cuales dos son de montaña con puertos tendidos y otras dos llanas? Técnicamente, sí. Pero sus rivales esperan su momento de flaqueza, al menos en las jornadas por la Sierra del Guadarrama y especialmente el sábado en Gredos.

Estas dos etapas son el terreno al que se refiere Valverde para ganar La Vuelta o mejor dicho, para que Roglic pueda perderla, porque esta última es la única posibilidad que hay de arrebatarle el maillot rojo de líder. Astana y Movistar no van a buscar estrategias de pactos en la montaña restante ni mucho menos en las jornadas llanas en Guadalajara (miércoles) o Toledo (viernes). Ninguna de las dos escuadras lo hizo en etapas con trampas en Urdax o Bilbao, por lo que conviene no ser demasiado optimistas para ver tácticas agresivas o momentos de apuro de Primoz Roglic.

Es perfectamente entendible que el espectador esté decepcionado con la supuesta falta de ambición del Movistar Team o del Astana. Pero en este punto, es necesario ser conscientes que a sus 39 años y con la posibilidad de ser subcampeón de La Vuelta vestido de arcoíris y viendo la ventaja con la que cuenta Roglic, el murciano prefiera amarrar esa más que meritoria posición de privilegio. Por parte de Miguel Ángel López, tampoco se debe reprochar mucho cuando se movió en Andorra y sólo una caída le apartó de coger una buena ventaja. Además el equipo kazajo se llevó un buen botín en este tríptico cántabro-astur con el triunfo de etapa de Jakob Fuglsang.

Las rampas de La Cubilla dejaron claro que si no hubo más fue por falta de piernas y no tanto una cuestión táctica o de altitud. Por eso conviene ponderar enfados y otras decepciones por cómo está transcurriendo esta Vuelta a España 2019. Si se prefiere mirar el vaso medio lleno, tal vez la lucha haya que centrarla en ver quiénes conforman el podio y seguir disfrutando de lo mucho que es capaz de ofrecer Tadej Pogaçar a sus veinte años.

Y si todo esto no es suficiente, siempre quedará el ‘comodín Fuente Dé’, es decir, un ataque inesperado a lo Alberto Contador en 2012 para dinamitar la carrera. Aunque sin Alberto en liza pensar en esta posibilidad no es más que hacerse trampas al solitario.